domingo, 7 de junio de 2015

Ruth López, una autobiografía del dolor

“Viví una vida triste, una vida oscura, una vida amarga, porque nunca me gustó pedir a nadie, ni siquiera a mi familia; siempre viví aislada. Si no tuviese hijas, tal vez no me importaría esta situación como me importa ahora. Mis hijas son la razón de mi vida y por ellas quiero seguir viva” (Ruth Ana López Calderón, autora de “Sin óbolos para Caronte”)

Los poetas de Bolivia y el mundo se unen por estos días en torno a una causa común: ayudar a Ruth Ana López Calderón, la escritora chuquisaqueña radicada en Santa Cruz que padece de dos tumores en la cabeza y necesita operarse. La campaña de recolección de fondos, sin embargo, está abierta a todas las personas.
“Son dos tumores: el primero y más pequeño es el prolactinoma, que fue diagnosticado en el 2002, y el último apareció seguramente en estos últimos años, es un aracnoidocele intraselar grado II, el que me quitó la vista periférica y ocasiona mareos, vértigo, náuseas, pérdida de la visión, pequeñas lagunas mentales, ataxia, mucho dolor…”.

Cuando nos encontramos en el café, Ruth López se mostraba con los ánimos caídos. Acababa de salir del consultorio de su médica en Sucre con la confirmación de lo que ella venía sospechando: su enfermedad exige una costosa intervención quirúrgica. Tiene, además, hipotiroidismo, lo que complica el panorama. La cirugía debe practicarse antes de que el segundo tumor invada más espacio y, con ello, afecte de modo irreversible otras funciones del organismo.
Con ascendencia en Padilla y en Huacareta, por parte de madre y de padre, respectivamente, Ruth lucha por su vida con la motivación de ver crecer a su hija menor, que tiene 16 años y depende de ella.

“Una vida triste”
Escribe desde los 11 años de edad, “pero en serio —aclara Ruth— desde el 2010”. Su primer poemario, “Desde las profundidades”, tiene edición estadounidense (Black Diamond Edition, 2013). El segundo es “Sin óbolos para Caronte” (2014), con buena repercusión de la crítica.

La temática está relacionada con la enfermedad: la suya y la de otras personas. “Al cuidar a mi madre yo estuve en contacto con muchos ancianos, con gente enferma, gente sola, gente abandonada, gente pobre; de ahí nació esto, y de mi propia enfermedad, obviamente, porque desde ahí percibo todas las cosas. Este tercer libro es una especie de autobiografía”.

Tiene en puertas una nueva obra, “Itinerario de una metamorfosis”, poemario con la temática del abuso sexual infantil y la violencia contra la mujer. “Está dedicado a las víctimas que callan. Creo que es importante que alguien aliente a la niñez, a la juventud, a las mujeres, a no quedarse calladas… Espero verlo publicado”.

“Viví una vida triste, una vida oscura, una vida amarga, porque nunca me gustó pedir a nadie, ni siquiera a mi familia; siempre viví aislada. Si no tuviese hijas, tal vez no me importaría esta situación como me importa ahora. Mis hijas son la razón de mi vida y por ellas quiero seguir viva; por ellas, por la poesía es que me aferro y pido a la gente que pueda colaborarme para que pueda salir de esta”.

La campaña
Las actividades literarias con dicho fin benéfico se suceden una tras otra, aunque todavía resta mucho por hacer, por recaudar. Y el ejemplo llega principalmente del exterior del país: Distintos grupos de artistas promovieron festivales en Madrid y en Murcia. Hace poco hubo un evento similar en Santa Cruz donde, además, un cuadro de la artista cordobesa Mirta Cwirko fue subastado en 450 dólares. Entretanto, amigos poetas de Sucre alistan una campaña en la capital.

Ruth no tiene estimado el monto que necesita para su operación. Solo sabe que incluso médicos bolivianos, juzgando la delicadeza de su caso, le han sugerido que la intervención se haga fuera del país.

Ella es claramente una mujer fuerte que solo se quiebra de impotencia; a veces, en los casos muy graves, la enfermedad puede acorralar a las personas. Y entre todas las personas las más sensibles suelen ser los artistas. Y entre los artistas, en los primeros peldaños están los poetas.

Tres poetas extranjeros, a los que conoció por Facebook, la empujaron a iniciar una campaña en Indiegogo (la mayor plataforma global de recaudación de fondos en el mundo). “Yo no quería porque conozco la idiosincrasia de nuestra gente, que dice: ‘¡Ay, qué vergüenza, está pidiendo!’. Pero, a veces una se ve acorralada…”.

Una cuenta bancaria
En su tercer libro se ve mucho de eso. Son 80 poemas en los que sobrevuela una angustia que hiere: “La noche cubre con su manto la vida”. O: “¿Sabes lo que es ser mujer y no poder serlo?”.

La campaña de Indiegogo por Internet avanza lentamente porque mucha gente, sobre todo en Bolivia, no maneja tarjetas de crédito. Por este método se han recibido donaciones de distintas partes del mundo, a partir de 1 dólar.

Hasta ahora, la mejor respuesta se ha producido con depósitos a la siguiente cuenta del Banco Nacional de Bolivia (BNB): Nº 2901113338.
Quienes estén interesados en aportar mediante la compra del poemario “Sin óbolos para Caronte”, pueden llamar al celular 72896276.
Lo haré
Voy a sumirme en trance de locura:
buscaré la risa,
en sus propios escombros,
y cantaré letanías a la luz de la luna.

Voy a exorcizar el alma
de sus demonios
y vestirla de blanco:

y como novia
iré a deshojar los lamentosmargaritas
y embriagar el ser,
éste que me amarra,
con el recuerdo de tu licor esparcido.

Voy a llorar tu muerte,
hoy que aún estoy viva,
y pondré una corona de flores
en la lápida de mi frente.

Entonces despediré tu vida,
en la vereda solitaria,
antes de doblar el recodo.



Ni una palabra
Ni una palabra que pueda alejar la tristeza,
ni el vuelo de la mariposa
que choca con la ventana,
revolotea,
y no se posa,
ni sus vivos colores alegran la mirada:

donde una estatua
de sal y de arena
petrificada en la cama contempla
día y noche
la misma cosa,
el dolor
que no cambia,
ya agudo, ya sonriente, ya calcinado
presente como llaga

supura inmovilidad y grito
y se esparce
hasta la consumación
donde agita la conciencia
en su pregunta:

¿es esto la vida?

El silencio,
con una lágrima que abandona
el cuerpo, responde,
y rueda hasta la almohada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario