viernes, 14 de marzo de 2014

Óscar Barbery Suárez: “Ahora termino una novela, la única que escribiré”

Óscar Barbery Suárez es uno de los personajes centrales del teatro, el cuento, la poesía y la historieta en la Santa Cruz de la Sierra de los últimos 30 años.

Según el texto curatorial de la bienal, el término hiperrealidad se usa para denominar la incapacidad de la conciencia de distinguir la realidad de la fantasía. ¿El Duende y su camarilla responde a este concepto?

Claro. Al ser parte de un producto de los medios, El Duende se articula con el concepto de hiperrealidad, entendida como una realidad aumentada a través de los medios. Es como si con El Duende y su camarilla uno pusiera la lupa en asuntos políticos y, obviamente, esa lupa mostrará una realidad aumentada. No debe confundirse con hiperrealismo.

Publicado en EL DEBER durante 32 años, El Duende es parte central en la historieta local…

Así es y curiosamente a El Duende no se lo nombra cuando se habla de historieta boliviana o se busca información en internet; por el contrario, siempre aparecen productos del interior. Es increíble, siendo la única tira que tiene una permanencia de 32 años y con calidad reconocida.

¿Fue un éxito entre los lectores desde un principio?

En 1982, le presenté el proyecto a Pedro Rivero Mercado (director del diario) y comprendió muy bien la idea de brindar al lector una visión de la noticia desde otra perspectiva. Algunos no lo entendieron así, pero a medida que se publicaba, la tira empezó a tener seguidores. Al poco tiempo me comenzaron a llegar felicitaciones de personalidades locales.

Ante su fuerte vocación literaria, ¿cuál ha sido la clave para combinar su trabajo de escritor con el de dibujante tantos años?

La historieta está muy ligada a la literatura y en mi caso mucho más, porque, si te fijas, mis gráficos son muy básicos, no tienen escenografía, porque uso más texto que el que acostumbran otros historietistas. Con El Duende he aprendido además el ritmo narrativo, al plantear un problema en un cuadro, desarrollarlo en el siguiente y resolverlo en el último. Todo eso me ha ayudado a trabajar en géneros narrativos, como el cuento.

¿Qué implica para usted pasar de un género a otro en el proceso creativo?

Me pasa frecuentemente con mucha naturalidad. Es más, me ayuda a resolver conflictos, porque a veces uno se atasca y eso funciona como una forma de desatascarse. Por ejemplo, actualmente estoy escribiendo una novela, entonces, cada vez que me bloqueo, me paso a poesía, a cuento o a historieta. Así hasta volver al tema. En esos atascos uno termina creando otras cosas. Es una especie de paseo para no frustrarme.

¿Qué representa el teatro para usted?

Es un ejercicio literario intenso, que me ha dado muchas satisfacciones. Últimamente he tenido una con la puesta en escena de En cuatro, a cargo de Ditirambo. La obra ganó el Premio Nacional de Literatura 2012 y tuvo una buena respuesta de la gente que la vio en la Casa de la Cultura. Hubo buena articulación del público con la historia.

¿Cómo califica el momento que vive el teatro cruceño?

Es muy bueno. Santa Cruz está viviendo un despertar cultural y artístico muy intenso en muchos aspectos y el teatro no es la excepción, ya que actualmente tenemos más de 20 compañías en actividad, muchos actores y una cantidad importante de directores, que vienen presentando obras con una alta frecuencia en los últimos años y que han sido invitados a actuar en el exterior. Sin embargo, llama la atención que en la pasada versión del Festival Internacional de Teatro se presentaron 26 obras nacionales, de las cuales solo dos fueron cruceñas. Tomando en cuenta que el festival es en Santa Cruz, uno se queda extrañado con esta situación.

Coménteme sobre la novela que está escribiendo. Tengo entendido que es la primera...

Es una novela extensa, de aproximadamente 500 páginas. Es la única que pienso escribir y ya estoy a punto de concluirla. Es una historia de ficción ambientada en esta época, en una sociedad parecida a la nuestra. Tiene mucho que ver con la política, la sociología y la ocupación del suelo urbano en diferentes estamentos sociales

Perfil

Óscar Barbery Suárez
Autor multifacético
(Santa Cruz, 1954). Elaboró para cine Los igualitarios (1989). Está casado con la artista María Elena Busso y tiene dos hijos: Óscar Guido (artista) y María Belén. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura en dramaturgia con El portavoz-Laberinto (1988), Tu nombre en palo escrito (1991) Ay, Chabela (1993) y En cuatro (2012). En poesía con ABC guía de costas.

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