martes, 1 de agosto de 2017

Frases sueltas de Alcides Arguedas

Más de dos siglos de vida independiente llevamos ya, y no somos libres.

Pesa sobre nosotros la tiranía de nuestros vicios; la cadena de nuestros errores; el yugo de nuestros prejuicios.

¿Dónde vamos? No lo sé. A veces me parece que a la conquista del porvenir, pero cuando echo a ver nuestros modos de sentir, pensar y obrar, me parece que a la ruina.

Ser patriota es mirar las cosas bajo su verdadero aspecto; no alucinarse con mentiras, no adular a la masa haciéndole creer en virtudes que no se posee, y diciéndole que constituye eso que enfáticamente llamamos pueblo soberano.

¿Hemos hecho algo positivo y práctico desde que nacimos a la vida libre? ¡Nada! Destruir tiranías para crear otras.

Ensangrentarnos las manos para, en lugar de la piqueta coger la copa y beber por nuestro triunfo sin gloria, beber, beber.

Es preciso laborar.

Con la pala o la idea, pero laborar. Empero antes que eso, es preciso educarnos: ¿Cómo? Creándonos un carácter, imponiéndonos una norma y luchar hasta conseguirla. . . ¿Qué no se puede? Bien pudiera; fatales atavismos nos agobian.

Canijos, decrépitos, vamos por la vía del progreso a rastras, como valetudinarios, ofreciendo el triste espectáculo de pueblo joven minado por las enfermedades vergonzosas.

Hay entre nosotros un hombre que ha hecho escuela, que es muy popular en el Congreso, en el Municipio, en las asociaciones imposible que falte un orador de ésos que nos habla, en estilo campanudo, de abstracciones incoherentes de Dios, de la Patria, del Honor, como entidades inconmovibles de. . . ¡Oh! Yo pienso que para tal hombre, tal pueblo; y ese hombre es un símbolo.

Reaccionemos; aún es hora.

Venzamos al caudillaje y ahoguemos al caciquismo. Pongámonos del lado de los hombres de carácter y de buena voluntad. Luchemos, sobre todo, por dominar a ídolos y convencionalismos. No nos hagamos la ilusión de que somos lo que creemos ser.

Seamos prácticos, emancipémonos del pasado, es decir, no nos sintamos siervos de ningún tiempo. Lo contrario es obrar mal. No seamos malos.

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