viernes, 6 de diciembre de 2013

Cineasta boliviano presentó su poemario ‘El pecado es un bocado’

Diego Torres, quien es director de filmes como “La última montaña”, entre otras, presentó el pasado miércoles su decimosegundo poemario El pecado es un bocado, en la Cinemateca Boliviana, el cual tiene al erotismo como línea conceptual.

“Se trata de una poesía vivencial. Voy escribiendo de experiencias personales y de cosas que observo. La mayoría de éstas son en La Paz, pero también me nutro bastante en viajes”, declaró Torres durante su visita a EL DIARIO.

Aseguró también que a lo largo de los años uno construye un estilo propio, en este caso, el estilo de la poesía. Ciertos hechos que uno ve los elabora según el lenguaje personal.

“La poesía es una construcción literaria. Pero sabemos que los grandes poetas han logrado construir un lenguaje propio”, sentenció quien además es uno de los cineastas más reconocidos del país.

LA PUBLICACIÓN

El pecado es un bocado que fue escrito en el lapso de tres años, tiene como temática al erotismo. Por ejemplo, las imágenes de la tapa y contratapa del libro son desnudos dibujados por el autor, quien además es pintor, la cual invita al lector a contextualizarse desde inicio.

Sin embargo, además del erotismo, Torres también reflexiona sobre la actualidad, sobre lo que significa vivir en estos tiempos, por ejemplo, los problemas contemporáneos de la humanidad que llega a condicionar la vida, como la falta de libertades, la migración, esto logra percibir, según el artista, sobre todo en los distintos viajes que ha realizado.

“Generalmente viajo solo y eso me permite situarme como observador hasta que retorno a Bolivia, y también de sujeto, respecto a las experiencias distintas que puedo vivir. Mi temática es la intimidad del ser humano, de las compañías y las soledades que puedo vivir”, aseveró.

EL CINEASTA

Diego Torres tuvo interés visual desde los años de colegio. Empezó a dibujar, luego se sumergió en la fotografía, pero ya era bastante cinéfilo.

“Tenía mis cineastas preferidos, como Stanley Kubrick, director de ‘La naranja mecánica’ (1971) e ‘Inteligencia artificial’ (2001). Ya me gustaba filmar, hubo oportunidades en que participaba en concursos y me iba bien. Gané premios, menciones, y entonces empecé a dedicarme en serio”, subrayó.

Sin embargo, informó que los años 80 fueron complicados económicamente, pero continuó haciendo videos, cortos y documentales.

Ya en los 90 realizó “La calle de los poetas” (1999), posteriormente realizó “Alma y el viaje al mar” (2003) y “Amores de lumbre” (2009).

“No busco un público masivo, quiero seguir experimentando”, culmina.

Diego Torres Peñaloza nació en la ciudad de La Paz el 12 de noviembre de 1952; es cineasta, poeta, pintor y ecologista y realizó más de una docena de cortometrajes en video y cine. Por el lado del arte plástico, tuvo su primera exposición en 1972. La Cinemateca boliviana presentó en 1996 en conmemoración a sus 20 años de trabajo en el cine experimental y video.

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