El hecho que una de las figuras máximas del parnaso boliviano de todos los tiempos, hubiera nacido en Tacna (Perú) y transcurriera en esa ciudad los mejores años de su infancia y adolescencia –edad en la que él mismo confiesa se despertara su honda vocación literaria-, convierte a Ricardo Jaimes Freyre en un símbolo de la afinidad espiritual entre ambos pueblos. La presencia de nuestro preclaro vate en tierras del Caplina, constituía un episodio poco o nada conocido entre los bolivianos, hasta que el poeta, escritor y periodista peruano Fredy Gambeta, aportara esclarecedoras revelaciones en su obra titulada “Ricardo Jaimes Freyre, Tacneño Continental” (Ediciones Cal & Canto, Tacna 1988).
En el prólogo del libro, el ex Ministro de Educación peruano Grover Pango Vildoso, afirma que “con absoluta justicia, se rinde homenaje a la memoria del eximio poeta Ricardo Jaimes Freyre, nacido en tierra tacneña aunque de nacionalidad boliviana, hijo de una escritora finísima como Carolina Freyre de Jaimes, rama florida del tronco tacneño, antiguo y noble, de los Freyre Fernández.
En el primer capítulo, Gambeta reconstruye con referencias pormenorizadas, el entorno histórico de Tacna por esos años, incluyendo una descripción del terremoto que se produjo el año en que naciera el vate y sobre el cual su padre Julio Lucas Jaimes escribiría un libro. En el segundo, da un repaso a los acontecimientos acaecidos en escenario boliviano, ensombrecido entonces por el paso de la satrapía de Melgarejo, con un retrato certero de la época en que naciera Jaimes Freyre y referencias a sus ascendientes peruano-bolivianos. El tercero, es una semblanza de la infancia y adolescencia, el nacimiento de su poesía al calor del primer amor, además de referencias a la vida literaria de esos años.
Por su interés, realizamos un rápido recuento de los hechos anotados en la obra, comenzando por el 12 de mayo de 1868, mañana clara de otoño en que nace en aquella “ciudad blanca y luminosa”, como él la llama. Su padre, escritor potosino conocido en el país por su pseudónimo de Brocha Gorda, desempeñaba funciones de Cónsul de Bolivia en Tacna; su madre tacneña, Carolina Freyre, distinguida periodista, poeta y feminista.
Fredy Gambeta, acota que “En la partida de nacimiento aparecen como testigos: Mariano Baptista, años después Presidente de Bolivia, Melchor y Mariano Ricardo Terrazas, todos ellos exiliados bolivianos”.
Durante los primeros años de la ocupación chilena en Tacna, que se prolongaría por el lapso de 50 años, una antología histórica señala que “a la edad de 16 años, Ricardo Jaimes Freyre personificaba la quinta esencia del orgullo provinciano, y su sentir nacionalista era de raigambre peruana”, a los cual añade Gambeta: “no otra cosa se podía esperar de un inteligente joven que nacido en Tacna, de madre tacneña, pasaba los mejores años de su infancia y adolescencia, y descubría el amor en su ciudad natal”. El autor cuenta que “la relación de la familia Jaimes Freyre con los peruanos que trabajaban por la causa de su Patria, fue muy estrecha”, tal es así que en 1886, se funda la Bohemia Tacneña, organización de jóvenes intelectuales para el mantenimiento de los valores peruanos en las provincias cautivas, y las revistas “Letras” y “El Progresista” dirigida por Carolina Freyre y su talentoso hijo. Al año siguiente, el jefe de familia Julio Lucas Jaimes era incorporado a la Sociedad Progreso de Tacna, junto a destacados intelectuales.
Cuando Ricardo contaba con 18 años, la familia se traslada a radicar en la ciudad de Sucre, capital de Bolivia. Allí, al poco tiempo, Jaimes Freyre contraería matrimonio con Felicidad Soruco, de 16 años de edad, quien sería la compañera de toda su vida. Pese a su alejamiento de Tacna, continuaría su vinculación con el terruño en el que naciera, remitiendo sus composiciones literarias para su publicación en revistas Tacneñas. Entre esos trabajos Gambeta destaca los cuentos “Al volver”, “La hora obligada” y “Páginas íntimas”; así como los poemas “El poeta celebra el goce de la vida” y “Aeternun Vale’’ (que más tarde formaría parte de su famosa “Castalia Bárbara”), publicado por primera vez en 1896, en la revista tacneña “Letras”.
La última sección del libro registra su mejor producción, incluyendo una serie de trabajos nuevos, que lógicamente no figuran en las obras completas editadas en el país. Leamos unos versos de “La ciudad natal”, que Gambeta califica “como uno de los poemas más hermosos que se hayan escrito dedicados a la ciudad de Tacna”.
Nací en un claro día, cuando mediaba otoño,
en una ciudad blanca, luminosa y feliz;
flotaba un estandarte sinople, gualas y gules-
Sobre el hogar paterno, dichoso y juvenil.
Era un valle, oasis de verdor y frescura.
Entre las dos tristezas de su inmenso arenal;
Lo acarician lo hálitos de las cimas nevadas
Y oye en la lejanía los retumbos del mar.
Se desliza el Caplina sobre un lecho de arenas.
Y alegre y fugitivo penetra en la ciudad;
en arroyo de ondas claras y luminosas,
que lleva los mensajes de la montaña al mar.
Esta obra, es resultado de una ardua y acuciosa tarea de investigación en los archivos de Tacna, entrevistas con ancianos del lugar sobre el tránsito del poeta, así como producto de un viaje al país, para seguir más de cerca las huellas del escritor boliviano. Su publicación motivó al Gobierno peruano a bautizar la carretera Tacna-Bolivia con el nombre del poeta boliviano e invitar al autor a dictar una conferencia en la ciudad de La Paz. Desde estas páginas expresamos nuestras congratulaciones a quienes –como es el caso de Fredy Gambeta- vienen trabajando de manera constante, desinteresada y silenciosa en aras de la hermandad entre ambos pueblos.
BOLETÍN DEL ARCHIVO HISTÓRICO del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.
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