Eros y Tánatos, escribe Giovanna desde Estados Unidos, son dos intensidades que han cautivado al ser humano desde sus orígenes.
“Y ahora que al parecer hemos sobrevivido cínicamente al barullo del apocalipsis, ese péndulo oscila con más definición que nunca. Quizás a ello responda la creciente demanda de géneros como el thriller posmoderno y la novela erótica súper urbana. Sin embargo, a la hora de escoger cinco libros, por cierto muy distintos entre sí, para nutrirme de una prosa sensual, arriesgada, transgresora, a veces sucia, impúdica, seductora, banal, profunda o dolorosa, me inclino por títulos menos inmediatos. De hecho, estuve a punto de escoger los poemas o la correspondencia de Sor Juana Inés de la Cruz para encabezar esta lista, pues hay en esos textos una sensualidad existencial y espiritual estremecedora. Y es estremecernos lo que en ocasiones necesitamos para saciar al “alma arrebatada”
El amante, escrito por Marguerite Duras
Cuando el primer amor debe cruzar todo tipo de barreras, incluidas las raciales, quedan marcas en el cuerpo y en el alma.
Y otro afrodisíaco efectivo: crisis económica y feroz juventud
El amante es una apasionada narración de corte
autobiográfico en la que la autora describe, con la desbordante
intensidad del deseo, una historia de amor entre una jovencita de solo
quince años y el hijo de un potentado chino, dedicado al comercio, de
veintidós años. Con esta obra, Margarita Duras se convirtió en una
escritora leída por públicos heterogéneos.
Las edades de Lulú, de Almudena Grandes
Es un best seller sobre los descubrimientos de una
adolescente que, como la España de Posguerra, está dispuesta a correr
todos los riesgos sexuales, afectivos y políticos
Las edades de Lulú, que obtuvo el IX Premio La
sonrisa vertical, es una larga historia de amor que no se resigna a
dejar de serlo, va haciéndose más compleja y envolvente.
Un diario escrito a lo largo de toda de una vida, más de treinta y
cinco mil páginas, que por primera vez nos descubre sin tabúes a la
mujer moderna, a la Anaïs Nin que se asoma sin vértigo a este siglo
Rivero sigue un doctorado en literatura en Estados Unidos
Lolita, obra de Vladimir Nabokov
Tachada de pornográfica a mediados del siglo XX,
su trama sigue siendo fogosa y controversial. Un cuarentón enamorado de
una púber; aunque será ella la que domine
Humbert Humbert deja Europa por los Estados Unidos
y alquila una habitación en la casa de Charlotte Haze después de
conocerla a ella y a su hija, Dolores, mientras tomaban el sol en el
jardín. Dolores tiene doce años y le dicen, de manera cariñosa, Lolita.
Su madre, Charlotte, es una viuda solitaria y se convierte
inconscientemente en el enlace de Humbert con su hija. En poco tiempo,
Charlotte se casa con Humbert. Un día, Charlotte encuentra el diario de
su nuevo marido, lleno de confesiones de su obsesión con Dolores y de su
desengaño con su nueva mujer. Ella, triste, sale de casa rápidamente y
muere atropellada.
La pianista, novela escrita por Elfriede Jelinek
Una novela brutal sobre la inhibición y el
desborde en la Viena más ilustrada. Una talentosa profesora de piano
termina revelando sus más íntimas perversiones a su virtuoso estudiante.
La pianista es una densa e inteligente, pero amarga, inmersión en la
vida de una mujer cuya forzada soledad y sordo sufrimiento es paradigma
de muchas vidas de mujer
La pianista es Erika Kohut, una mujer madura que
siempre ha vivido bajo la sombra de una madre posesiva y absorbente.
Erika aprendió a ser austera y severa. Esta situación toma un curso muy
diferente cuando conoce a un alumno que se enamora de ella. Entonces, a
través de su frágil sicología, de su tortuosa inexperiencia de las
relaciones humanas, comienzan a abrirse paso las fantasías acunadas y
nunca dichas, en las que se mezclan dominio y subordinación, placer y
sufrimiento.
Justine, un libro de Marqués de Sade
Justine o los infortunios de la virtud. La lucha
entre la razón y el instinto es probablemente uno de los afrodisíacos
más antiguos de la humanidad. Las ideas como el primer instrumento
erótico
Justine (una adolescente) recurre a todos los
estamentos sociales para preservar su virtud y en todos los casos, en
lugar de recibir ayuda lo que encuentra es incitaciones al vicio. Sade
vierte en esta obra su misantropía, describe cómo, en la sociedad en la
que le tocó vivir, practicar la virtud siempre resulta oneroso, mientras
que quien practica el vicio encuentra a una sociedad cómplice y
corrompida, lo que le permite adquirir ventaja.
El por qué no incluyó Las 50 sombras de Grey
Dicen que es el título del género erótico más comentado de 2012. “No
incluí ese libro por dos razones. La principal es porque no lo he leído.
Y la segunda: No lo he leído porque, honestamente, no me llama mucho la
atención. Pasa que tengo poco tiempo entre la cocina, los hijos, la
universidad, las lecturas de rigor y otras que debo hacer entre el
placer, la tesis y la escritura. Entonces, cuando puedo leer algo
‘extra’ elijo otra cosa, algo que la intuición me exige y que no
necesariamente dicta el mercado (aunque a veces el mercado influye).
Quizás es un prejuicio tonto, un filtro automático que le tengo a los
best sellers. En todo caso, si el libro cae en mis manos (sin que lo
compre), lo leeré”.
En las primeras décadas del siglo pasado se promocionó en el mundo numerosos títulos de literatura erótica en novela y sobre todo en relato breve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario