domingo, 1 de mayo de 2011

Ernesto Sábato ingresa en el túnel donde mora la eternidad


Deceso: El narrador argentino, autor de El túnel, falleció ayer los 99 años en su casa de Buenos Aires.

Buenos Aires-EFE.- El escritor argentino Ernesto Sábato murió ayer a los 99 años en su casa de las afueras de Buenos Aires, donde permanecía recluido desde hacía años a raíz de sus problemas de salud, informaron allegados al autor.

Sábato, quien fue el último superviviente de los escritores con mayúscula de la literatura argentina, estaba ya prácticamente ciego, lo que lo mantenía retirado en su residencia bonaerense de Santos Lugares.

Debido a su ceguera, el autor se había visto obligado en los últimos años a abandonar la lectura y la escritura, y a llenar su tiempo con la pintura y otras aficiones que practicaba en su vivienda.

En los últimos días, una bronquitis había complicado su salud, destacó en declaraciones radiales su compañera Elvira González Fraga.

PERFIL. Nacido en la localidad bonaerense de Rojas el 24 de junio de 1911, abandonó su carrera científica —tenía un doctorado en Física— en los años 40 para volcarse en la literatura con la publicación de la recopilación de ensayos Uno y el Universo.

El reconocimiento internacional le llegó en 1961 con Sobre héroes y tumbas y la consagración en 1974 con Abaddón el exterminador, que completan la trilogía iniciada con El túnel (1948), adaptada al cine en 1952 por el director argentino León Klimovsky.

Galardonado con el Premio Cervantes en 1984 y propuesto como candidato al Nobel de Literatura de 2007, Ernesto Sábato no sólo fue reconocido por su oficio de escritor, sino que además presidió en 1984, merced a su afinidad con el socialismo y destacada labor en defensa de los derechos humanos, la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep).

Este grupo redactó el informe Nunca más, una obra clave que relata los horrores acaecidos en el país en la última dictadura militar argentina (1976-1983).

ARTE TRÁGICO. “Me salvó el arte y por eso mi arte es trágico”, reconoció en 1992 a la revista Newsweek, a la que confesó que estuvo dos veces tentado de quitarse la vida.

La humanidad vive un “tiempo de inmoralidad”, aseguró a fines de 2000 en un texto para el Fondo Internacional de las Naciones Unidas Para Socorro a la Infancia (Unicef).

La postura comprometida de Sábato no le restó lectores: su ensayo La resistencia (2000), que se publicó primero por internet a pesar de los reparos del escritor a todo lo que signifique globalización, fue un éxito y la primera edición impresa, de 100.000 ejemplares, se agotó rápidamente.

La última obra publicada de Sábato, que también recibió los premios Gabriela Mistral (1983) y Menéndez Pelayo (1997), fue España en los diarios de mi vejez, fruto de sus viajes al país en 2002, mientras Argentina se sumergía en la más feroz crisis económica de su historia.

Según contó su hijo Mario Sábato, el escritor ya no salía de casa, estaba al cuidado de enfermeras y apenas hablaba, aunque ocasionalmente rompía su silencio para dialogar con la familia.

Argentina llora a un grande

EFE. Argentina llora la muerte del escritor Ernesto Sábato, el último mito viviente de la literatura del país suramericano.

“Se ha ido un faro de la ética”, resumió el ministro de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, Hernán Lombardi, quien consideró que éste es un buen momento para reivindicar la obra del autor.

Sábato es “esa clase de personajes que valen la pena mirar, aprender y encontrar refugio, aunque discrepes en algunas cosas”, destacó en declaraciones a la prensa.

Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz 1980, consideró que el escritor “tuvo una vida muy fructífera y muy participativa en los problemas sociales y humanitarios”.

“Aportó mucho al país y a la humanidad con su responsabilidad social, cultural y política”, dijo al aludir a su papel de Presidente en 1984 de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep).

Hace unos días, su hijo, el cineasta Mario Sábato, anunció que proyecta abrir un museo en la casa de Santos Lugares.

Las frases del maestro

EFE. El escritor argentino Ernesto Sábato pronunció numerosas frases sobre la evolución del mundo, la vejez y la globalización.

“Siempre tuve miedo al futuro, porque en el futuro, entre otras cosas, está la muerte” (en Diálogos con Jorge Luis Borges).

“Habrá siempre un hombre tal que, aunque su casa se derrumbe, estará preocupado por el Universo. Habrá siempre una mujer tal que, aunque el Universo se derrumbe, estará preocupada por su hogar” (en Uno y el universo).

“¿O será uno de esos seres solitarios y a la vez temerosos que sólo resisten la soledad con la ayuda de ese gran enemigo de los fantasmas, reales o imaginarios, que es la luz?” (en Sobre héroes y tumbas)

“Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano” (en Antes del fin).

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