miércoles, 27 de julio de 2011

Literatura | El escritor Sebastián Antezana llega para presentar esta noche su novela “El amor según”

Sebastián Antezana, aunque nacido en México, es un escritor de origen boliviano, tan boliviano que es nieto del que fuera líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz (asesinado en 1980) y descendiente del ex presidente Daniel Salamanca. A sus 25 años ganó el Premio Nacional de Novela, en 2008, siendo hasta la fecha el escritor más joven que se hizo acreedor a dicho premio.

Esta noche, en el Centro Simón I. Patiño, presenta su segunda novela titulada “El amor según” a propósito de la cual surge la siguiente entrevista vía correo electrónico.

Los Tiempos (LT): Entre “El amor según” y “La toma del manuscrito”, que fue tu primera novela, hay muchas diferencias, comenzando por lo más evidente que es la extensión y pasando por la ambientación hasta el estilo narrativo. ¿Fue algo premeditado o surgió de forma espontánea?

Sebastián Antezana (SA): Fue totalmente premeditado. Después de La toma del manuscrito quise dar un giro radical y explorar otros registros, otros tonos, otros ritmos. Quizás se deba a un tema de ansiedad pero sentía que necesitaba probarme a mí mismo que era un escritor capaz de escribir en más de una forma, que podía escapar de cierto encasillamiento. Y, bueno, esta pequeña novela es el resultado de ese intento.

LT: Luego de haber ganado el Premio Nacional de Novela con una primera obra, ¿te sentiste presionado por lograr un libro igual de impactante?

SA: No era exactamente presión lo que sentí, ni tampoco busco escribir un libro impactante. Quise escribir de forma honesta y comprometida una historia que, entonces, sentía trascendental. A diferencia de la primera novela, esta segunda tiene mucho de personal -no de biográfico-, de cercanía, por lo que me demandaba un tono y una actitud distintas a la hora de encarar su escritura.

LT: El toque de novela policiaca y la alusión a la fotografía, están presentes en tus dos obras. ¿A qué se debe el interés por ambos temas?

SA: El policial es el germen del que nacen ambas historias, es verdad, pero también ciertas imágenes, algunos instantes ficticios o reales congelados en el tiempo que sentía que merecían cierto desarrollo. Lo policial y la fotografía son constantes porque creo que son dos discursos y dos lenguajes que un gran potencial, tanto formal como semánticamente. Como te decía, quise escribir una historia de la forma más desnuda posible, y creo que por eso se repiten estos elementos: al fin y al cabo, la vida siempre tiene una cuota de sordidez y está alimentada por percepciones que muchas veces se ordenan en forma de imágenes.

LT: En “El amor según”, Zimmer sufre por la desaparición inexplicable de su esposa y sufre más si cabe al saber que tuvo un amante y al pensar que quizá no está desaparecida sino que puede haber huido de él. Sea como fuere, sufre por amor. ¿Cómo surge la motivación de escribir sobre este sentimiento que mueve la cotidianidad de la gente?

SA: Quise escribir sobre las relaciones sociales más íntimas, sobre las pequeñas y grandes batallas que se luchan en la cotidianidad, pero hacerlo desde sus antípodas. Es decir, en lugar de hablar de un matrimonio hablo sobre la ausencia de uno, en lugar de hablar de amor hablo de su vacío. Creo que es un mecanismo potencialmente rico que, además, se reproduce en nuestro día a día de forma pasmosa. En muchos niveles todos somos seres construidos, rotos y hechos añicos por nuestras personas más cercanas.

LT: Hace poco, Ramón Rocha dijo que los escritores jóvenes sufren de hiperestesia y eso se refleja en sus obras ¿Qué opinas de ese comentario?

