José Luis Ramírez Luengo estuvo en Santa Cruz para dictar la conferencia El habla de los próceres en la librería Ateneo. Previamente, conversó con Brújula del español y su influencia en América.
¿Desde qué momento el español de América se empieza a diferenciar del de España?
Varios años antes de la época independentista, el español ya estaba identificado de la forma en que se habla hoy. En ese entonces los argentinos hablaban así; los cruceños, los paraguayos, también. Ya existía una variedad lingüista en las regiones, un habla distinta a la de España.
¿Cuál ha sido la situación del voseo en Latinoamérica?
A pesar de que el vos se lo asocia generalmente al Río de la Plata, está tremendamente extendido por Latinoamérica. Es más, desde un punto de vista geográfico, el tú es el que se lo utiliza menos, porque solo se lo habla en Las Antillas, en México, en Perú y en algunas zonas de Colombia y Venezuela.
¿Cuál llegó primero?
El tú y el vos llegaron a la misma vez, lo que pasa es que unas zonas perdieron el vos y generalizaron el tú, mientras que en otras ocurrió todo lo contrario. Todo esto pasó en el siglo XVIII, cuando se cristalizó la forma en que tenemos que hablar hoy.
¿Qué influencia tuvo el portugués al inicio de la Conquista respecto al español?
De las lenguas europeas que se hablan en el continente americano, la que más influye es el portugués y esto no se da solo en la frontera con Brasil. Si uno analiza el español de México o el de Cuba aparecen muchas palabras portuguesas, pues muchos portugueses emigraron a la América hispana. Además, los canarios llegaron a diversas zonas de América, y ellos tenían ya la influencia del portugués.
¿Ese español aportuguesado es el precursor del acento caribeño de los canarios?
Cuando los canarios vinieron a América trajeron esas formas aportuguesadas. Es interesante, porque en Canarias se sesea; no se usa el vosotros, sino el usted; su léxico es muy caribeño, así como el ritmo y la entonación. Entonces, es fundamental para entender el español de América. Las islas fueron una especie de primer paso y esto no solo desde un punto de vista lingüístico, pues las primeras ciudades cuadriculadas, muy típicas de América, originalmente son de allá.
Actualmente se sigue hablando de la necesidad de conservar la identidad del lenguaje propio de una región. ¿Cómo ve estos esfuerzos?
Las lenguas cambian, menos las que están muertas. Me parece bien, porque es fundamental, mantener la identidad lingüística de una región, pero también es cierto que, de acuerdo con la realidad de cada sociedad, hay cosas que a los hablantes les resulta inútiles. Esas cosas se van a perder, se van a incorporar otras, lo cual no tiene que ser un drama. La identidad se mantendrá, pero con nuevos elementos.
Una de esas preocupaciones tiene que ver con el yeísmo, que remplaza la pronunciación de la ‘ll’ por la ‘y’…
En la región vasca de España, ‘castillo’ se dejó de pronunciar así hasta los años 40 y 50. Yo soy yeísta y eso no quiere decir que he perdido mi identidad. Todo ha ido cambiando.
¿Es decir que la pronunciación de la ‘ll’ también está condenada a desaparecer?
Esa ‘ll’ de ‘castillo’ es un fonema aislado que no está bien integrado en el sistema de la lengua, así que lo natural es que desaparezca. Es un elemento que ha ido desapareciendo poco a poco de otras lenguas, no solo del español. Río de la Plata, Paraguay y el este de Bolivia son zonas conservadoras de la pronunciación de la ‘ll’, por la influencia andaluza, donde ya desapareció; pero, lo lamento, sé que hay mucho aprecio por esa letra, pero al final el yeísmo va a terminar imponiéndose.
¿Ese cálculo se refuerza en estos tiempos en los que la economía lingüística predomina en la conversación a través de medios digitales?
Esto tiene que ver más con la ortografía, que es la capa inferior de la lengua. Esa economía lingüística, que implica abreviaturas o remplazar la ‘q’ por la ‘k’ o la ‘x’ por ‘ch’, son formas rápidas de hacerse entender. Se supone que los chicos que escriben de esa manera cuando están chateando, escriben normal en el colegio, en sus deberes y exámenes. Un periodista puede escribir así en el ‘Face’, pero no en el diario. Todo es por comodidad, no hay que preocuparse
El protagonista
José Luis Ramírez / Filólogo
Su campo es la lengua
Es doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto. Ha trabajado en la Universidad de Jaén y desarrolla su labor docente actualmente en la Universidad de Alcalá. Su ámbito de investigación lo constituye la historia de la lengua española. Ha publicado Breve historia del español de América y El español que hablaban los próceres.
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