domingo, 23 de agosto de 2015
Un espejo de la realidad del rock boliviano
La idea de preservar el legado del rock and roll viene cuajando desde mediados de la década de 1980. El surgimiento del Rock and roll Hall of Fame, la constante publicación de reediciones, remasterizaciones y rarezas, viene acompañado de abundante oferta literaria dedicada a la narración de continuidades temáticas a lo largo de la corta historia del rock.
Esta postura posmoderna de documentación de la historia del rock and roll se ha expandido en todo el mundo, a tal punto de que ya no resulta extraño ingresar a una librería y encontrarse con alguno de estos volúmenes dedicados a esta fascinante saga musical, sin ir más lejos, países vecinos como Brasil y Argentina se han subido al carro hace mucho tiempo. Ingresar a sus librerías ofrece la grata posibilidad de encontrarse no con una, sino con varias opciones sobre un mismo tópico o sujeto.
La realidad en nuestro país dista mucho de lo descrito, sin embargo desde hace algunos años contamos con un compendio que de alguna manera saca cara por la labor pendiente de documentar el legado de nuestros rockeros nacionales. Es así que dentro de la reciente Feria Internacional del Libro en La Paz se presentó la obra Medio Siglo de Rock Boliviano. Una urgente actualización a la primera edición titulada Cuarenta Años de Rock Boliviano del periodista Marco Basualdo.
El libro ostenta un formato compacto y de diseño más atractivo que el anterior volumen. Dentro de sus páginas podemos encontrar una colección de ensayos transversales que reflexionan sobre el rumbo musical que tomó el rock hecho en Bolivia a lo largo de estos 50 años. A la par y casi en orden cronológico, estos ensayos vienen matizados por pequeñas monografías dedicadas a las bandas que forman y formaron parte de la construcción del rock boliviano.
La mayor virtud del trabajo reside en la voluntad de narrar, de alguna manera, el devenir del rock boliviano desde una perspectiva periodística a través de la agudeza del controvertido Marco Basualdo. A 50 años de producción más o menos constante, preocupa que ese libro todavía sea el único referente bibliográfico del rock hecho en Bolivia.
La imposibilidad de articular una narrativa que denote continuidades a lo largo de la historia del rock boliviano, deriva en un texto episódico e inconexo que sirve como espejo de la realidad del movimiento rockero en nuestro país. Esta falencia no es atribuible a la incapacidad periodística de construir un relato, sino al accidentado camino del rock boliviano que, más allá de producir un puñado de vacas sagradas, no ha podido articular un discurso constante o al menos consistente en función de la realidad de nuestro país.
Medio Siglo de Rock Boliviano, de Marco Basualdo, es una vez más un documento que refleja las carencias de un movimiento que 50 años después todavía se encuentra en proceso de consolidación. Es un texto que, como todo documento histórico, debe llamar a la reflexión a los artistas que son parte de esto que llamamos rock boliviano.
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