Una de las razones de la gran aceptación puede ser porque no existen muchos libros religiosos que brinden consuelo en momentos de necesidad y dolor y, además, porque se trataría del primer trabajo de un boliviano, en este campo literario.
“No esperábamos contar con tan buena aceptación; principalmente porque es un material de lectura que va más allá de las barreras religiosas, ya que el libro ha sido adquirido tanto por cristianos como por católicos”, cuenta Mercado.
Para el escritor esta situación es muy ponderable, porque le permite afianzar su fe y ver que la misma no tiene barreras de preferencias religiosas, y que al final todos pueden hallar la respuesta a sus preguntas y el consuelo a sus necesidades.
Para este novel escritor, aunque en realidad no se autodefine como tal, él no tenía el objetivo de editar un libro, sino solo buscaba ofrecer un material de lectura temporal a los enfermos que guardaban reposo en el hospital Viedma y que no tenían nada más que hacer.
“Necesitábamos motivarlos, incentivarlos para que sepan que para Dios nada es imposible y todos debemos aprender a dejar nuestras preocupaciones y dolencias en sus manos”, asegura el autor.
El proyecto surgió hace tres años, cuando su inclinación cristiana lo llevó a visitar a los enfermos en el nosocomio, acompañado de un par de amigos.
“Al verlos postrados y casi sin esperanzas se nos ocurrió crear literatura que los motive, consuele y para que se acerquen a Dios”, explica.
Ese fue el motivo para que Carlos Mercado decida volcar su fe y sus conocimientos hacia la lectura de la Biblia. Identificó pasajes religiosos, con la idea de luego transformarlos en narraciones actuales; así, las personas entenderían mejor y la lectura les ayudaría a sensibilizar y comprender la palabra de Dios, sobre todo sentir su amor.
“Al principio hacíamos fotocopiar las historias y les entregábamos a los pacientes. Con el paso del tiempo, esta actividad lo realizaba solo”, asegura el escritor.
Cuando Mercado ya contaba con 13 capítulos escritos, nació el deseo y la necesidad de publicar un libro motivacional.
Es así como Mercado prosiguió con su trabajo, hasta verlo publicado y puesto a la venta.
Gracias a la aceptación del libro, los editores ya están pensando en una segunda edición.
“Dios quiera que la segunda no se comercialice y que llegue a las manos de los más necesitados. Tengo el deseo de repartirlo gratuitamente en los hospitales”, finalizó.
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