sábado, 16 de julio de 2016

Sergio Gareca, el que quiere morir con la pluma en la mano

Sin lugar a dudas en Oruro se cuenta con una cuna enorme de grandes artistas, más aún cuando se habla de la literatura, con jóvenes escritores que dejan en alto el nombre de esta Alta Tierra de los Urus. Uno de ellos es Sergio Gareca, quien ya logró consagrarse a nivel nacional con sus varios libros publicados.

Esta semana LA PATRIA (LP), conversó con este singular escritor, quien asegura que quiere morir "con la pluma en la mano", refiriéndose a que nunca dejará de escribir.

LP: ¿Cómo inicia tu incursión en el mundo de la literatura?

SG: Estaba camote de una muchacha que nunca me tiró pelota. Una vez, en una feria del libro una chica me hizo la misma pregunta. Respondí lo mismo, pero la chica era muy analítica y se puso a pensar un momento y luego me dijo: "Entonces digamos que el talento estaba ahí y solo necesitabas un pretexto para escribir". Creo que ella describió mejor la incursión en la literatura. También pasaba que siempre tuve ansias de leer, pero comencé a hacerlo muy tarde, a los quince años. No llegaba aún el libro que pudiese agarrarme. Buscaba mucho en las ferias de la plaza, pero casi nunca llega poesía y los libros que circulan son muy malos y trillados. Entonces como no encontraba un texto en el que me reflejara, comencé a escribir lo mío. Siempre pasa que uno se tiene en sobre-consideración al empezar. Por fortuna, esto se va quitando con el tiempo y desde luego, el lenguaje te golpea, hasta que te nazca la humildad con respecto al oficio.

LP: ¿Qué mensaje quieres dejar con tus libros?

SG: Uno de los grandes mitos acerca de la literatura es que la comprendemos como una metodología para la vida. Esto ocurre con los libros de autoayuda, textos específicamente informativos. Pero la literatura es otra cosa. Desde el goce estético hasta la experimentación de otras sensaciones. Como las que he buscado en mi último libro especialmente. Sentimientos como la rabia o el desconcierto. Desde luego debe haber un trasfondo comunicativo. Pero siempre tiene que ver más con el estudio del lenguaje. Creo que Octavio Paz ya lo dejó en claro. La materia de la literatura hoy es el mismo lenguaje. Esto también es una llamada de atención a los profes de literatura cuando después de leer un texto torturan a los estudiantes buscando un mensaje. Y eso no existe, lo que se quiere es que cada vez que leas un libro se te quede en la memoria la misma impresión de cuando te contaron el primer cuento de niño, es decir simplemente entregarse a la maravilla, de las imágenes, la fantasía, el ritmo o un concepto nuevo. En mi caso, la búsqueda de una propuesta es lo más valedero. En el libro Área Vip que acabo de presentar, por ejemplo, estoy en búsqueda de fundar el chojcho punk.

LP: ¿Alguna vez buscaste algún galardón por tus escritos?

SG: Desde luego, pero hay muchos tipos de galardones. La opinión y el cariño de los amigos desde luego es un galardón que uno siempre quiere conservar. Luego los demás son pues momentáneos, que desde luego lo alegran a uno para hacerlo pensar que en todo este tiempo no he estado en tonterías (hablo de "del arte no vas a vivir"). Los galardones son también un indicador de la madurez con la que se escribe, aunque no sea la justificación plena del oficio. Además, como dice Monterroso, hay que alegrar con eso a la familia y los amigos, así como que hay que brindarles también nuestros fracasos, para que se entristezcan un poquito. La verdadera lucha siempre es con uno mismo y por esa razón uno llega a confundirse. Los galardones son siempre una medalla de plata que alienta a ganar la de oro. Pero eso, menos mal, no llega nunca.

LP: ¿Es difícil ser escritor? o ¿cualquiera puede escribir?

SG: No sé. Todos pueden escribir, pero siempre hay algunas cosas como la motivación. La mayoría de las veces no pasa de ser un instinto catártico. Y es una vil trampa creer que la poesía es el lenguaje del alma. Escribir es un compromiso muy fuerte y un vicio, que como cualquier otro te cobra la vida. Meterse a los libros es cosa seria. No se trata de fama. Se trata de una búsqueda permanente, un eterno vagar por las palabras. Si hay valor para ser un mendigo en el desierto, un astronauta o un asesino en serie, pues adelante. Es un pugilato con la imaginación. Una inversión muy difícil, porque casi siempre se sale perdiendo. La perseverancia que da la vitoria al perdedor.

LP: ¿Qué recomendarías a los jóvenes que quieren dedicarse a la literatura?

SG: No creo que haya recomendaciones, la literatura como la música, es algo que viene incorporado al chip del ser humano. La poesía ha de existir siempre porque es una necesidad básica. Quien quiere escribir, va a hacerlo con o sin consejos.

LP: ¿Algún día dejarás de escribir?

SG: La muerte es una gran sombra, una poderosa sombra. Desde luego quiero que me agarre con la pluma en la mano.

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