sábado, 8 de noviembre de 2014

Literatura:los motivos para escribir, las razones para vivir

Porque el amor porque el grito porque no sé/ Porque la muerte porque apenas porque más/ porque algún día porque todos porque quizás”... el poema se llama ¿Por qué escribe usted?, es del escritor chileno Óscar Hahn y lo citó otro escritor, el boliviano Wilmer Urrelo, cuando se le consultó eso, precisamente: cuáles son las razones que lo impulsan a escribir, qué busca al momento de crear/contar una historia a través de sus cuentos y novelas.

“Son muchas razones por las que uno puede escribir, y dentro de todas esas razones yo no sé por qué escribo”, continuó Urrelo, Premio Nacional Alfaguara de Novela en 2007 con Los fantasmas asesinos.

Urrelo es uno de los 38 escritores que está en Santa Cruz en el I Festival Literario Santa Cruz de las Letras que se inició ayer y finaliza hoy.

“Para mí escribir ha sido desde que era muy chica parte de mi vida, como respirar o comer”, dijo la autora peruana Katya Adaui, que lo viene haciendo desde que tenía 15 años, “aunque a esa edad no entendía muy bien que ya escribía”, explicó Adaui, que publicó el libro de cuentos Algo se nos ha escapado (Borrador Editores), en 2011.

Escribir es la respuesta
Selva Almada llegó de Argentina para este festival. La autora de la novela El viento que arrasa (Ed. Mar Dulce) manifestó que escribe simplemente porque le gusta y se divierte mucho al hacerlo. “No me pregunto mucho el para qué escribo y tampoco creo que me importe si a la gente le va a gustar lo que hago o si lo va a leer o no”, indicó Almada.

“Quizás al momento de publicar hay ciertas expectativas de ver cómo le va al libro, pero en el acto más privado de la escritura el asunto es entre esos personajes, ese mundo del cual estoy escribiendo y yo. No me interesa ni el lector, ni el editor, ni la circulación o no del libro”, enfatizó.

“Puede haber también una cuestión marcadamente de ego”, señaló el paceño Christian Vera, autor de la novela Click (Ed. El Cuervo), que este año se publicó en España con el nombre de El profesor de literatura.

“Pero más que una experiencia simplemente de vanidad, creo que el proceso de escritura es muy interesante en el sentido de profundizar ciertas preguntas y tensiones que uno tiene”, agregó Vera.

Escribir como búsqueda
“Yo creo que el mundo nunca ha sido suficiente para el ser humano. Por ejemplo, Galileo miraba el universo a pesar de que en ese momento el mundo mismo era ya desconocido; sin embargo, la ambición de mirar más allá de estos límites estuvo siempre. En ese sentido, creo que la escritura es galileica”, opinó la autora boliviana Giovanna Rivero, que llegó de Estados Unidos, donde reside, al Santa Cruz de las Letras.

“Escribo porque me apasiona la literatura, porque me gusta la literatura como lector y es la forma en la que yo comencé a escribir”, dijo por su parte el escritor nicaragüense José Adiak.

Adiak, autor de la novela El sótano del ángel (Ed. Océano), declaró que se avocó a la lectura desde muy niño y le gustaba tanto que antes de que se pudiera dar cuenta ya estaba tratando de imitar esas lecturas. “Igual que un niño se pone un disfraz del Hombre Araña, yo quería escribir historias”, recalcó Adiak.

“Escribo para no ser oficinista”, así de simple y contundente fue la respuesta de la escritora cruceña Liliana Colanzi, que acaba de publicar el libro de cuentos La ola con la editorial chilena Montacerdo.

“Todavía no sé por qué escribo y quizás lo haga por eso, para determinar las razones. Pero yo creo y presiento que lo hago para curarme”, expresó el boliviano Juan Pablo Piñeiro. “Escribir te cura, verdaderamente, y es un camino que es muy personal y que tiene que ser muy auténtico para que uno pueda curarse realmente de tantas cosas que tiene encima”, agregó el autor de Cuando Sara Chura despierte (Ed. 3.600).

El misterio de la escritura
“Nunca he sabido cómo responder a la pregunta de por qué escribo. Generalmente digo que escribo porque me gusta mucho leer”, dijo el también paceño Rodrigo Urquiola, autor de la novela Lluvia de piedra (Ed. Alfaguara). “Entiendo la lectura como una manera de viajar, uno viaja hacia afuera cuando lee el texto de otra persona y viaja hacia adentro cuando escribe”, mencionó Urquiola, que recalcó que nunca piensa en la gente al momento de crear una obra, sino en hacer algo que a él le gustaría leer.

Finalmente, la escritora uruguaya Fernanda Trías manifestó que ella nunca se ha cuestionado por qué escribe, y que de alguna manera nunca lo hará. “Porque yo escribo porque de verdad no puedo hacer otra cosa. Cuando no lo hago, por unos días o semanas estoy bien, luego empiezo a sentir una especie de metamorfosis en la que me convierto en la mujer lobo. Todo lo peor de mí aflora cuando no estoy haciendo ese ejercicio de escribir”, observó la autora de la novela La azotea (Brutas Editores).

“Hay un mecanismo misterioso que se produce, que no comprendo y que prefiero dejar en el misterio”, concluyó Trías.

“Escribir ha sido un proceso, una maduración y una valoración en la que todavía sigo”, declaró el cruceño Róger Otero. “Con el tiempo me he ido dando cuenta de que escribía por una necesidad hasta fisiológica y sicológica y nunca pensando en que a alguien le pudiera gustar lo que yo escribía”, agregó el autor de la novela Los acertijos de Glenda.

Y así, uno puede recitar el poema de Hahn una y darse cuenta de que es la mejor respuesta a esa vieja pregunta

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