No todas las revistas, incluso la que estás leyendo ahora, contienen verdades absolutas que debes seguir al pie de la letra. A veces, los consejos que se dan no necesariamente se aplican a tu personalidad o pueden entrar en conflicto con tus creencias políticas, sociales e incluso religiosas. También muchos de los consejos pueden reafirmar comportamientos sexistas o estereotipados que la sociedad de hoy está luchando por combatir.
La periodista Patricia Flores sostiene que “como todo medio de comunicación, las revistas tienen sus matices y dependen de la orientación y la naturaleza del propio medio. Si es un medio de información, seguramente va a encontrar fuentes de información creíbles. Pero si son revistas de entretenimiento, a veces se tiende a poner énfasis en ciertos hechos solo porque son atractivos para la gente, por lo que es difícil poner a los medios dentro de la misma línea, ya que todo depende de la naturaleza de cada uno de ellos”.
Un artículo en www.pikaramagazine.com sostiene que la mayoría de las revistas siguen la tendencia mundial de las publicaciones mal denominadas femeninas y que éstas no presentan ningún imaginario sobre mujeres activistas o que participen en la política, sino que las siguen estereotipando. El artículo sugiere que se desmonopolicen los mensajes y se proponga contenidos igualitarios.
Detrás de todos los medios de entretenimiento hay intereses comerciales. “La industria de la belleza es perversa porque nos muestra un imaginario ya construido a lo largo de un siglo que se ve reflejado en las mujeres bellas para la satisfacción de los hombres; entonces, estos medios son amplificadores de una industria que va desde los cosméticos hasta los paños higiénicos, pasando por la moda que genera parámetros estéticos para que las mujeres se adecuen a ellos”, reflexiona Flores.
¿Cómo saber si algo me conviene realmente o si responde a intereses de otros? Pues dejando la ingenuidad de lado y manteniendo siempre una mirada crítica que cuestione cada una de las noticias que se lea. “Seamos frías mirando una publicidad donde a las mujeres se las pone como un simple accesorio reflejado en la desnudez. Y no le echemos la culpa solamente al medio o al publicista, pensemos que detrás de ello hay una industria y unos propietarios sexistas”, agrega Flores.
También es importante no ser una lectora pasiva, escribamos al medio para plantear nuestros puntos de vista. “Levantemos nuestra voz y expresemos nuestra propuesta contra quienes creen que las mujeres somos objetos de placer”, dice la también activista.
No todo lo que brilla es oro, así que saca partido de los consejos que te ayuden y deja pasar los otros. La consigna es ser una lectora crítica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario