martes, 3 de junio de 2014

René Zavaleta invita a pensar en la ideología del proletario

No fue suficiente la victoria militar de la clase obrera en la Revolución de 1952, pues ésta significa muy poco cuando no está acompañada de la ideología y del poder proletario, sostiene René Zavaleta en su libro El poder dual.
De ahí "que todos los alardes de dominación -temporalmente- por parte de la Central Obrera Boliviana (COB) no lograban impedir que los obreros sirvieran y pertenecieran al Estado democrático-burgués que estaba naciendo”.
Posterior al 9 de abril de 1952, el "Ejército fue vencido, materialmente disuelto y desarmado. Una guardia de obreros fabriles hace (hacía) guardia ante al Palacio Quemado”, recuerda Zavaleta.
Era un hecho sin antecedentes en la región, pues "en los hechos el llamado Estado oligárquico minero feudal es el que se ha derrumbado a través de la derrota de su núcleo represivo y existencial, tras una batalla de tres días”.
Entonces, cuenta, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) era el portador de la revolución burguesa, y la clase obrera, que no tenía su propio partido ni ideología, posibilitó materialmente el triunfo del MNR. Fruto de la "revolución democrático-burguesa”, así la denominó Zavaleta, el MNR reclutó a la inmensa mayoría del país, incluso a sus adversarios, hasta se dijo superficialmente que la clase obrera militaba en este partido y se pensó mecánicamente, al calor de la victoria, que era el partido de los obreros, pero "ni en su práctica ni en su teoría ese partido contenía la ideología del proletariado”.
En los hechos, la clase obrera conquistó el poder, pero la administración quedó en manos de la pequeña burguesía, que desde entonces continuamente reproduce la ideología burguesa al extremo de que la clase obrera no se desprendía de la visión pequeñoburguesa.
Zavaleta señala que la falta de ideología y el poder proletario fueron la causa de la posición obrera, el mayor infortunio de la historia de la izquierda boliviana que tendrá sus efectos hasta nuestros días. Considera que la causa inicial de esa desventura es el impulso espontáneo, es decir, el carácter espontáneo del movimiento de masas que se "mantendrá implantado en el modo de ser de los obreros y los campesinos durante mucho tiempo”. El espontaneísmo por eso -porque se funda en un punto de la mayor autenticidad y profundidad de las masas- sigue siendo hasta hoy el carácter del movimiento de masas en Bolivia. Y esta espontaneidad es la causa de sus derrotas, pues en ausencia de una ideología, las bases de la sociedad -mineros y campesinos- continúan siendo instrumentos de los gobiernos de turno. Posterior a la insurrección de abril de 1952, la burguesía no tenía Ejército pero su hegemonía ideológica estaba intacta a través de la influencia del partido pequeñoburgués, pues la ideología burguesa dominaba tanto en el polo burgués como en el polo proletario, pues la COB no lograba impedir que los obreros sirvieran y pertenecieran al Estado democrático burgués. En los hechos, la hegemonía absoluta de la clase obrera no produjo el poder proletario que debía transformar la revolución burguesa en revolución socialista.
Pensar en democracia
"Lo que tiene el hombre de humano es lo que tiene de democrático”. Ésta es una de las frases de Zavaleta en un ensayo denominado Cuatro conceptos de la democracia. En una de ellas, La democracia considerada como movimiento general de la época, reflexiona que "uno sólo es relativamente libre si la libertad no es (el) hecho que comprende a todos los hombres del escenario al que uno refiere su existencia”. En el segundo, La democracia como representación, señala que "ningún sistema, capitalista o socialista, puede evitar en una proporción absoluta la idea de la democracia representativa (...)”.
En el tercero, La democracia como problema de la teoría del conocimiento, indica que "la democracia oye el ruido del corpus social”. Además, "la democracia funciona, por consiguiente, como astucia de la dictadura”.

En el cuarto concepto, La democracia como autodeterminación de las masas, considera que "la historia de las masas es siempre una historia que se hace contra el Estado, de suerte que aquí hablamos de estructuras de rebelión y no de formas de pertenecimiento”.

HOJA DE VIDA

Autor René Zavaleta Mercado fue ministro de Minas (1964) y diputado (1962).
Intelectual Docente de las universidades Oxford, Vincennes, UMSA, Santiago, México y FLACSO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario