Para Federico Torrez ganar el primer premio en narrativa aymara Guamán Poma de Ayala es un impulso para seguir escribiendo literatura en lengua originaria.
Torrez es profesor de aymara y espera que el próximo año ya pueda dictar clases en alguna escuela. Tiene 45 años y vive en la ciudad de El Alto. Su obra será premiada con 70.000 bolivianos y además publicada por la editorial Santillana.
¿Qué lo motivó a participar en el concurso?
Leí la convocatoria en un periódico y me animé a participar.
¿Cuál fue el proceso de escritura de su novela?
Ha sido complicado porque ha sido una mezcla de dos idiomas: el aymara y el castellano. No se puede decir que la he redactado directamente en idioma nativo.
¿Cómo surgió la idea para crear la historia de la obra?
Se me ocurrió en Tiwanaku. Una vez fui a visitar una montaña cercana de ese lugar y me impactó su historia. Mi novela es una combinación de la ficción y la realidad. La historia habla del proceso de cambio que ha sido sembrado desde la época de Zárate Villca. Cuenta cómo nuestros antepasados han sufrido la esclavitud. Cuando muere Zárate Villca, uno de los personajes llora y reclama acerca de la vida que tenían que llevar. En una gran reunión de varias personalidades deciden ver el futuro y observan el proceso actual que vivimos. Logran observar la posesión del presidente Evo Morales.
¿Ha sido complicado redactar en idioma originario?
Es difícil escribir en aymara. Su ortografía y gramática son complicadas.
¿Cómo aprendió a hablar y escribir en lengua aymara?
Mis padres hablan aymara y desde muy pequeño he aprendido esa lengua, pero estudié en escuelas de la ciudad. Pude profundizar cuando ingresé a la normal de la ciudad de El Alto para ser profesor de aymara.
¿Qué significa para usted ganar el premio?
Es un incentivo para seguir escribiendo literatura en lengua aymara. Quiero continuar con mi carrera de profesor y enseñar aymara en las escuelas.
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