domingo, 8 de junio de 2014

Archivo guarda cinco siglos de historia de La Paz

S on al menos 20 toneladas de expedientes de la época de la Colonia (1558-1825) que hablan de cómo se formó económicamente la ciudad de La Paz desde su fundación, el 20 de octubre de 1548.
Se trata de contratos de compra y venta de haciendas, tierras, servidumbre, de construcciones para la Iglesia (templos y otros) y obras de arte, documentos únicos en el mundo entero.
En la inmensa cantidad de legajos también se halla información sobre el pago de impuestos a la Corona Española, como la anata (impuesto a los cargos de los empleados públicos), diezmo (a la tierra), quinto real (a los minerales), la bula de la Santa Cruzada, el estanco (al aguardiente, el tabaco y papel sellado), entre otros.
En estos libros, elaborados por notarios y escribanos públicos, designados por el mismo rey, aún se distingue claramente descripciones de las actividades económicas sobre las que giraba la vida en la entonces Nuestra Señora de La Paz.
También se lee testamentos de personas influyentes e, incluso, detalles sobre el pago de bulas de indulto "perdón de los pecados”.
"Estos documentos nos permiten saber cómo vivían en ese entonces las personas, cómo era la vida de la ciudad”, afirma la actual custodia de estos tesoros, Marie Money, directora del Archivo Histórico de La Paz que depende de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
Money, historiadora experta en la escritura paleográfica, producida por los españoles cuando fundaron La Paz, toma uno de los legajos y comienza a hojearlo con sumo cuidado. Antes se cubre la boca con un barbijo y pone en sus manos unos guantes desechables para no dañar las escrituras, pero también para protegerse de los hongos y bacterias que pueden haber plagado el papel que perdura desde hace 500 años.
Enseguida comienza a leer el testamento del capitán Pedro Cerón, escrito en 1958 por el escribano público licenciado Baltazar de Villalobos. El documento es un inventario de sus bienes.
"Acá se lee dónde estaban sus propiedades. Además de ser propietario de algunas casas, el capitán Cerón poseía una espada con puño de oro, una daga con puño y una cruz de oro, una manta de raso negro, un ropaje negro de mangas cortas con faldón en cuero verdadero; un manto negro, dos grebas (adornos). Con esta información se puede estudiar la situación socioeconómica de los ciudadanos de mucha influencia de esa época”, insiste después de descifrar las escrituras, cubiertas por un pesado empastado en cuero de oveja.
En otro legajo, esta vez de 1806, la directora del Archivo encuentra el documento que se refiere al arrendamiento del puente de Desagüadero de La Paz.
"El puente se arrendaba por cinco años y se lo daba al mejor postor. Acá se lee que en 1806 se lo arrendó por una suma de 16.393,9 pesos corrientes ensayados en la Casa de la Moneda”, explica.
rescate histórico
Estos documentos coloniales, que en peso llegan a las 20 toneladas -según Marie Money- fueron rescatados en 1971 por un profesor de historia de la UMSA y sus alumnos, que se enteraron que los escritos, que se encontraban apilados en los sótanos de la Corte Distrito de La Paz, estaban a punto de ser vendidos a una empresa para ser convertidos en cartón.
Se trataba del profesor Alberto Crespo, quien movilizó a docentes, estudiantes y autoridades del gobierno de turno para rescatar la documentación.
Logró que se emitiera el Decreto 9777 y otras normas para preservar y organizar los legajos, para que la población pudiera acceder a ellos bajo la custodia de la UMSA.
Marie Money, quien entonces era alumna del profesor Crespo, participó en el rescate. Recuerda cómo sus compañeros trabajaron con tesón para salvar el tesoro.
Ante la noticia de tal salvataje de documentación, única en el mundo, llegaron a Bolivia archivistas de Argentina y de Ecuador, quienes recomendaron que se debía capacitar a los custodios.
"No medíamos nada. Fue una cruzada de salvataje. Cargamos todos los archivos y los llevamos a Cota Cota para organizarlos. Llegaron archivistas de Chile y Ecuador para ayudarnos y concluyeron que nos faltaba capacitarnos. Llamaron a cuatro estudiantes, Roberto Choque, Florencia Bundiel, René Arze y yo, porque sabíamos paliografía”, recuerda Money.
Así ella fue enviada a España, donde, durante seis meses, fue capacitada en el tratamiento y cuidado de los legajos, su archivo y en la lectura paleográfica. Sus otros compañeros fueron enviados a Argentina y París.
Paralelamente, el maestro Crespo se encargaba de gestionar un repositorio y así logró crear el Archivo Histórico de La Paz, que hasta la década de los 90 funcionó en predios de la UMSA, ubicados en el barrio de Cota Cota, de la zona Sur.

