miércoles, 18 de diciembre de 2013

Libro resume vida, obra y trabajo de Salvatierra

La magnitud del trabajo, la vida y obra de Ruperto Salvatierra –en palabras de la gestora cultural Silvia de Quiroga–, están resumidas en el libro editado por Nuevo Milenio y presentado el pasado lunes en el Centro Boliviano Americano, junto a una muestra de las últimas obras hechas por este valioso artista cochabambino.

Calificado por Quiroga como un hombre “intenso, de aspecto hosco, seguro de lo que lleva dentro y enamorado de su obra”, Ruperto Salvatierra agradeció durante el acto –además de los presentes y a quienes hicieron posible la muestra y el libro–, a cuatro personas ya fallecidas pero que él considera fueron fundamentales en su desarrollo artístico: su madre Leonor Lazarte, su abuelo Manuel Lazarte, su padre Claudio Salvatierra y el artista y crítico Ronald Martínez.

Marcelo Paz Soldán, responsable de Nuevo Milenio, la editorial que imprimió el libro de Salvatierra, recordó la frase italiana “Traduttore, traditore”, especificando que “el libro, a mi parecer, es un largo proceso de traducción porque de la pintura pasa a la foto, de ahí a la máquina y de ahí a la imprenta”.

Según contó Paz Soldán en una entrevista con Los Tiempos, “Ruperto, cuando se le presentaron las pruebas de color (de la imprenta), pegó el grito al cielo” porque los colores de la impresión no tenían los mismos tonos de su obra.

“Fue un largo trabajo pero muy gratificante ya que la calidad del libro refleja en buena medida la calidad de artista que es Ruperto. Así que el trabajo de edición consistió en revisar los textos, los llamados de los cuadros, las recomendaciones de rigor y el libro salió muy bien”, dijo Paz Soldán.

El trabajo de curaduría de las obras que aparecen en este libro, titulado simplemente “Ruperto Salvatierra”, fue realizado por Teresa Blanco con el apoyo de Natalia Rodríguez.

Los textos que acompañan el libro fueron elegidos por María Julia Suárez, directora Ejecutiva del Centro Boliviano Americano de Cochabamba, que también aportó en dicha publicación escribiendo una reseña sobre Ruperto Salvatierra.

Naturaleza y vida rural

Para Ruperto Salvatierra su don artístico, además de ser innato, asegura que lo heredó de su abuelo materno Manuel Lazarte, a quien no llegó a conocer pero sí tuvo la oportunidad de admirar los murales surrealistas que realizó en las paredes de adobe de su casa –con alquitrán y otros pigmentos– en la extensa propiedad agrícola que tenían en Chávez Rancho, zona ahora conocida como Villa Busch.

Ahí nació Ruperto Salvatierra y vivió bastantes años y recuerda que sus primeros aleteos en el arte fueron con la greda que encontraba en el río cercano a su casa. Ya después, en la escuela, conoció el lápiz y el papel y “ya nadie lo detendría hasta ver plenamente realizada su vocación de pintor”, según escribió Martha Urquidi Anaya.

Si bien Salvatierra estudió en la Escuela de Bellas Artes, de la academia sólo reconoce el haber aprendido las técnicas básicas y que la inspiración siempre la encontró en la naturaleza, los bodegones y los pobladores rurales de las distintas localidades cochabambinas. Actualmente vive en Quillacollo, cerca de un río, donde sigue encontrado inspiración para realizar su obra.

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