La española Laura Montero, especialista en animación japonesa, llegó a La Paz gracias a la Fundación Japón Madrid. La escritora habló sobre los aspectos del animé, para luego tener una charla con mía.
La palabra animé es de origen francés y significa animado o vivo. Los japoneses la adoptaron en su lenguaje desde el año 1985 para referirse a los dibujos animados en la televisión (dessin animé en francés). mía— ¿Cómo fue crecer fascinada por la animación japonesa?
Laura— Fue natural, había crecido y visto animé de todo tipo de nacionalidad. Cuando decidí dedicarme profesionalmente a esto fue un privilegio, porque soy de la generación de los 80, en la que había acceso al animé, aunque no era variado como en Japón, pero creo que fue interesante y en parte el motivo por el que decidí convertirme en una investigadora de la animación japonesa.
mía— ¿Qué serie es la que marca como espectadora?
Laura— Fue Marco y Heidi, luego vi Oliver y Benji (Supercampeones), Candy Candy en una reposición, y muchos otros más.
mía— ¿En qué momento decide dedicarse a estudiar el animé y la obra de Hayao Miyazaki?
(N. del E. Hayao Miyazaki es un director de cine de animación, productor, animador, ilustrador, dibujante de mangas y productor de animé japonés de renombre internacional por cinco décadas).
Laura— Fue cuando estudiaba Comunicación Audiovisual y tenía que hacer un monográfico sobre un director. Ese fin de semana, antes de proponer mi tema, se estrenó en España La princesa Mononoke. Yo simplemente vi el cartel de cine, decidí ver la película y ésta me pareció fascinante y diferente a las animaciones que había visto hasta ese momento. Entonces decidí hacer mi trabajo sobre Hayao Miyazaki y luego, mi tesis doctoral.
mía— ¿Cómo surgió ‘El mundo invisible de Hayao Miyazaki’?
Laura— El libro es mi tesis y cuando la entregué, un amigo me dijo que una editorial española estaba interesada en publicarla. Hicieron una edición a color en la que se incluyen las imágenes, donde hago mucho análisis visual del filme.
mía— ¿Cuál es su película favorita de Miyazaki?
Laura— La princesa Mononoke, que es su película más oscura, yo creo que es por eso, porque es su filme más adulta y compleja, sobre todo por la complejidad de los personajes.
mía— ¿Interesa el animé en Latinoamérica y España?
Laura— De la sociedad latinoamericana no puedo hablar mucho, aunque en mi pequeño recorrido por Centroamérica sí he visto afición y creo que es porque toda esa gente de los 70, 80 y 90 creció viendo animé. La irrupción de internet también ha ayudado a difundir la industria japonesa para que se conozca más del contenido diverso. Creo que el público estaba hastiado con el modelo de Disney: filmes para niños, basados en princesas y en los que siempre se repite la fórmula.
mía— ¿Por qué en Latinoamérica hay pocas publicaciones?
Laura— Creo que por cuestión monetaria. Los derechos son caros y ni España ni Latinoamérica gozan de una buena salud económica. Lamentablemente cuando la economía no es próspera, la cultura es el primer sector en sufrir. Además para publicar se tiene que traducir del japonés y no es barato.
mía— ¿Qué es lo que más le ha fascinado del imaginario japonés?
Laura— Los retratos psicológicos de los personajes que no se estancan en este maniqueísmo de Estados Unidos con el que estamos acostumbrados, sino que sean personajes complejos, pues no son completamente buenos ni completamente malvados; en definitiva, se asemeja a lo que es un ser humano.
mía— ¿Por qué en Japón el animé ocupa varios espacios?
Laura— La cultura popular japonesa dentro de Japón es amplia. La cultura popular toca todo. Por ejemplo, tienes una serie y de esa hacen un dorama en imagen real, una novela ligera, el manga, el merchandising, incluso comida, moda y revistas; hay un abanico de posibilidades, porque es una industria que crece mucho y sobre todo que tiene ramificaciones, esto por la economía japonesa fuerte.
mía— ¿Qué género y subgénero son los preferidos?
Laura— El más popular dentro y fuera de Japón es el Shounen, porque es una temática de acción, de peleas, muy ágil, y eso a los niños y adolescentes les entra por los ojos, lo que demuestra que vivimos en un mundo marcado por las temáticas masculinas. Naruto, Pokémon, Dragon Ball, One Piece, entre otros, son ejemplos de la variedad.
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