La Capilla Sixtina del Altiplano Boliviano 1608-2013 es un libro que acaba de presentar el párroco de Curahuara de Carangas, Gabriel Mauricio Antequera. La obra intenta decodificar los mensajes del legado artístico que alberga la ermita desde la Colonia.
El autor explicó que buscó una aproximación a los mensajes iconográficos de las pinturas murales del templo, construido a 226 kilómetros al noroeste de Oruro, cerca del límite fronterizo con Chile.
En sus 118 páginas, Antequera invita al lector a mirar las pinturas que existen al interior del templo sobre la base de tres momentos: Los indígenas como maestros, quienes plasmaron su trabajo guiados por los misioneros entendidos en temas religiosos; la representación de la Biblia en una simbiosis con la cultura andina y la fe en la vida de los habitantes.
“La iglesia de Curahuara de Carangas, al ser la mejor conservada del último tercio del siglo XVI, es un buen ejemplo de estudio por su valor patrimonial y tangible, tanto por su arquitectura, pero sobre todo por los murales que decoran su interior”, señaló el presbítero, que fue destinado a esa zona del altiplano hace siete años.
“La expresión artística es una reflexión y es idónea para ser usada con fines catequéticos”, añadió. Desde que Antequera llegó a Curahuara se gestionaron varias refacciones en el templo, donde el Tata Santiago tiene un lugar privilegiado, así como en otras iglesias del área.
Más conocida como la Capilla Sixtina de los Andes, “actualmente es una de las reliquias más grandes que tiene Bolivia en la zona altiplánica”, comentó la arquitecta Josefina Matas. La obra arquitectónica fue declarada Monumento Nacional el 17 de febrero de 1960.
La presentación del libro está escrita por el obispo de la Diócesis de Oruro, Cristóbal Bialasik, quien indica que es imposible pasar por el altiplano sin ver la joya del templo de Curahuara de Carangas, construido en 1608. “Es una expresión de fe y de la cultura del mismo pueblo”.
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