domingo, 9 de octubre de 2011

Rodrigo Hasbún: “soy un escritor lento”

El galardonado autor cochabambino acaba de publicar Los días más felices, su tercer libro, en la editorial Duomo de España

Hace algunos días, el cochabambino Rodrigo Hasbún (1981) se sumó a la lista de autores nacionales que publican literatura en España. El autor del libro de relatos Cinco y la novela El lugar del cuerpo acaba de publicar con la editorial Duomo de Barcelona Los días más felices. “Los cuentos que dan cuerpo a este libro, y que han de leerse como si se trataran de capítulos de una novela, o como las variaciones de un solo tema musical, ahondan en la belleza de lo mínimo y sumergen al lector en una experiencia sensorial, propia e intensa, marcada por el ritmo de un estilo contenido y los planos cortos propios del cine”, se dice sobre él en la contratapa. A propósito de esta publicación, Fondo Negro entrevistó a Hasbún, quien reside en Estados Unidos, vía correo electrónico.
—A grandes rasgos, ¿cuáles son los temas o los intereses de “Los días más felices”?
—La mayoría de los cuentos tiene como personajes a chicos y chicas que están yéndose de la adolescencia pero que todavía no terminan de llegar a ningún otro lugar. Ese tiempo de incertidumbre y confusión, de pérdidas y hallazgos constantes, de guerras de verdad y de mentira es el que hace de ruido de fondo al volumen y el que quizá lo define mejor.
—Tu trayectoria editorial, hasta ahora, parece seguir la de otros escritores nacionales que, como primer paso de la internacionalización de su trabajo, eligieron a España como lugar de publicación. ¿Por qué sigue siendo éste un lugar de interés para el escritor boliviano (o, podríamos decir, por añadidura, para el escritor latinoamericano)?
—Tomando en cuenta lo horriblemente mal comunicada que está Latinoamérica y lo pésimo que circulan los libros en el interior del continente, para ser leído en otros países además del tuyo, publicar en España parece ser todavía la opción más viable y expansiva. Eso quiere decir, en otras palabras, que para asomarte en el país de al lado, a menudo es necesario cruzar primero el Atlántico. Hay algo un poco desolador en la lógica de ese recorrido, en todo lo que esa lógica oculta y revela, pero así es como ahora mismo está armado el mapa. Mientras tanto, seguramente al igual que todos los demás escritores bolivianos que publican afuera, agradezco la posibilidad de que lo que hago llegue a más lectores.
—En una entrevista anterior que tuvimos, a propósito de “Cinco” y “El lugar del cuerpo”, me decías que detrás de esos dos libros “es incomodidad lo que había, un sentimiento de extranjería (respecto de mi pasado, de mi familia, de mi país), formas secretas de fracaso”. ¿Esto sigue dándose en el caso de Los días más felices?
—Sí, creo que sigo escribiendo desde ahí, en contra de mí mismo y sabiendo que lo que va saliendo nunca es lo que realmente quisiera que fuera. Son, en cualquier caso, estados que agradezco. Me obligan a no quedarme quieto y a buscar salidas, aunque no las haya.
—¿Cómo ves a “Los días más felices” respecto de tus otros dos libros? ¿Se corresponde el salto editorial con un salto temático o estilístico? ¿Es decir, hay en este nuevo libro una movida hacia nuevos terrenos o sigues más o menos en la misma línea de antes?
—Los cuentos que forman parte de Los días más felices los fui escribiendo a lo largo de los últimos cinco o seis años, y hay varios que son anteriores a El lugar del cuerpo, incluso a Cinco. En ese sentido, los tres libros se mueven en un territorio común y giran alrededor de preocupaciones similares y de la persistencia de algunos tonos. Por otra parte, en la mayoría de los cuentos del libro intenté alejarme de las formas más autorreferenciales. Ese desplazamiento marca, quizá, una diferencia y una apertura.
—El relato de la experiencia vital parece ser una de tus principales preocupaciones: el ahondar en los procesos de crecimiento, desarrollo y crisis de las personas, como forma privilegiada de acercarse a un algo que nos explicaría o conmovería de forma más profunda. ¿Es esto así? ¿Por qué esta elección?
—Me gusta sentirme cerca de los personajes, intentar entender cómo lidian consigo mismos y con lo que tienen alrededor, que lo que los conmueve a ellos logre conmoverme a mí, que me inquiete lo que los inquieta. También me gusta sentir, al mismo tiempo, que mis propias batallitas se van filtrando en la escritura. Es algo que agradezco como lector y es algo que intento propiciar cuando escribo.
—Se sabe que otro de tus intereses, además de la literatura, es el cine. Así, has trabajado con Martín Boulocq en “Los viejos”, basado en un cuento tuyo y de reciente estreno en el país. ¿Cuál es tu impresión de la película? ¿Crees que un objeto cinematográfico, que ha sido adaptado de la literatura, le debe fidelidad al original?
—No creo que deba guardarle ninguna fidelidad. Son territorios diferentes, la literatura y el cine, con leyes y posibilidades distintas. Después de una o dos versiones del guión en las que habíamos intentado aferrarnos demasiado al cuento, con Martín supimos, sin ninguna duda, que debíamos buscar por otra parte. Él quería que la “peli” fuera muy sensorial, así que fuimos hacia ahí. Al final, después de cinco años, llegamos a dos cortes: el que finalmente se presentó, y uno inmediatamente anterior, que era más narrativo y que tenía un montón de escenas (por lo menos 10 o 12) que luego se quitaron. Cuando pienso en la “peli”, ahora, me resulta un poco inevitable pensar en los dos cortes superpuestos, en lo que quedó y en lo que no. También me resulta inevitable pensar en las tardes interminables que pasamos con Martín, intentando encontrar la “peli”. Somos amigos muy cercanos desde que tenemos 13 o 14, y para mí es tremendamente grato trabajar con él, poner lo mío en función a lo suyo, a su capacidad y a su talento. Creo que no lo haría para ningún otro director.
—¿Cuáles son tus próximos proyectos?
—Ando escribiendo algunos cuentos nuevos, pero la verdad es que no sé qué será lo próximo. Soy un escritor lento, así que quizá pasen unos buenos años antes de saberlo con certeza.
3 Los días más felices es el tercer libro del cochabambino, y su segunda obra de relatos

La frase

“Me gusta sentirme cerca de los personajes, intentar entender cómo lidian consigo mismos”.

Rodrigo Hasbún hace unos días, rodrigo hasbún se sumó a la lista de autores nacionales que publican literatura en España. El autor del libro de relatos Cinco y la novela El lugar del cuerpo, acaba de publicar con la editorial Duomo de Barcelona Los días más felices. “Los cuentos que dan cuerpo a este libro, y que han de leerse como si se trataran de capítulos de una novela, ahondan en la belleza de lo mínimo"

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