SA: ¿Hiperestesia? Imagino que se habrá referido a que varios escritores han elegido en los últimos años escribir sobre temas más cercanos al individuo y sus dramas personales, dejando de lado una mirada más amplia o ambiciosa. Esto es verdad. Pero no creo que sea necesariamente malo. Creo que confirma, más bien, que la literatura nacional está comprometida en la búsqueda sistemática de nuevos terrenos temáticos. Eso sí, si esta tendencia nos dirige hacia una narrativa menos arriesgada, menos experimental y más estandarizada, se habrá perdido mucho. No creo en absoluto que el escritor boliviano tenga que ser parricida.

Al contrario, debería informarse y leer lo más posible las obras que constituyen nuestro tronco literario mayor, para después, con conocimiento de causa, buscar el camino que elija.

LT: En las entrevistas a escritores bolivianos, la pregunta casi obligada es cómo perciben la literatura en el país; pero, en este caso, la pregunta es ¿qué opinas del lector boliviano?

SA: Es un bicho raro, un ser en peligro de extinción. Lo que pasa es que, por lo general, dentro de las prioridades del boliviano promedio la lectura ocupa básicamente el último lugar. Los pocos que existen están bombardeados, además, por una mercado editorial muy caro, por una oferta -aunque esto parece estar cambiando- en su mayoría limitada, y por un desconocimiento general por lo que se escribe dentro y fuera de nuestras fronteras, que llega a ser descorazonador. Además de ello, que no es poco, vivimos tiempo en que el imperio de lo audiovisual gana cada día más adeptos en sus filas: hay cada vez menos espacio para la palabra escrita.

LT: ¿Tienes algún proyecto ya definido para tu siguiente obra?

SA: En 2009 comencé el proceso de investigación de una novela que en poco comenzaré a escribir. Es un proyecto de bastante más largo aliento, parecido en extensión a mi primera novela, pero que tiene que ver con algo que ha ocupado casi todas mis lecturas libres: la ciencia ficción y las visiones sobre el futuro. Me interesa explorar las implicaciones que los giros cada vez más vertiginosos de la vida cotidiana -y los consecuentes claroscuros que se producen como efecto- tendrán en el futuro en la escritura de ficción. Allí es donde ahora apunta mi trabajo.

LT: Hay al menos dos generaciones de escritores que en las entrevistas se consideran entre los llamados escritores jóvenes. ¿Cómo se establece esa diferencia para ti? ¿Por lo obvio que es la edad o por las temáticas?

SA: Un escritor joven es llamado así por la edad, creo que eso es evidente. Más allá de que éste -el de escritor joven- es un concepto problemático, no creo en absoluto que haya temáticas literarias exclusivas a ciertas edades de la vida. Es verdad que hay algunos escritores que rondan los veinte y los treinta que han comenzado a hacer bastante ruido en los úñltimos años, pero incluso si aceptamos esto como prueba de calidad literaria, no creo que 9 o 10 personas hagan una generación.

LT: En la última feria del libro de Buenos Aires se comentó que era la primera vez que se daba cabida al libro electrónico, algo que tuvo gran impacto entre el público ¿Qué opinas sobre el futuro del libro impreso frente a la irrupción del libro electrónico?

SA: No creo que el libro impreso vaya a desaparecer del todo. Es decir, no soy en absoluto fatalista al respecto. Sin embargo, es claro que se darán cambios más o menos graduales que, más allá de afectar la vida del libro impreso y consolidar la del virtual, afectaran los modos en los que leemos y escribimos literatura. Creo que eso es mucho más digno de análisis.

Datos del autor

• Sebastián Antezana nació el 11 de diciembre de 1982 en México, durante el exilio en ese país de sus padres, Mauricio Antezana y María Soledad Quiroga, quien años después fue ministra de Educación en Bolivia en la gestión de Carlos Mesa (2003-2005)

• Antes de 2008 recibió una mención en un concurso de cuento corto policial del diario paceño La Prensa.

• “El amor según” cuenta la historia a partir de Zimmer, un expolicía y exalcohólico que entra en una espiral de soledad, angustia, dolor e incertidumbre tras la desaparición inexplicable de su esposa.

• El autor actualmente es editor del suplemento cultural Fondo Negro del periódico La Prensa de La Paz.

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