viernes, 6 de junio de 2014

Matroliteratura y libros álbum, innovaciones de la narración

Devolver el cuento a sus orígenes, al hogar y la familia donde eran los padres o los abuelitos que contaban los cuentos a los más pequeñitos, pero ahora enriquecida con poesía, música, el uso de los muñecos de peluche y otros medios, para incentivar la imaginación y acercar la literatura a los más bebitos, es el objetivo de la “matroliteratura”.

Los alcances y el uso de esta nueva metodología, como un aporte a la narración oral escénica y la enseñanza, serán desarrollados hoy en un taller por Jorge Antonio García Pérez, “cuentacuentos” y formador de docentes mexicano impulsor de esta nueva herramienta.

Como parte del IX Festival Internacional de Narración Oral Escénica “Cochabamba... cuento contigo” del que vienen participando cuentacuentos de seis países, Alejandra Oliver Gulle y Eduardo Segundo Chaves, dos narradores orales argentinos, dictarán también hoy un taller sobre los “libros álbum”, una nueva técnica que busca la perfecta comunión entre el texto y la imagen de los cuentos.

Ambos talleres, de tres horas, están dirigidos a papás, mamás, educadores, narradores, bibliotecarios, actores y personas en general interesadas en los temas. Se desarrollarán en el auditorio de la Alianza Francesa desde las 9:00 hasta la 12:00.

“La matroliteratura, es una convocatoria a potenciar los rasgos culturales que ya existen, y ponerlos al servicio de la educación de los niños”, resume García Pérez, el contenido del taller que dictará.

Argumenta que el arte de contar historias es milenario y en la última década se posesionó como un arte escénico independiente, es así que narrar cuentos entra a los teatros y por la versatilidad que tiene -sólo necesita un narrador y su presencia, su voz, su memoria y su palabra-, llega a las escuelas, a los barrios, a las guarderías, a todos los lugares posibles, pero dentro los hogares, donde surgió, se está perdiendo.

Ante esta realidad, García Pérez desarrolló durante casi 30 años, la “matroliteratura”, para retomar el valor de contarles cuentos a los más pequeños en el hogar, incluso cuando están en el vientre materno.

“He desarrollado una propuesta, una metodología en base a cuatro ejes. Uno de ellos es la oralidad o juegos de cuna y los arrullos. El segundo eje son los libros para bebés o bebetecas, colecciones de libros específicamente destinados a bebés, resistentes, echos de trapos u otros materiales que soporten el trabajo que el bebé vaya a darles, para que tengan un primer acercamiento a la letra escrita, a la lectura y las imágenes de forma agradable y mágica”, explicó.

El tercer eje, detalló, es la poesía musicalizada para niños, “poemas para cantarles en la cuna”, para darles la primera forma poética, que es el arrullo.

Precisamente, anticipó que los asistentes al taller serán recibidos con un arrullo, “ese abrazo o expresión de ternura que todos necesitan, la palabra que acaricia”.

Finalmente, el cuarto eje, señaló, son los objetos de cuna, los muñequitos de peluche, las almohadas y colchitas bordadas que pueden contener un cuento, tener una función de juego y ternura, pueden ser “objetos de cuna portadores de cuento”.

Resaltó que en estos elementos hace hincapié la “matroliteratura” porque el bebé desde que abre sus ojos empieza a percibir imágenes y colores, distingue sonidos, se encuentra con cosas y una realidad que tiene un sentido.

COMUNIÓN TEXTO E IMAGEN

Los ”libros álbum” son una nueva tendencia en la narración de cuentos, que a través de la “perfecta comunión entre el texto y la imagen”, buscan la estimulación de la imaginación y abrir las puertas a la creatividad.

Alejandra Oliver Gulle y Eduardo Segundo Chaves, narradores y poetas argentinos, directores de la Escuela de Cuenteria Narracuentos de Córdova, dictarán el taller sobre el tema.

Desde siempre los libros han tenido una imagen representativa de una parte del contenido del texto, los niños fijaban su atención en esa imagen, en este contexto los libros han marcado una tendencia, había aquellos que buscaban ser educativos y otros moralizantes como las fábulas, sostiene Silvia Jackie Pilone, alumna de la Escuela Narracuentos.

“El libro para el niño no ha sido sólo de placer, posar la vista en imágenes para gozar de un momento agradable, además transmitía una enseñanza o pensamiento. Poco a poco esa tendencia va cambiando, de manera que el niño disfrute del libro como de algo que puede complacerse que no necesariamente tiene que tener una moraleja”, señaló.

Ahí están los libros álbum, dijo, en los que tanto el texto como la imagen son fundamentales, no pueden ir separados y es muy importante el artista que va encargarse de la ilustración del libro y los materiales que se van a usar.

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