domingo, 26 de abril de 2015

Amanda Balderas de Soria referente en poesía infantil

Recientemente la profesora y escritora Amanda Balderas de Soria obsequió a la sociedad orureña con un nuevo poemario de su autoría, que lleva por título Horizontes de Ilusión.

Durante y después de la presentación se vertieron diferentes conceptos acerca de su persona y de su trabajo, además que se contaban anécdotas como la que recordó la presidenta de la Unión de Poetas y Escritores de Bolivia (UNPE), Milena Montaño de Escóbar, quien asistió como jurado a un certamen de declamación del colegio Alemán, y comentó "parecía un concurso dedicado a Amanda Balderas de Soria, porque la mayoría declamaba sus poemas".

La escritora, es una persona por demás carismática, con su carácter jovial y enérgico sabe ganarse a los niños, quienes además de aprender junto a ella el hermoso arte de la declamación casi siempre eligen sus poesías por su sencillez, su belleza y su expresividad.

La poesía, se convirtió en su vida el solaz que necesitaba su alma para enfrentar las vicisitudes de la vida, a través de ella desahoga sus penas y sus angustias, se comunica con quienes ama y expresa su sentir en verso.

En una carta a su hermano escribe:

"¡Qué maravilloso tiempo

Cuando éramos pequeños!

Corríamos al ritmo del viento

Del mundo haciéndonos dueños

Y así los versos fluyen expresando el cariño por las cosas vividas junto a quien pasó de ser su compañero de juegos a ser su protector ante la falta de su padre, a quien amó profundamente y quien se fue al cielo cuando Amanda dejaba de ser niña para convertirse en adolescente. Nunca olvidó su amado pago del que salió para no volver. Casi al finalizar la carta le dice a su hermano:

¡Cómo no darle gracias a Dios!

Si un día sin pedirle

Nos hizo hermanos,

Y luego entre tanta gente

Nos elegimos como amigos,

Y a pesar de la distancia…

Estamos siempre unidos,

Dándote con amor mi apoyo y alegría

Para que sean felices tus días,

Y dejándome escuchar en todo momento

Tus tiernas palabras de aliento.

Amanda Balderas López nació en Monteagudo, en el Chaco chuquisaqueño, el 30 de junio de 1952, del matrimonio que formaron Alberto Balderas Guzmán y Elvira López Miranda, pertenecientes a conocidas y distinguidas familias del lugar, ocupados en sustentar una hacienda dedicada a la agricultura y la ganadería.

Amanda de niña era inquieta y disfrutaba de la vida en la hacienda, corriendo de aquí para allá de niña junto a su hermano y sus amigas o jugando a ser una amazona subida en la grupa de su caballo, con el que recorría las candentes tierras del Chaco.

Disfrutaba de ver a su padre con su guitarra, cantando alegre algunas sambas, acompañado por su madre, cebando mate, mientras ella junto a sus hermanos comían fruta recién cosechada.

Esa pérdida fue muy dolorosa para Amanda, pero tardó 45 años en escribir una carta para él, en la que le dice: "Vivimos apenas 12 años y hoy te extraño como si habrías partido ayer". Líneas más abajo describe a su padre, a quien llama cariñosamente Pucu, como un hombre alto, siempre sonriente y vestido de color caqui completo, "tu 1,92 te hacía bello, siempre sonriente y de buen carácter; yo nunca seré como tú pero dicen que en físico y carácter me parezco a ti, aunque tú cantabas tan hermoso tocando la guitarra, el violín y yo soy tan arrítmica, que parece que ni orejas tengo, para alegría tuya escribo poesías y tengo ya un libro", en ese tiempo ya usaba la poesía como consuelo para la angustia que le dejó la partida de su amado Pucu, a quien lleva en el corazón, culmina la carta señalando "…cuando mis sentimientos están sensibles o encontrados me desahogo escribiendo y registrándolos", es así como nace la poeta en su interior.

Pese a cualquier adversidad Amanda siempre tiene la sonrisa en los labios, alentando a quien está desanimado, haciendo reír a quien está triste, elevando el espíritu de quienes le rodean, cuando entra en algún lugar parece que éste se iluminara con su presencia radiante y retumba su risa contagiosa que le alegra el alma a cualquiera.

Esta prolífica escritora llegó a Oruro por azares del destino, y se lo cuenta a su padre con estas palabras: "tienes que saber que cuando era mozuela me trasplantaron a tierras extrañas, que estoy segura no te habrían gustado, porque éramos del Chaco ardiente; en este lugar eché mis raíces", extraña como se sentía en la alta y frígida tierra de los Urus, encontró muchas amistades que supo cultivar con lealtad y también conoció a su esposo Jaime Soria Mendoza, con quien tuvieron tres hijos, ya maduros, hechos y derechos.

Como maestra parvularia, Amanda Balderas trataba a sus alumnos como a verdaderos hijos, enseñándoles a respetar y a exigir respeto.

De espíritu incansable siempre presta a colaborar. En el Kínder "José Víctor Zaconeta", su personalidad fuerte, activa y decidida hacía que destacara, méritos que le valieron que se la designe como Subdirectora del establecimiento.

Entre 1972 y 1974 trabajó en la empresa minera Triunfo y de 1974 a 1978 en la minera Galindo. Desde 1981 hasta 2011 fue maestra en el Kínder "José Víctor Zaconeta", compartiendo su labor con el Kínder Alemán en el periodo de 1990 a 1994.

Recibió numerosas distinciones como el "Reconocimiento al Mérito" otorgado por el Ministerio de Educación y Cultura en 1993, "A las Experiencias Culturales como la Poesía y las Composiciones Inéditas", del Gobierno Municipal de Oruro, el año 2004, certificado de reconocimiento "Aporte a la Cultura Nacional", del Colegio Internacional de la Sierra en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra el año 2005 y el reconocimiento por su "Valioso Aporte Cultural a la Educación Inicial", de las Maestras de Educación Inicial el año 2004.

Destellos de Luz, fue su primer libro de poemas que se publicó el año 2002, y el año 2006 Santillana incluyó dos poemas en sus textos de lenguaje, la misma editorial al año siguiente insertó un poema en el nuevo multitexto para el ciclo básico.

Arcoíris fue el segundo poemario de la autora, para niños de 4 a 18 años, fue utilizado como texto de apoyo en literatura en el colegio Alemán en los años 2007 y 2008.

Los poemas de esta maestra y escritora son conocidos en todo el país y, son un referente en los certámenes de declamación, donde su nombre suena y resuena cada que un niño sube a un escenario para recitar una de sus composiciones y anunciar que el poema es "de Amanda Balderas de Soria".

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