domingo, 24 de julio de 2011

Las mil máscaras del fascismo

Para Juan Claudio Lechín, el fascismo “es un modelo pragmático para la toma absoluta del poder por parte de un caudillo mesiánico, por medio de la seducción o del crimen, las urnas o los fusiles, el discurso o el golpe, la nacionalización o la privatización y cualquier otro instrumento eficaz para el objetivo absolutista”.

Esta singular definición del fascismo le sirve a Lechín para ejercitar un “ensayo comparativo” entre tres líderes latinoamericanos, fascistas todos ellos a su juicio, de la actualidad: el cubano Fidel Castro, el venezolano Hugo Chávez y el boliviano Evo Morales. Pero eso no es todo. La misma definición de fascismo le permite alinear en esta estirpe política también al italiano Benito Mussolini, al alemán Adolf Hitler y al español Francisco Franco. Este salto de épocas, de historias particulares y de océanos es posible para Lechín porque, a su juicio, estos políticos europeos y latinoamericanos tiene algo en común que los hermana: su tajante antiliberalismo.

Para facilitar la identificación de estos seis políticos como fascistas, Lechín pone a consideración del lector un invento propio: el “índice facho”, “que determina y enumera 12 características o condiciones, visibles o formales, que deben reunirse para que un gobierno deba ser considerado fascista”. Armado con estas herramientas, Lechín emprende la descripción de lo que él llama “la destrucción de los actos eminentemente liberales” por parte de los gobiernos fascistas, es decir, el control político, constitucional, del Congreso, de los aparatos represivos, de los medios de comunicacion y un largo etcétera en los que habían incurrido Castro, Chávez y Morales y antes que ellos sus hermanos mayores Mussolini, Hitler y Franco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario