Un estudio comparativo del aymara con el latín, el sánscrito y el griego y dos poemarios, todos escritos a mano por Franz Tamayo, son las obras inéditas que guardan celosamente los herederos del autor y que mostraron a Página Siete.
Las obras, escritas entre 1934 y 1954 por el también ensayista, podrían ser publicadas si es que los custodios de estos tesoros consiguen el financiamiento.
“Hace dos años, mi hermano me entregó una caja tras el fallecimiento de mi madre. Al abrirla, entre varios documentos y fotografías, encontré un manuscrito de mi abuelo sobre un estudio del aymara”, contó Regina Portocarrero Tamayo, nieta del autor de La Prometheida.
El estudio tiene más de 20.000 páginas dobladas por la mitad y divididas en 20 bloques. El texto fue escrito con tinta, lápiz y bolígrafo. “Es un estudio muy interesante porque hace una comparación de palabras y expresiones del aymara con el sánscrito, el latín y el griego”, explicó Portocarrero, quien guarda el manuscrito en un cofre metálico y quien además recordó que su abuelo hablaba ocho lenguas como el griego, el latín, el aymara, el fráncés, el inglés y el alemán, entre otros.
Tamayo (1879 - 1956) es uno de los escritores bolivianos más importantes de la primera mitad del siglo XX. Fue también político y diplomático.
Como poeta, se le considera uno de los máximos representantes del modernismo en Bolivia, aunque se mantuvo, en general, al margen de los círculos literarios de la época.
Portocarrero contó que su abuela Luisa Galindo entregó el manuscrito a su madre. “Estaban recogiendo las cosas de mi abuelo luego de su muerte y en ese momento le entregó la obra”, comentó.
“Mi mamá guardaba todo sobre mi abuelo. Clasificaba y recopilaba sus escritos”, contó. Entre las joyas que conserva también hay un diario en el que Tamayo escribía las combinaciones de medicamentos y las dosis que usaba para curar sus males, pues el autor, entre otras carreras, estudió medicina alopática en Alemania.
Portocarrero, por ahora, busca publicar el estudio del aymara realizado por Tamayo. “Requerimos un experto en criptología porque la letra de mi abuelo es complicada de entender”, explicó. “Hace un año publicamos un anuncio en el periódico para contratar a un criptólogo y hasta hoy no obtuvimos respuesta”, agregó.
En el caso de los dos poemarios, David Bascopé Tamayo, nieto del creador de Epigramas griegos, contó que las obras se encuentran en poder de su madre. “Tenemos dos manuscritos inéditos sobre poesía de mi abuelo y queremos publicarlos, pero estamos en busca del financiamiento”, sostuvo.
Uno de los poemarios lleva el título de Los Argonautas. “No recuerdo el contenido, ni el número exacto de las obras porque mi mamá lo guarda con mucho recelo”, comentó.
Al igual que el estudio del aymara, los dos poemarios están guardados en un cofre metálico que está en poder de la madre de Bascopé, Elvira Tamayo, la única hija viva de Tamayo y quien bordea los 85 años.
Adolfo Cáceres Romero, autor del Diccionario de la Literatura Boliviana, comentó que estas tres obras representan un hecho relevante para el país. “Tamayo es una de las figuras más notables de nuestra literatura y no sólo del siglo XX porque su obra tiene una proyección que va más allá”, explica.
Estas tres obras son las únicas que conserva la familia. Sin embargo, Bascopé comento que su hermano “guarda toda la correspondencia que recibía el autor y otro de mis primos conserva su máscara mortuoria”, enfatizó.
“Tamayo es una de las figuras más notables de la literatura y no sólo del siglo XX porque su obra tiene una gran proyección”
Adolfo Cáceres
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