jueves, 9 de febrero de 2012

Este orureño estará en el Tercer Festival de Poesía Santiago en Paz. Publicó Historias a la luna (2004)

¿Dónde nace para ti el oficio de poeta?
En la resignación. Ser poeta es un accidente. No he dicho de chiquito “quiero ser poeta”. No es que yo haya tenido muy claro desde muy temprana edad lo que iba a hacer con la escritura. Al final, la poesía me ha vencido y ha vencido todo pensamiento mío, toda voluntad, toda ideología y todo sueño. A estas alturas, lo único que alcanzo a ser es una trituradora de realidad, como una máquina que está recortando y registrando todo lo que llega a sus ojos.
¿Qué retos afrontas al escribir?
Ninguno, me divierto mucho. Primero, que no pienso en un inmenso público que ha de esperar alguna frasecita o verdad eterna que salga de mi boca. Publicar hoy en día no es lo mismo que hace cien años y creo que ahora se escribe más para los amigos y seres queridos, supongo. Yo entiendo que la escritura es algo serio y por lo mismo debe ser divertida y llegar a todo el mundo. No escribiría nada si no la estuviese pasando bien, y riéndome de la vida y de mí mismo en todo momento.
¿Qué es lo que nunca harías como poeta?
No es una buena pregunta para alguien como yo que está acostumbrado a hacer el ridículo. Soy un payaso, no puedo evitarlo. Así que no hay nada que me avergüence hacer en poesía. Eso sí, donde jamás me verás es en un concierto de Enrique Iglesias.
¿Cómo te iniciaste en la poesía?
Como camote sin suerte (risas). Dice Nietzsche que el dolor hace cacarear a los poetas y a las gallinas. Entonces, yo cacareaba mucho.
¿Cómo es para ti el proceso de escribir un poema?
Al contrario de lo que algunos dicen, al mencionar que la inspiración no existe, yo pienso que la escritura es un estado metabólico de un momento y lugar determinado. Es algo que va germinando todo el tiempo. Así que la mayoría de las veces escribo por necesidad. Creo que tengo muchas voces simultáneas que no me dejan en paz e insisten en que continúe la labor. Hay una que es experimentalista, hace que me divierta mucho, y hay otra que me saca a un payaso malo que hay adentro. Creo que es mejor no pensar en eso y dejar que viva nomás el misterio en la escritura.
¿Qué es lo que hace que un poema sea contundente?
Es para pensarlo. No es sencillo contestar esa pregunta. Hay poemas que requieren exactitud milimétrica, hay otros que se favorecen con el ripio. Me imagino que cada poema es su propia regla y ése también es otro misterio. Un poema logrado y equilibrado es difícil de hacer, pero si fuera fácil, la poesía no sería arte, ¿no crees? Me quedo tan sólo con eso que dijo una vez el escritor mexicano Augusto Monterroso, que en literatura no hay nada escrito.
¿Cómo un acontecimiento cotidiano se vuelve poesía para Sergio Gareca?
Últimamente, pienso yo, es la magia. El mundo está hecho de eso. Te pongo un ejemplo. Ayer se murió la mamá de un amigo, “tenía vida y ahora ya no”, ¿cómo te explicas eso? Ahora mismo contesto a las preguntas en un ordenador que no entiendo cómo funciona pero es maravilloso; todos están lejos y tan cerca. Luego, en cualquier instante, puedes prender un aparato y ¡saz!, aparece la música. No sólo acontece con la tecnología. La vida, de por sí, otorga acontecimientos impredecibles. Así, parece que la poesía es un simple estado de conciencia que te hace conocer esa magia. Si estás atento a esa red misteriosa de hechos, entonces estás listo para convertirte en poeta.
Háblanos un poco sobre la labor que emprendes con la editorial cartonera Rostro Asado y con el colectivo Perros Petardos en Oruro.
El colectivo ha pasado por una de sus muchas etapas de decepción de las instituciones. Se dice que la única sabiduría del perro es la desconfianza y cada vez nos estamos adecuando mejor a esa idea. Perro Petardos nace en un homenaje a un icono de Oruro que era un perro callejero que formaba parte de toda la actividad pública: marchas, desfiles y Carnaval. Debido a la insuficiencia moral del ser humano, hemos decidido homenajear a ese perro, única figura totémica de los seres urbanos de Oruro. Cansados de decir como artistas “mi papá no me quiere, el Gobierno no me ayuda, mi esposa me ha dejado”, hemos decidido vivir el arte, aunque no se pueda vivir de él.
Hemos pasado por la editorial cartonera un programa de radio llamado Dinamita cerebral, el Día del Odio, exposiciones, lecturas callejeras y otros eventos que cuestionan las falencias de la vida. Ahora, tenemos para marzo una exposición de libros objeto en la Casa de la Cultura Simón Patiño de Oruro y otras cosas que no te cuento aún porque son sorpresas.
¿Qué novedades trae Gareca para este 2012?
Quería ser un tipo normal, pero no puedo. Así que voy a seguir juntándome con mis Perros Petardos en Oruro. Vamos a llevar a cabo la Feria del Libro, que nos frustraron el año pasado; otro Día del Odio, la Verbena del fin del Mundo y el Encuentro Nacional de los Oficios inútiles, entre otras tantas actividades.

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