domingo, 24 de julio de 2011

Thriller de ciencia ficción en Tokio

La descripción que ofrece la contratapa de la novela Tan cerca de la vida de Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) da una idea suficiente de su contenido: “Tokio. Un inmenso y laberíntico hotel, barrios y callejones desconocidos, personas que parecen autómatas y robots que parecen personas. Una convención sobre inteligencia artificial. Así es la ciudad donde Max, un solitario empleado de la Corporación Géminis, se moverá en busca de un sentido que organice su vida”. Adicionalmente, se dice, que es una novela que “combina el thriller psicológico con la ciencia ficción”. Todo ello es rigurosamente cierto.

A Santiago Roncagliolo, quien el 2006 saltó a la fama con Abril rojo, novela con la que ganó el Premio Internacional de Novela Alfaguara, se le atribuyen dos ‘virtudes’, y ambas habrían sido puestas a prueba una vez más en Tan cerca de la vida. Se dice de él que es un escritor “camaleónico” y que su escritura es “cinematográfica”. Lo de ‘camaleónico’ viene a cuento porque ninguna de sus novelas (Pudor, Abril rojo, Memoria de una dama) se parecen entre sí. Siempre está en busca de nuevos temas.

En cuanto a su escritura cinematográfica, éste es, en realidad, un rasgo que comparte con otros novelistas de la actualidad: escriben con la secreta ilusión de que sus narraciones serán llevadas al cine, el máximo reconocimiento al que, al parecer, un novelista puede aspirar.

Por lo demás, en la novela Tan cerca de la vida, Roncagliolo ha llegado a ser lo que aspiraba ser: un escritor profesional. Sabe manejar sus tramas y sus personajes; sabe ambientar las acciones (a veces echando mano a guiños cómplices a otras obras literarias o películas); sabe manejar un ritmo que no exige más que dejarse llevar por la lectura.

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