lunes, 24 de agosto de 2015

Entrevista a Ana Triveño

Ana Triveño Gutiérrez es una escritora que recorre exitosamente por la literatura fantástica, habiendo producido hasta el presente seis novelas dirigidas principalmente a los jóvenes. Su fuerte es la narrativa desde la vertiente de la fantasía como tal, empleando a una gama de personajes que hacen parte de esta tradición, añadiendo otros de su propia cosecha. Anita, como ella prefiere que la llamen, es toda una promesa para la narrativa boliviana de este género.
Iván Prado S.- ¿Cómo descubriste lo fantástico y en qué momento o circunstancias sentiste que la literatura fantástica empezó a ser parte de tu vida?
Ana Triveño.- Uno de los primeros libros de cuentos que llegó a mis manos, cuando era niña, fue una antología de cuentos fantásticos, llena de personajes como brujas, magos, hadas, y ese tipo de personajes. Desde esa edad ya me daba curiosidad el tema de lo sobrenatural y cada vez que buscaba algo nuevo que leer procuraba buscar una lectura con elementos relacionados. Poco después, cuando comencé a escribir mis propios cuentos y relatos, noté que siempre abordaba algo sobrenatural, algo fantástico o maravilloso que chocaba con nuestra realidad. Es un tema que se me hace sumamente interesante y a través del que podemos expresar de maneras más originales nuestros sentimientos del día a día.
I.P.S.- Eres una de las pocas escritoras jóvenes en el país que ha producido varias obras de fantasía de envergadura en poco tiempo. ¿Ésta producción es fruto de tu propia iniciativa o es el lector quien te lo exige?
A.T.- Me alegra mucho decir que es por iniciativa propia, aunque mis lectores también me lo exigen. Debido a que me gusta mucho leer y escribir, siempre estoy activa en cuanto a ideas. Se me facilita mucho la escritura cuando estoy motivada, así que lo atribuyo más a un ciclo. Publico algo, veo que les gusta, e inmediatamente quiero continuar con mis obras. Más que sentirme presionada, me siento llamada.
I.P.S.- ¿Cuánto de ti se proyecta en tus obras?
A.T.- Eso no podría definirlo precisamente yo. Al comienzo estaba convencida de que todo era ajeno, pero luego me hicieron notar varias características que compartía con mis personajes o con las ideas plasmadas en mis novelas. Yo estimo que sí, inevitablemente, hay una proyección de mí en mis obras, aunque no estoy segura —me asusta descubrirlo— del cuánto.
I.P.S.- No es fácil abrirse camino en el campo de la narrativa fantástica, ¿qué escollos has tenido que enfrentar a lo largo de tu carrera como escritora?
A.T.- Al menos durante mis primeros tres libros, todavía no me veía como una escritora. Creo que esa concepción tardía evitó que me dejara afectar por conflictos que tal vez a otros escritores los detiene. He recibido varias críticas, tanto buenas como malas, pero no dejo que ni una ni otra me afecte. No me dejo aplastar por malas críticas o críticas destructivas, así como tampoco dejo que una buena crítica se me suba a la cabeza. Me mantengo lo más neutra posible en estos temas y así, mi desarrollo como escritora es un proceso del que soy yo misma quien toma las riendas.
I.P.S.- ¿Cómo ha evolucionado tu obra en el transcurso de los años?
A.T.- Me he arriesgado más hacia lo fantástico. Mis primeras obras contenían personajes con algún fenómeno sobrenatural no extremo, pero en las últimas ya me adentro a un mundo lleno de criaturas nuevas, tanto clásicas como de mi propia creación. Sé que no a todos mis lectores les gustará mucho el rumbo que he decidido tomar, sin embargo, sé también que muchos lo disfrutan al igual que yo. Es lo que quiero escribir, lo que me motiva a escribir. Por eso, los riesgos que tomo son míos, y me siento feliz al tomarlos.
I.P.S.- ¿Qué autores han influenciado más en ti como escritora?
A.T.- Muchos, desde luego. No obstante, creo que mis influencias principales son Anne Rice y Stephen King, por lo mucho que me gustan ambos autores. Ni siquiera son autores que pertenezcan al mismo género, pero los respeto a ambos por igual.
I.P.S.- ¿Qué nos puedes decir acerca de tu producción literaria y por qué se focaliza más en la fantasía?