En los 90, los legajos coloniales de cinco siglos fueron llevados a la casa del expresidente Ismael Montes, más conocida como la Casa Montes, una mansión construida a finales del siglo XIX, ubicada en la avenida 6 de Agosto de la ciudad de La Paz. La propiedad había sido donada a la Universidad Mayor de San Andrés.
a la altura de europa
"Este lugar no tiene nada que envidiar a una biblioteca de Europa. El lector se merece las mejores condiciones y acá se las damos. Historiadores de todo el mundo vienen a consultar los documentos”, afirma Marie Money mientras muestra las instalaciones del lugar, adecuadas hoy para ser una biblioteca única en el mundo.
Primero nos guía hacia la sala de lectura del Archivo, instalada en lo que fue el comedor y la biblioteca o "sala de los pactos” del expresidente Montes, quien presidió Bolivia en dos oportunidades: primero entre 1904 y 1909, después desde 1913 hasta 1917.
Los dos hermosos ambientes aún lucen su esplendor, porque las autoridades de la UMSA decidieron refaccionarlas, rescatando todos los diseños de la decoración de techos y paredes.
En los techos se ve diseños que identifican la personalidad de cada lugar y su utilidad. De ellos cuelgan enormes lámparas que llaman la atención a primera vista. En algunos pedazos de pared se incorporaron murales del maestros Édgar Alandia, que representan la historia de La Paz, antes y después de la Colonia.
La "sala de los pactos” se convirtió también en la "sala de tertulias” del Archivo. De vez en cuando historiadores y otros intelectuales se reúnen con estudiantes para debatir temas de interés.
En el lugar se encuentra un espacio destinado al recuerdo del fundador del Archivo, Alberto Crespo. Está en un estante, donde se ve su fotografía, su máquina de escribir y sus anteojos.
Un monumento
"Esta casa es un monumento que perteneció a uno de los presidentes liberales más controversiales de Bolivia, porque en su presidencia (1904) se firmó el Tratado de Paz y Amistad con Chile en 1904, después de la Guerra del Pacífico. Acá (en el Archivo) conservamos los borradores de ese acuerdo”, remarca Money mientras muestra el resto de la dependencias de la mansión.
La directora del Archivo cuenta que algunos de los descendientes del expresidente Montes aún visitan la casa.
"La nieta del expresidente, Elena Montes aún nos visita. Viene y reconoce cada rincón de la casa y rememora su infancia. Hace dos años nos donó un juego en plata pura, una antigüedad que también preservamos en el Archivo”, relata Money.

más de 100 mil fotos
Pero el Archivo Histórico de La Paz no sólo preserva expedientes coloniales, también guarda imágenes de hechos históricos de la ciudad sede de Gobierno.
Se trata de al menos 100 mil piezas fotográficas, de las cuales, las consideradas históricas, fueron digitalizadas.
Se trata de imágenes de algunos levantamientos indígenas y otros acontecimientos que escribieron la historia de La Paz.
Money cuenta que la UMSA, con recursos propios, decidió adquirir tecnología de última generación para continuar preservando estos documentos.
En ese objetivo adquirió sobres de cartón fabricados en Ecuador que mantendrán los documentos libres de humedad, polvo y otros agentes que puedan dañarlos.
En la biblioteca se instalará un sistema de iluminación especial, también con el objetivo de proteger la riqueza histórica que conserva el Archivo. La limpieza y mantenimiento de los documentos será tratada con equipos modernos, como deshumificadores, hidrotermógrafos y aspiradoras antihongos y bacterias.
"Si estos documentos tienen 500 años deben ser preservados para perdurar miles de años más. Acá está nuestra historia, de acá venimos”, afirma Money mientras señala uno de los pesados legajos coloniales que sostiene en sus manos.

El Archivo no tiene nada que envidiar a bibliotecas de Europa. El lector se merece las mejores condiciones y acá se las damos. Historiadores de todo el mundo vienen a consultar los documentos.

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