sábado, 4 de septiembre de 2010

Desvelan las claves simbólicas de cinco grandes novelas del siglo XX

Convencido de que “las grandes novelas están siempre abiertas” a nuevas interpretaciones, Víctor García de la Concha, director de la Real Academia Española (RAE), explora en un ensayo los espacios simbólicos de cinco obras fundamentales del siglo XX, entre ellas “La casa verde” y “Cien años de soledad”.

“En principio, el simbolismo parece absolutamente contrario a la novela, porque es lo menos ligado a un anclaje de realidad o argumental, pero en estas obras hay un planteamiento que, metodológicamente, coincide con postulados de la estética simbolista”, afirma García de la Concha en una entrevista con Efe.

Cinco obras magistrales

De una u otra forma, los postulados simbolistas están presentes en estas cinco “novelas magistrales” de la literatura contemporánea: “La casa verde”, de Mario Vargas Llosa; “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez; “Madera de boj”, de Camilo José Cela; “Volverás a Región”, de Juan Benet, y “Sefarad”, de Antonio Muñoz Molina. Publicado ahora por Alfaguara, el ensayo se titula “Cinco novelas en clave simbólica”, y el autor lo presentará el 7 de septiembre en Madrid, en un acto en el que también intervendrán Vargas Llosa y Muñoz Molina.

El germen de este libro fue “un encargo” que le hizo Benet (1927-1993) al director de la RAE.

El autor de “Volverás a Región” tenía “un pleito con la editorial Destino para rescatar los derechos de esta novela”. Y aunque Benet sentía “un olímpico desprecio” por los críticos literarios, le pidió a García de la Concha que hiciera una “edición erudita” de “Volverás a Región”, “de esas que llevan notas a pie de página”, le dijo el novelista.

Espacios simbólicos

El académico español hizo aquella edición y le quedó “la idea de ver qué relación guarda con el mundo simbolista” esta novela en la que “la leyenda se funde con la historia y lo soñado con lo vivido”. Por diferentes motivos en cada caso, García de la Concha se animó a explorar los espacios simbólicos de las otras cuatro obras estudiadas en este ensayo.

“La casa verde” es la primera obra de Vargas Llosa en la que el escritor peruano “trasciende la realidad hacia los espacios del símbolo”.

El río se convierte en este libro en “espacio simbólico polivalente”. “Es un espacio abierto a la vida”, pero en su propio fluir, “el río va cerrando el espacio y el tiempo en el que se mueven todas esas gentes, y, cerrándolos, va a la vez aprisionándolos y convirtiéndose en espacio simbólico de muerte”, señala García de la Concha.

El director de la RAE se convirtió en lector ferviente de “Cien años de soledad” nada más publicarse la novela en 1967 y, de hecho, según le cuenta a Efe, estuvo “a punto de ser procesado por recomendarla como lectura opcional” en el curso de preuniversitario.

Lío legal

Corrían los últimos años del franquismo, y al entonces catedrático de Instituto de Valladolid (España) lo denunció una asociación de amas de casa como “corruptor de menores” por recomendar este libro en el que, asegura el autor del ensayo, García Márquez “consigue el milagro del arte”.

El juez fue razonable y la causa, después de unos cuantos meses “sub iudice”, quedó sobreseída.

“En busca de la verdad poética” que late en “Cien años de soledad”, García de la Concha explora esta novela en la que se funden “la realidad histórica, ya contaminada con el imaginario popular y la tradición mítico folklórica, con la fantasía mágica de la propia ficción”.

Por su estrecha relación con Cela, el director de la RAE siguió muy de cerca el proceso final de “Madera de boj”, una obra que supone “la cima más alta” de la narrativa lírica del Premio Nobel español. “Madera de boj”, subraya García de la Concha, es “un viaje del alma del escritor en busca del alma de la Costa da Morte”, y es “la más sorprendente suma de noticias” de esa zona marítima de Galicia, “de su geografía, de su historia, de su mitología, de sus costumbres y de su lengua”.

La lectura de “Sefarad” conmovió “hasta las lágrimas” a García de la Concha, quien cree que la “sensacional novela” de Muñoz Molina ha “recibido menos atención” de la que se merece.

Muñoz Molina se mueve “entre la realidad y la ficción, la vigilia y el sueño” en esta novela sobre todos los exilios posibles y que constituye “un formidable ajuste de cuentas con lo que el novelista llama ‘la gran noche de Europa”, protagonizada por los terribles sistemas totalitarios del siglo XX.

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