miércoles, 26 de diciembre de 2012

La revista boliviana de literatura ‘La mariposa mundial’ dedica su último número al rescate de la vida y obra del autor de ‘El pez de oro’



“Desde los primeros años declaré mi credo revolucionario. Cuando usted probablemente se nutría de selecta literatura, lo que sin duda le ha procurado esa admirable pureza y agilidad de su expresión, yo vomitaba (siempre sólo podré hacer eso) toda la dinamita que la esclavitud del indio producía en mis nervios”. Estas fervorosas palabras son de Gamaliel Churata y figuran en una carta que desde Puno le envió a José Carlos Mariátegui en noviembre de 1926.

La carta está incluida en el número doble (19/20) de la revista La mariposa mundial. El volumen está dedicado a la obra de Gamaliel Churata (Puno,1897-Lima, 1969), un escritor que con toda legitimidad comparten las literaturas de Perú —país donde nació— y Bolivia, donde residió más de 30 años y escribió su libro emblemático: El pez de oro (1957).

Después del monumental número dedicado a la obra literaria dispersa y a la no menos reveladora obra gráfica (dibujos y collages) de Jaime Saenz, la revista literaria dirigida por Rodolfo Ortiz —el consejo editorial está integrado también por Omar Rocha y Benjamín Chávez— rescata ahora esa notable figura de la literatura y el pensamiento: Gamaliel Churata (peseudónimo de Arturo Peralta Miranda).

“Una de las características de La mariposa mundial —dice Rodolfo Ortiz— es la construcción, desde el presente, de un archivo y una memoria del pasado. Es parte de nuestra mirada crítica, una mirada crítica que es también inventiva. Así, a lo largo del tiempo hemos ido rescatando autores como Juan Emar, Macedonio Fernández, Arturo Borda y ahora Gamaliel Churata”.

La mariposa mundial tiene un ojo puesto en ogaño y otro ojo en antaño, como reza uno de sus lemas. Esa ha sido y es una de sus características: atender con igual pasión a la literatura de hoy y a la de ayer.

“En la mirada al pasado de La mariposa mundial —dice Omar Rocha— ha sido importante seguir el rastro de uno de los mentores de Gesta Bárbara. Gamaliel Churata ha sido como el hermano mayor de esa generación. Y en esa medida, junto a otros escritores, ya ha estado en las páginas de la revista”.

En 1918, en Potosí, Churata, junto a Carlos Medinaceli y otros jóvenes escritores, participó de la creación de Gesta Bárbara, uno de los grupos literarios más importantes de la historia cultural boliviana.

Un año antes, en 1917, Churata había llegado a Bolivia exiliado por razones políticas del Perú. Aunque también —sugiere con prudencia Rocha— esas importantes razones políticas pudieron haber estado entremezcladas con razones amorosas. El hecho es que Churata fue parte de un hecho fundacional de la cultura moderna en Bolivia.

Este número de La mariposa mundial rescata algunos escritos importantes de Churata, como el texto de la conferencia “Realismo psíquico o alfabeto del incognoscible”, sus “Problemas ontológicos” y cartas, dos de ellas dirigidas a José Carlos Mariátegui, director de la legendaria revista Amauta, y una a Armado Alba, otro de los miembros de Gesta Bárbara.

Y al estudio y la valoración de la obra de Churata concurren con sendos artículos escritores de varias nacionalidades, como los bolivianos Aldo Medinaceli, Alan Castro Riveros y Elizabeth Monasterios y Omar Rocha, el peruano avecindado en Buenos Aires Reynaldo Jiménez y el chileno Andrés Ajens.

Este rescate de Gamaliel Churata —lo destaca Rodolfo Ortiz— es coincidente con un renovado interés internacional en su obra. Así, por ejemplo, la prestigiosa editorial española Cátedra acaba de publicar una edición crítica de El pez de oro, la obra magna del autor puneño editada por primera vez en Bolivia en 1957. Y en estos días arranca en Alemania un congreso de estudios académicos panandinos que tiene entre sus principales temas la obra de Churata.

En su primera estadía en Bolivia, Churata eligió vivir en Potosí, donde, como ya se apuntó participó en 1918 en la fundación de Gesta Bárbara.Regresó a Bolivia en 1932 y vivió en La Paz hasta 1964. En ese tiempo escribió y publicó El pez de oro y realizó una importante y continua labor periodística, especialmente en el vespertino Última Hora. Esta labor periodística, informativa pero también y sobre todo de opinión, es —en criterio de Omar Rocha— una de las facetas más interesantes de Churata que todavía está por ser debidamente descubierta e investigada.

Otra faceta para el estudio es su participación en la escuela-ayllu de Warisata.

Cuando regresó a Bolivia, en 1932, lo entrevistó Carlos Medinaceli, su antiguo compañero en las lides culturales de Gesta Bárbara, quien lo calificó como “uno de los grandes valores del andinismo”.

En esa entrevista —reproducida en La mariposa mundial—, Gamaliel Churata habló sobre la ciudad de La Paz: “La Paz es una ciudad vigorosa —dijo—, es la urbe andina, es la posibilidad mayor de civilización para nosotros que hemos enraizado en el sentido vital de Los Andes… La América necesita de una representación urbana en que Ethos vibre y procree. Buenos Aires es cosmópolis, la ciudad unanimista, es la hornalla.

Lima es la ciudad virreinal abatida, desfigurada y dominada en el futuro por la revolución indígena. La Paz será la ‘marka’, el ‘ayllu’… Creo que La Paz pertenece a aquellos pueblos varones en la edad de la sensatez creadora”.


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