viernes, 5 de julio de 2013

Carmen Beatriz Ruiz presenta sus cuentos “desbordados”

Robándole horas al sueño y sólo fuera de horas de oficina, Carmen Beatriz Ruiz forjó poco a poco un viejo sueño: escribir literatura.

Es así que hoy presentará Fronteras desbordadas, su segundo libro de relatos, tras su debut con Espejos en la memoria (2011).

“Si hay un hilo común en las 15 narraciones cortas de este libro -comenta- es la situación límite en la que las personas sacan a relucir lo mejor o lo peor de sí mismas”.

Fronteras desbordadas forma parte de la primera tirada de libros de la flamante editorial paceña 3.600, que debutó en el ámbito literario nacional en la pasada Feria Internacional del Libro de Santa Cruz, donde presentó una media docena de títulos, entre los que destacan Nuevos gritos demenciales, antología del cuento de terror compilada por Daniel Averanga y Willy Camacho; Yo, el Presidente, de Víctor Hugo Romero; y Que mamá no nos vea, de Claudia Peña.

El lanzamiento del libro será esta noche a las 19:00 en la Asociación de Periodistas de La Paz, donde Ruiz leerá fragmentos de su obra, luego de algunas palabras introductorias de Raquel Montenegro, exdirectora de la carrera de literatura de la UMSA, y la escritora Daniela Renjel.

Contenido

Si la autora -volviendo a reflexionar sobre sus cuentos- halla que los términos “cambio trascendental” o “giro fundamental” pueden llegar a describir la esencia del libro, partiendo de que dice haber hallado inspiración en sus experiencias en ciudades de frontera, “donde se respira un halo de indecisión en el ambiente y entre la gente”, Renjel, desde su mirada académica, tiene una lectura muy cercana:

“Desbordar una frontera es cometer una transgresión. Sin embargo, ignorar una prohibición implica, paradójicamente, habitar otra ley, una que en mayor o menor medida nos acerca a lo más fidedigno que podemos llegar a ser”.

“Los cuentos de Carmen Beatriz Ruiz -finaliza- exploran a través de un lenguaje cálido, como los escenarios que construye, las consecuencias del movimiento”.

Punto de vista
Daniela RenjelLiterata Estas historias están marcadas por la fuga. Si ante la frustración los hombres se vuelcan hacia el alcohol, las mujeres sólo piensan en huir, pero no como signo de cobardía o debilidad, sino de hastío y decisión de no malgastar esfuerzos ante una situación que no da más de sí, desligándose de cualquier sacrificio estéril: así se entiende la “libertad”. Cruzar puertas visibles y no visibles con la violencia simbólica necesaria -ejercida en primer término contra una misma- es la vía hacia una nueva vida, incluso hacia una muerte querida, la mayor frontera conscientemente destruida.

Innegablemente, Ruiz habla de lo que mejor conoce, haciendo de las mujeres las grandes protagonistas.

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