viernes, 7 de febrero de 2014

Paz Soldán invita a visitar su extraño mundo: Iris

Cansado de escribir novelas basadas en hechos reales que le demandaran investigación, y reacio a ambientar su nueva obra en Estados Unidos o Afganistán, Edmundo Paz Soldán consultó su dilema con un amigo, quien, en broma, le recomendó que ubicara su nueva historia en Marte. “Era una idea disparatada, y a mí me gustan las ideas disparatadas”, comenta el autor.

Al final, no escogió Marte, sino que creó su propio mundo: Iris, un lugar donde sus habitantes, los irisinos trabajan en las minas en condiciones de semiesclavitud, buscan el jün (planta sagrada con poderes psicotrópicos), festejan su Año Nuevo en febrero.

Durante esa fiesta, los irisinos, que no tienen ni qué comer, gastan una fortuna para la máscara y el disfraz que sólo lo usarán una vez al año, y rinden culto a Malacosa, un dios que puede ser un diablo, pero también es generoso si se lo llega a conocer. A él le piden que un día lleguen tiempos mejores en que acabe su colonización ¿Algún parecido con un mundo conocido?

Así fue como Paz Soldán, durante la presentación de su última novela en el Centro Patiño, contó de qué manera se gestó la obra (publicada por editorial Alfaguara), mientras que el sociólogo Fernando Mayorga, quien hizo de comentarista, adelantó algo de ese mundo ficticio.

“Edmundo no sólo creó un mundo, sino también un lenguaje nuevo para narrar”, explicó Mayorga, a tiempo de describir la estructura del libro: un conjunto de cinco capítulos, con un personaje y una historia en cada uno de estos. “En la obra se hacen alusiones a prácticas ancestrales con visiones futuristas”, agregó. Se hacen juegos del tiempo de forma no sólo individual, sino también de la historia.

Mayorga destacó también el carácter cosmológico de los habitantes de este mundo, que esperan el apocalipsis y piden a ese dios que tiene varios nombres la redención a su sometimiento. El comentarista destacó también la ingeniosa invitación que hace el autor al final del libro: “Me quedo en Iris y aquí los espero”.

Mayorga reveló también algunas de las frases extraídas de la historia incrustadas en la nueva obra, tales como “Moriremos si somos zonzos” (Tambor Vargas), y hasta invita a descubrir uno de los platos consumidos por los irisinos: el trancapecho.

Un desafío más grande

“Por resolver un problema, me metí en otro” y la obra terminó convirtiéndose en la más difícil de su carrera literaria, confesó Edmundo Paz Soldán anoche durante la presentación de su libro Iris, al explicar que por eludir la investigación que exige escribir una novela basada en hechos reales tuvo que hacer frente a un desafío aún mayor y quizá el desafío más grande de sus novelas: construir un mundo que fuera lo suficientemente extraño para llamar la atención, pero a la vez suficientemente cercano que nos permita identificarnos.

Por eso, pintó este cuadro de esclavitud, colonialismo, cosmovisión y la esperanza en una advenimiento. Eso sí, “la novela es literalmente violenta”, reconoció.

Con todo, para Paz Soldán su novela no es ciencia ficción. “Es la historia de seres dañados como creo que dañados estamos todos tratando de encontrar un espacio en este universo, un universo que nos puede producir terror por su infinitud que nos provoca una sensación de soledad, pero también un universo que si llegamos a comprenderlo nos permite la trascendencia”, concluyó Paz Soldán.

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