A.T.- La fantasía, en mi opinión, puede metaforizar nuestra realidad de una manera más original y profunda. Me gusta demostrar problemáticas existencialistas a través de mis criaturas sobrenaturales. Todas mis obras están conectadas. Pueden leerse por separado o armar todo un universo leyéndolas todas porque es lo que me gusta hacer, crear un universo en expansión.
I.P.S.- ¿De las distintas novelas que has producido con cuál te identificas más? ¿Y por qué?
A.T.- Es difícil decidirme por una. Tendría que elegir al menos dos: Sibelle para Benjamín y Canciones del Corazón Mojado. La primera porque el protagonista es una gárgola que renace como hombre en nuestro mundo, entonces recién va aprendiendo cómo son los humanos. Es como un niño inocente, mi gárgola. La mayoría de mis conocidos me ven de la misma manera. Y la segunda obra, porque hablo sobre la importancia de sentir y dejarse empapar por tus emociones. De mantener tu corazón como una esponja que se moja y retiene. Creo que es algo que todos deberían tener presente, no tener un corazón de piedra.
I.P.S.- ¿Cómo surgió la idea de la saga El Devorador de Almas?
A.T.- Justamente con mi inquietud ante el protegerse del dolor en el corazón. Veía que a veces las personas tendemos a cerrarnos para evitar que nos lastimen, que fingimos no sentir nada o negamos todo. Eso no es saludable, nosotros deberíamos aprovechar el vivir cosas, dejarnos llevar por lo que sentimos. Disfrutar del amor, de la amistad, del entusiasmo, hasta de nuestro egoísmo. Deberíamos liberarnos y aprender a lidiar con todo, no solo refugiarnos al levantar murallas entre nosotros y el mundo.
I.P.S.- Tu último lanzamiento es Recuerdos del Corazón Perdido, ¿qué nos puedes decir al respecto de esta obra?
A.T.- Fue también otro riesgo que decidí tomar. Si bien con el libro anterior abordé de forma mucho más explícita el mundo sobrenatural, con esta obra me aventuro también a cambiar los estándares de la pareja principal. En mi libro, mis protagonistas son un espíritu llamado Geppe y un hombre lobo llamado Gabriel. Ambos se apoyan entre sí y forman una amistad que poco a poco va transformándose en romance. Tener una pareja homosexual en mis obras siempre fue una de mis metas. Lo hice de forma suave, aunque eso no minimiza el riesgo que decidí tomar para un público conocido como conservador.
I.P.S.- ¿Cuál fue la recepción del lector para esta obra?
A.T.- Hasta ahora creo que fue positiva. Los comentarios que he recibido han sido de felicitación y agradecimiento por tocar el tema de la homosexualidad. Algunos se limitan a decirme que les ha gustado o que se han conmovido. No he recibido comentarios de desagrado o de esa naturaleza. Sé que van a llegar, pero no es lo importante para mí. Realmente espero haber marcado cierto nivel de tolerancia en mis lectores más jóvenes en relación con este tema. Si he logrado evitar la homofobia al menos en alguno, me doy por servida.
I.P.S.- ¿Cómo ves la narrativa fantástica en Bolivia de aquí a 10 años?
A.T.- Rica. Sin duda estamos en tiempos del auge de la narrativa fantástica y la ciencia ficción. Como que son temas que se están poniendo de moda, así que todo el mundo quiere escribir sobre eso. En Bolivia nos destacábamos por ser más políticos, donde la novela que más abundaba era la social o la histórica. Ahora estamos comenzando una etapa que creo enriquecerá nuestra manera de pensar, en más de un aspecto.
I.P.S.- ¿Qué proyectos tienes para el futuro?
A.T.- Me interesa comenzar a desarrollar mis propias criaturas. Quiero crear personajes diferentes, únicos, que sean tan acogidos como son los más populares como los vampiros o los hombres lobo. Quiero escribir sobre más cazadores de sombras, devoradores de almas, gárgolas con aspecto de hombre y personas que reciben un don especial que les permite cambiar algún hecho importante para ellas o sus seres queridos. Comencé a escribir porque quería demostrar que el humano puede dar lo mejor de sí de forma desinteresada. Ciertamente, en mis proyectos futuros, eso no va a cambiar

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