En las faldas de la colina del barrio parisino de Montmatre abrió a finales del siglo XIX un local donde se daban cita la flor y nata del mundo del arte de la ciudad: Le Chat Noir (El gato negro). Aunque el sitio sólo estuvo abierto de 1881 a 1897, dejó una huella que perdura hasta hoy. La personalidad del dueño, Rodolphe Salis, la gente que allí se daba cita, su propuesta cultural y una canción con el nombre del lugar, forman parte del mito. A ello se suma el cartel que diseñó Théophile-Alexandre Steinlen (1859 - 1923), un artista de origen suizo. Pintor y dibujante, realizó numerosos pósters publicitarios, entre ellos el de la Tournée du chat noir. De hecho, fue cartelista industrial. En sus diferentes creaciones plasmó temas populares, paisajes y animales. Los gatos aparecen en numerosas ocasiones, aunque tal vez el que haya quedado para la posteridad sea el gato negro del cartel de este cabaret.
El teatro de sombras en color era uno de los atractivos de Le Chat Noir. Salis retomó la antigua tradición de contar una historia sirviéndose de imágenes puestas sobre una tela, junto a Henri Rivière, quien inventó la técnica con la que hicieron 45 espectáculos.
El arte del terror toma Barcelona
El arte ha salido a la calle, desde hace algún tiempo, en varias ciudades europeas. Colectivos de creadores salen en la noche a realizar sus particulares instalaciones. Uno de estos grupos es Ojo Señor, que actúa en Barcelona. “Nos gusta la idea de que alguien te mire a los ojos en plena noche y te esté obligando a mirarle, que te hipnotice”. El brillo de las retinas de un gato en la oscuridad fue la inspiración que dio lugar al proyecto. Durante la noche, sus integrantes salen a decorar la ciudad española con carteles en los que los personajes,en vez de pupilas, tienen pequeñas bombillas LED (diodos emisores de luz). Los niños diabólicos de la película El pueblo de los malditos (Wolf Rilla, 1960), han sido de sus primeros modelos. En los últimos días han sacado a las calles a un nuevo personaje: Edgar Allan Poe, que despide un azul terrorífico de sus ojos, acompañado de gatos de rojas pupilas.
Un octogenario llega al número 1
Tony Bennett acaba de batir un récord: la anterior semana se ha convertido en la persona más anciana que ha conseguido el número uno en la lista de ventas de Estados Unidos. Este músico de pop y jazz, cuyo verdadero nombre es Anthony Dominick Benedetto, nació hace 85 años en el neoyorquino barrio de Queens. Triunfó en el mundo de la música a finales de la década de los 50 y principios de los 60. Ha alcanzado el puesto más alto de la lista de ventas gracias a Duets II, en el que colaboran con su voz artistas tan dispares como Mariah Carey, K. D. Lang o Alejandro Sanz. Claro que el mayor peso de la campaña lo ha llevado la participación de Lady Gaga y el hecho de que el disco incluya la última grabación de la fallecida Amy Winehouse, Body and soul. En una época en la que la juventud ha dejado de comprar discos, las compañías disqueras apuestan cada vez más por productos adultos.
¿Qué libro comienza así...?
Leonor se insinuó en el portón de la casa contigua al convento de Santa Teresa y, arrebujada en negro manto, subió la pendiente que la llevaría a la iglesia de San Francisco. La seguían Paquita y la Mamay con misal, reclinatorio, novenarios, denarios y rosarios listos, mientras contestaban los rezos que proponía en pos de confesión con el Muy Reverendo Padre Joseph de Quiroz.
¿De qué film es el diálogo?
— Bueno, todos los parques temáticos han tenido problemas... Cuando abrieron Disneylandia, no funcionaba nada...
— Sí, pero John, en Disneylandia si algo se estropea no se come a los turistas.
Soluciones:
Las respuestas correctas de la edición del 25 de septiembre pueden leerse en la página 26.
Envíe sus respuestas a escape@la-razon.com
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