Con la inesperada muerte de la poeta Emma Villazón se apagó la voz de una generación, dijeron quienes conocieron y admiraron su obra.
Villazón fue puntal de un grupo de escritores bolivianos que además de crear se dedican al estudio de las letras. La producción de la poeta, aunque breve por la corta edad e la que murió, es ya parte de los anales de la historia de la literatura nacional.
"Es un día terrible para todos. Bolivia acaba de perder a una de sus poetas más importantes. El futuro de nuestra literatura pierde a alguien que estaba llamada a renovar nuestras palabras y legarnos una obra significativa. La belleza pierde. La vida pierde. La alegría pierde. La amistad pierde. El amor pierde" dijo Alex Aillón, escritor chuquisaqueño.
"Emma nos ha dejado cuando más la queríamos, cuando más la necesitábamos, cuando su luz brillaba intensa, ella que era una lámpara legítima. Hoy, el mundo se ha paralizado", agregó.
Villazón llegó a La Paz como una de las invitadas especiales de la pasada versión de la Feria Internacional del Libro junto con otros escritores connotados que viven en el exterior.
Terminada su participación en la feria, Emma viajó a Santa Cruz, de donde era oriunda. El martes 18, de regreso a Chile, hizo una escala en el aeropuerto de El Alto, donde tuvo una indisposición y fue llevada de emergencia a un centro médico de La Paz; allí murió al día siguiente debido a un paro cardiorrespiratorio. Tenía 32 años. Está previsto su entierro en Santa Cruz para este jueves.
La escritora publicó el poemario "Fábulas de una caída", en 2007, con el que ganó el Premio Nacional Nóveles Escritores, entregado por Petrobras y la Cámara del Libro de Santa Cruz; y "Lumbre de ciervos" (editorial La Hoguera), en 2013. En Chile estudiaba un doctorado en filosofía, mención estética. Compartió los últimos años de su vida con el poeta chileno Andrés Ajens.
La escritora Liliana Colanzi dijo a ANF que Villazón "fue una poeta visionaria y de una exquisita sensibilidad, una artista generosa que se preocupó de tender puentes entre Chile y Bolivia a través de Mar con soroche", revista que coeditó junto a su pareja.
Colanzi agregó que "echaré en falta su extraordinaria sensibilidad poética, su lucidez y sentido crítico, su ‘alma sencilla y antigua’, como la definió tan acertadamente la escritora chilena Andrea Jeftanovic. Su poemario "Fábulas de una caída" y "Lumbre de ciervos" ponen en tensión la palabra para alcanzar registros luminosos, misteriosos, profundos, expansivos, acordes con su concepción de la poesía: ser capaz de convertirse en una especie de chamán que ‘sabe oír… el caudal de sucesos sociales e individuales que lo rodean y que todavía no tienen nombre’".
La escritora Paola Senseve expresó sus sentimientos así: "Te escribo con el corazón partido, amada Emma. Te voy a leer, una y otra vez, hasta que desaparezcan las letras de los libros, hasta hacerle hueco a las páginas, porque todavía tengo mucho que aprender de ti. Mientras todos los demás intentábamos, tú ya lo hacías y de una manera maravillosa. Que difícil va a ser seguir escribiendo de este lado de la vida, cuando ya no puedes mostrarnos las palabras de tu alma hermosa. Te extraño, haces y harás falta".
El chileno Daniel Rojas, editor de Cinosargo, dijo que Villazón "es y seguirá siendo una gran poeta latinoamericana". Agregó que "Para nosotros fue un honor contar con ella y Andrés Ajens en el libro Tea Party de este año". Y expresó que "su talento, generosidad y alegría es algo que nos marcó a todos"
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