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Para Francisco Leñero, responsable del Espacio C+C, dedicado a la difusión del género literario, el año pasado hubo “una especie de pausa en las publicaciones” debido a que son los mismos autores los que tienen que gestionar su salida al mercado.
No obstante, resalta, “este año comenzó muy bien con dos títulos en las tiendas y varios proyectos en ciernes”. Se refirió al lanzamiento de Trancadera de ovnis (Gente Común) y del catálogo de historietistas bolivianos Agítese antes de usar, publicado por el Espacio Simón I. Patiño
“El cómic boliviano es luchador, resistente. Tiene que serlo ya que no contamos con los recursos de los que gozan los artistas en otros países. Es por ello que hemos sobrevivido a la etapa de vacas flacas experimentada el 2010. Ahora, todo parece ir por buen camino”, afirma Jorge Siles, historietista y presidente de la Asociación Viñetas con Altura, organizadora del Festival Nacional del Cómic. Resaltó también el buen augurio representado por las recientes publicaciones y por aquéllas que están en la mira.
De su lado, Álvaro Ruilova, autor de la serie Cuentos de Cuculis, indica que “hay una cantidad nunca antes vista de publicaciones independientes en el país”. No todas provienen de artistas profesionales, muchos de ellos son jóvenes que, al igual que Ruilova, aman el denominado noveno arte y prueban suerte.
Susana Villegas, Alejandro Archondo y Frank Arbelo —todos veteranos del rubro y responsables de varios textos— coinciden en calificar de positivo el futuro del género en Bolivia por el incremento en el número de artistas nuevos.
Los últimos productos lanzados al mercado son tomados como una señal positiva. Esto se debe a que desde el cierre de la revista Crash!! (Editorial Eureka), el año 2006, los creadores no tenían un apoyo editorial para la difusión de sus obras, aspecto esencial para lograr que una producción llegue a los lectores de manera regular.
“Es muy difícil llegar a Bolivia de forma masiva. Uno tiene que sudar para poder publicar las obras a un precio adecuado para la mayoría de las personas. Y siempre ocurre que hay alguien que lanza algo más barato. De vez en cuando, podemos lanzar al mercado tomos recopilatorios grandes como La fiesta pagana”, lamenta Archondo, parte del colectivo que participó en la creación de dicho ejemplar.
Por su parte, Claudia Pardo, responsable de cómics de la editorial Gente Común, admite que por el momento los productos de ese tipo no constituyen un negocio. “Hasta ahora no hay un retorno de la inversión. Éste (Trancadera de ovnis) es un proyecto a largo plazo que busca llegar al público tradicional y educar a nuevos lectores”. Sin embargo, reconoce que existe un gran potencial e interés en el mismo.
Para lograr ese objetivo, añade, los distribuidores tienen que ampliar el circuito cerrado en el que al momento se mueven los autores.
Gente Común inauguró en octubre del año pasado La Tercera Pata, oficina dedicada al cómic, con la publicación de El Monstruo del Choqueyapu, revista de Diego Loayza, Mario Piñeiro y Cristian Vidangos. A ella le siguió el primer número de Trancadera de Ovnis, con la participación de Villegas, Joaquín Cuevas, Román Nina y Urtik, conocidos ya en el ámbito. Su publicación será trimestral.
“Tenemos varios proyectos en espera de concretarse en los próximos meses, los que incluyen nuevos números de Trancadera”, adelanta Pardo.
No se trata de la única previsión para este año. Archondo anuncia para abril un volumen de varias historias que seguirá la línea de Fiesta pagana y en la que participarán Villegas y Arbelo. Siles menciona la posibilidad de continuar con Kusillo y —por su lado— Ruilova promete un nuevo Cuento de Cuculis.
El futuro se muestra prometedor si Agítese antes de usar, que contiene información de 44 escritores y dibujantes, cumple su meta de dar a conocer y promocionar el trabajo de los historietistas bolivianos.
La iniciativa no se limita a Bolivia. Leñero asegura que el cómic nacional está logrando hacerse de espacios en el extranjero. Ruilova firmó un acuerdo con Glénat para publicar su obra en España. Arbelo trabaja en Argentina y Súper Cholita de Santos Calisaya y Rolando Valdez ya es conocida fuera del país.
Todavía se busca una identidad
Los creadores reconocen que no se puede decir aún que el cómic boliviano tenga una identidad definida, a diferencia del manga japonés o de los superhéroes estadounidenses. “Somos pluri y multi”, opina con una sonrisa Alejandro Archondo, quien considera que la filiación despende de la influencia del autor. Álvaro Ruilova critica lo que ve como alienación, aunque admite que se busca un estilo “boliviano” en el arte nacional. Para Jorge Siles, “tenemos un pasado que nos ata, pero que no reconocemos y menos aún usamos en nuestra obra”.
Puntos de vista
Álvaro Ruilova
‘La gente está interesada en la producción’
“Hay una gran cantidad de publicaciones independientes que antes no se veían, que ahora son parte de un nuevo boom de cómic. Hay quienes trabajan en el país, otros que tienen colaboraciones en Argentina, España y Francia. Además, hay un mercado para la historieta, la gente está muy interesada en la producción nacional así como hay espacio para la literatura u otro arte”.
Susana Villegas
‘Hace falta crear una cultura del cómic’
“Después del boom que hubo hace algunos años, tuvimos una especie de bajón causado por la falta de publicaciones. Pero parece que este año todo va a repuntar de nuevo. Hace poco salió la Trancadera de Ovnis, salió el catálogo, lo cual indica que la situación está mejorando, aunque todavía la gente desconoce este medio y tiene prejuicios. Hace falta crear una cultura del cómic”.
Francisco Leñero
‘Creo que este año es el año del cómic nacional’
“Pese a la calidad de la obras no hay un nivel adecuado de publicación. Los autores tienen que dedicarse a otras cosas al mismo tiempo que elaboran sus historias. Pero este año hemos empezado con muchas más publicaciones y muchos tienen varios proyectos. Yo creo que este año es el año del cómic nacional. Además, nuestros autores han llegado al exterior con éxito”.
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