domingo, 1 de mayo de 2011

Ernesto Sábato se aventura al final del túnel

El escritor argentino Ernesto Sábato, Premio Cervantes de Literatura (1984) y uno de los grandes autores latinoamericanos del siglo XX, murió ayer a los 99 años a consecuencia de una bronquitis, en su casa de Santos Lugares, provincia de Buenos Aires.
“Mi padre dijo: cuando me muera quiero que me velen acá, para que la gente del barrio pueda acompañarme en este viaje final y quiero que me recuerden como un vecino, a veces cascarrabias, pero en el fondo un buen tipo”, recordó su hijo, el cineasta Mario Sábato.
El velatorio fue por la tarde en el club Defensores de Santos Lugares “como él lo deseó, en el club de su barrio”, dijo Mario con la voz quebrada, en la puerta de la casa de su padre.
Decenas de vecinos comenzaron a desfilar frente al cajón abierto, para dar su último adiós al escritor. “Gracias maestro por tu genialidad”, “hasta siempre”, “gracias por tu sabiduría”, se leía en carteles dejados junto a ramos de flores, en las rejas de la casa del autor donde vivió durante más de 60 años.
El creador de obras fundamentales de la literatura latinoamericana como El túnel (1984), Sobre héroes y tumbas (1961) y Abbadón, el Exterminador (1974) murió a la 1:00 del sábado.
Sábato iba a ser homenajeado hoy en la Feria del Libro por el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, a poco de cumplir 100 años.
Una vez publicada la noticia, diferentes personalidades de la cultura y gobiernos de Iberoamérica lamentaron el deceso del autor de Hombres y engranajes (1952). De igual forma, las redes sociales se abarrotaron con mensajes de dolor y homenajes para una de las mentes más lúcidas de su generación.
Nacido el 24 de junio de 1911 en la ciudad bonaerense de Rojas, Sábato fue el penúltimo de 11 hijos y sus biógrafos creen que parte de su atormentada personalidad deviene de haber sido bautizado como su hermano inmediatamente mayor, muerto poco tiempo antes.
Se doctoró en Física en la universidad pública de La Plata en 1938, pero en 1943 se alejó del área científica para dedicarse a la literatura y luego a la pintura, su afición de los últimos años. “Yo escribo, porque si no me hubiera muerto, para buscar el sentimiento de la existencia”, dijo Sábato una vez.
Sus cuestionamientos existencialistas no lo hicieron menos terrenal, como lo mostraba su afición por el fútbol y el club Estudiantes de La Plata.
Mañana la Feria del Libro de Buenos Aires le dedicará un homenaje, otros empezaron antes como el grupo argentino Los Fabulosos Cádillacs, que le escribió en 1997 la canción Sábato, basada en la obra del autor.

Escritores bolivianos lamentan su fallecimiento

Eduardo Scott Moreno
Siento un gran afecto por sus libros como El túnel y Hombres y engranajes, pero el que más me conmovió fue Antes del fin (1998), lo redactó luego de perder a su hijo, es una obra tierna y dolorosa. Sus títulos perdurarán.

Edmundo Paz Soldán
Era un hombre trágico, atormentado, solemne, eso me fascinaba en mi adolescencia. Cuando leí Abaddón, el Exterminador, me identifiqué con el protagonista y me ayudó a dejar la carrera de Ingeniería Industrial, que estudiaba por entonces.

Ferrufino-Coqueugniot
Sábato excedió el arte de escribir para convertirse en la conciencia argentina. Lo despedimos, con la eternidad de sus héroes y tumbas, lo oscuro del intelecto humano y el orden que buscó en las matemáticas.

Homero Carvalho
Su actitud ante las dictaduras fueron un ejemplo para mí. Rescato el título Uno y el universo (1945), pero mi favorito es El escritor y sus fantasmas (1963), una obra sobre los diferentes temas que acosan, apasionan y liberan al escritor.

El día que le dijo al mundo ‘Nunca más’
Sábato encabezó a un selecto conjunto de personalidades en la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas que publicó el famoso informe Nunca más, que estremeció al mundo con relatos y testimonios de las víctimas y sobrevivientes de la dictadura argentina (1976-1983). El documento fue la base para el histórico juicio a la Junta Militar de 1985. “Hemos vivido un descenso a los infiernos”, dijo Sábato al presentar el informe al entonces presidente Raúl Alfonsín (1983 - 1989), el 20 de septiembre de 1984.
Sábato definió el periodo como “la tragedia más salvaje de la historia argentina”, al contabilizar 8.961 desapariciones. “Los derechos humanos fueron violados de forma orgánica y estatal”, denunció. Unas 30.000 personas desaparecieron durante la dictadura.

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