domingo, 13 de agosto de 2017

El estímulo fantasma de Cece

En la Feria Internacional del Libro (FIL) de La Paz, existe algo más allá que los bloques y las divisiones, los stands no sólo cuentan con libros que desean ser comprados, o la impaciencia de las personas por la firma del autor preferido.

No sólo se perciben letras, sino también, varios tipos de narrativa gráfica como el Fanzine y el Cómic. En el stand Pseudogente Editores, que se encuentra en el interior de la parte alta del bloque amarillo, se puede observar una gran cantidad de creatividad tanto en blanco y negro como a full color.

Entre tantas personas, Cecilia Delgado (34) más conocida como Cece, resalta de inmediato, quizá por la sonrisa enorme que destaca su rostro o por los brillos de colores en la que su suéter cruza con las luces de su mirada. El viaje de la noche, uno de sus más recientes cuentos y El Secreto de Keila y Keisy matizan la mesa en la que se hallan otros trabajos relacionados y detrás oculta los fanzines artesanales denominados Cece Dibuja, los cuales están divididos de acuerdo al gusto del lector como Cece Buenita y Malita.

Cece gusta de la honestidad, algunos de sus fanzines plasman su creatividad (en borrador) sin edición previa, y eso significa compartir su esencia. Ella goza del dibujo, de los colores, olores, sabores y de la naturaleza, de una forma inusual, algo denominado Sinestesia.

"Estoy charlando y veo colores, escucho una música y empiezo a sentir un sabor, la sinestesia es cuando un estímulo no solamente se interpreta a través del oído sino despierta otro estimulo secundario que le dicen el estímulo fantasma"

Recuerda que cuando realizaba los ejercicios de química en el colegio solían aparecer sabores, si el ejercicio estaba bien era un sabor dulce y si estaba mal era amargo; cuando conversaba con alguien, de inmediato percibía un segundo color en los ojos de la otra persona, trató de compartir esas experiencias con amigos o personas cercanas pero ellos al no comprenderla la calificaban de "loca" e incluso uno de ellos le propuso exorcizarla, sin embargo, ella no hallaba la denominación al don que ahora le permite dar vida a las cosas.

Más allá de una búsqueda histórica, lógica o científica, Cece quería encontrar personas que le dijeran que eso era normal, acudió a psicólogos, y muchos lo relacionaban con esquizofrenia.

"Cometí el error de contar a las personas equivocadas, le prestaba demasiada atención a lo que ellos pensaban sobre la sinestesia, quería sentirme parte, yo lo disfrutaba mucho y cuando yo lo contaba me chocaba que las demás personas se asusten o se burlen, había una diferencia muy grande entre mi sentir y la reacción del otro, yo me sentía totalmente incomprendida".



La experiencia

de Cece con

la sinestesia

Cece menciona que las experiencias con la sinestesia varían en relación al ambiente, y pone de ejemplo su paseo en la FIL: "Cuando paseo en la Feria del Libro me doy cuenta cuando un libro me llama, porque hay alguna cosa que sale de ahí"

Cuando su mamá falleció señala que la sinestesia se tornó algo sombrío, sentía que la representación de su miedo se exteriorizaba con fuerza, después de que pasó el luto, fue disminuyendo hasta retornar a lo habitual.



El día cotidiano

de Cece

Cece se pone a dibujar mucho en un día cotidiano y siempre está rodeada de alguien, siente mucha energía alrededor suyo el cual no le gusta definir, porque son esas sensaciones las que orientarán su día. Para Cece todo tiene vida, por eso le apasiona la animación y su autora favorita es Angela Carter con el libro la Cámara Sangrienta, y uno de los géneros literarios que le fascina es el terror férrico, terror que tiene que ver con seres sobrenaturales.

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