jueves, 13 de noviembre de 2014

Autores cubanos acusan en blog a festival cruceño



En el blog ‘Habáname’, de la escritora cubana Wendy Guerra, ella y su compatriota William Navarrete reiteraron su acusación contra el Festival Santa Cruz de las Letras de censurar su participación, a pesar de considerarse como los creadores del evento.

Bajo el título de Santa Cruz de los miedos, el artículo —publicado en la web de El Mundo de España— indica que los organizadores presionaron para que se suspenda la conferencia Cuba por dentro y por fuera del 8 de noviembre.

En el texto, Guerra cuestiona si Bolivia está preparada para encuentros de esta naturaleza, ya que considera que en el país “se le teme a las palabras”. “Me pregunto si los coordinadores bolivianos habrán entendido que allí aún no existen las condiciones requeridas para llevar a cabo un evento de esta magnitud”, reza el artículo en el que además se anuncian como verdaderos creadores del evento.

“¿Puede existir un festival de las letras en un país en el que se le teme a las palabras, donde la frontera entre libertad de expresión y la censura es puro limbo? ¿Pueden recibir los intermediarios de la cultura a autores que nunca han leído, o aceptar conferencias de las que desconocen con anticipación el tema que abordarán?”, plantea el texto.

Homero Carvalho, presidente del Consejo de Administración de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, volvió a refutar las acusaciones, indicando que ellos tenían total libertad de realizar o no la charla. Recalcó que lo único que los organizadores expresaron fue la preocupación de que fuera un tema eminentemente político. “Ellos ya pusieron de manifiesto su posición política en las mesas en las que participaron”, recordó Carvalho.

Los escritores también cuestionaron el paseo por las Misiones de Chiquitos. “Las comunicaciones con la directiva quedaron reducidas a un lejano trato a través de subalternos que, en significativos casos, con grosería y violencia contenida, condujeron un accidentado viaje final hasta las recónditas y sublimes misiones jesuíticas de San Javier y Concepción, en la Chiquitanía camba. El modelo cubano de alto control, vigilancia, desórdenes, gritos, vulgaridad, música alta, caos, apagón, improvisación y angustia se repitió en esa ruta hacia la divina música”, describen en el blog.

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