miércoles, 17 de abril de 2013

Literatura erótica para las mujeres

Eros y Tánatos, escribe Giovanna desde Estados Unidos, son dos intensidades que han cautivado al ser humano desde sus orígenes.

“Y ahora que al parecer hemos sobrevivido cínicamente al barullo del apocalipsis, ese péndulo oscila con más definición que nunca. Quizás a ello responda la creciente demanda de géneros como el thriller posmoderno y la novela erótica súper urbana. Sin embargo, a la hora de escoger cinco libros, por cierto muy distintos entre sí, para nutrirme de una prosa sensual, arriesgada, transgresora, a veces sucia, impúdica, seductora, banal, profunda o dolorosa, me inclino por títulos menos inmediatos. De hecho, estuve a punto de escoger los poemas o la correspondencia de Sor Juana Inés de la Cruz para encabezar esta lista, pues hay en esos textos una sensualidad existencial y espiritual estremecedora. Y es estremecernos lo que en ocasiones necesitamos para saciar al “alma arrebatada”

El amante, escrito por Marguerite Duras

Cuando el primer amor debe cruzar todo tipo de barreras, incluidas las raciales, quedan marcas en el cuerpo y en el alma.
Y otro afrodisíaco efectivo: crisis económica y feroz juventud

El amante es una apasionada narración de corte autobiográfico en la que la autora describe, con la desbordante intensidad del deseo, una historia de amor entre una jovencita de solo quince años y el hijo de un potentado chino, dedicado al comercio, de veintidós años. Con esta obra, Margarita Duras se convirtió en una escritora leída por públicos heterogéneos.

















Las edades de Lulú, de Almudena Grandes

Es un best seller sobre los descubrimientos de una adolescente que, como la España de Posguerra, está dispuesta a correr todos los riesgos sexuales, afectivos y políticos

Las edades de Lulú, que obtuvo el IX Premio La sonrisa vertical, es una larga historia de amor que no se resigna a dejar de serlo, va haciéndose más compleja y envolvente.
Un diario escrito a lo largo de toda de una vida, más de treinta y cinco mil páginas, que por primera vez nos descubre sin tabúes a la mujer moderna, a la Anaïs Nin que se asoma sin vértigo a este siglo



















Rivero sigue un doctorado
en literatura en Estados Unidos



Lolita, obra de Vladimir Nabokov

Tachada de pornográfica a mediados del siglo XX, su trama sigue siendo fogosa y controversial.  Un cuarentón enamorado de una púber; aunque será ella la que domine

Humbert Humbert deja Europa por los Estados Unidos y alquila una habitación en la casa de Charlotte Haze después de conocerla a ella y a su hija, Dolores, mientras tomaban el sol en el jardín. Dolores tiene doce años y le dicen, de manera cariñosa, Lolita. Su madre, Charlotte, es una viuda solitaria y se convierte inconscientemente en el enlace de Humbert con su hija. En poco tiempo, Charlotte se casa con Humbert. Un día, Charlotte encuentra el diario de su nuevo marido, lleno de confesiones de su obsesión con Dolores y de su desengaño con su nueva mujer. Ella, triste, sale de casa rápidamente y muere atropellada.
















La pianista, novela escrita por Elfriede Jelinek

Una novela brutal sobre la inhibición y el desborde en la Viena más ilustrada. Una talentosa profesora de piano termina revelando sus más íntimas perversiones a su virtuoso estudiante.
La pianista es una densa e inteligente, pero amarga, inmersión en la vida de una mujer cuya forzada soledad y sordo sufrimiento es paradigma de muchas vidas de mujer

La pianista es Erika Kohut, una mujer madura que siempre ha vivido bajo la sombra de una madre posesiva y absorbente. Erika aprendió a ser austera y severa. Esta situación toma un curso muy diferente cuando conoce a un alumno que se enamora de ella. Entonces, a través de su frágil sicología, de su tortuosa inexperiencia de las relaciones humanas, comienzan a abrirse paso las fantasías acunadas y nunca dichas, en las que se mezclan dominio y subordinación, placer y sufrimiento.














Justine, un libro de Marqués de Sade

Justine o los infortunios de la virtud. La lucha entre la razón y el instinto es probablemente uno de los afrodisíacos más antiguos de la humanidad. Las ideas como el primer instrumento erótico

Justine (una adolescente) recurre a todos los estamentos sociales para preservar su virtud y en todos los casos, en lugar de recibir ayuda lo que encuentra es incitaciones al vicio. Sade vierte en esta obra su misantropía, describe cómo, en la sociedad en la que le tocó vivir, practicar la virtud siempre resulta oneroso, mientras que quien practica el vicio encuentra a una sociedad cómplice y corrompida, lo que le permite adquirir ventaja.




















El por qué no incluyó Las 50 sombras de Grey

Dicen que es el título del género erótico más comentado de 2012. “No incluí ese libro por dos razones. La principal es porque no lo he leído. Y la segunda: No lo he leído porque, honestamente, no me llama mucho la atención. Pasa que tengo poco tiempo entre la cocina, los hijos, la universidad, las lecturas de rigor y otras que debo hacer entre el placer, la tesis y la escritura. Entonces, cuando puedo leer algo ‘extra’ elijo otra cosa, algo que la intuición me exige y que no necesariamente dicta el mercado (aunque a veces el mercado influye). Quizás es un prejuicio tonto, un filtro automático que le tengo a los best sellers. En todo caso, si el libro cae en mis manos (sin que lo compre), lo leeré”.

En las primeras décadas del siglo pasado se promocionó en el mundo numerosos títulos de literatura erótica en novela y sobre todo en relato breve.



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