martes, 30 de noviembre de 2010

El libro rescata el trabajo de 11 crónicas de hechos policiales ocurridos en nuestro país. En el mismo participan dos jóvenes periodistas de Página Siete.

El cruel destino de los indigentes, la venta de drogas, la historia de un niño asesino, mujeres que matan y los relatos de cogoteros son algunas de las crónicas recopiladas en el libro La chica mala del periodismo. Crónica roja en Bolivia.

El texto es presentado hoy en el auditorio de Fundación Friedrich Ebert (FES) a las 19:00 (Av. Hernando Siles, 5998, Obrajes). Será comentado por la editora del libro, Cecilia Lanza, y el periodista Rubén Vargas.

Narrar la muerte, el delito y la sangre no es nada fácil, porque es contar los “miedos” y la “desgracia” de la gente. La encargada de tratar estos temas es la crónica policial o roja que, según la periodista Cecilia Lanza, es la “chica mala” del periodismo.

El libro La chica mala del periodismo. Crónica roja en Bolivia es el resultado del trabajo de 11 periodistas bolivianos, quienes emprendieron el reto de contar historias de hechos policiales, que talvez no marcaron la historia de nuestro país, pero que dejaron huella en la gente.

Para Lanza, la crónica policial o periodismo sensacionalista se ocupa precisamente de hechos que generalmente cercan la vida de sectores marginales y excluidos de la sociedad. Dice que estos conflictos cotidianos no caben en el horizonte temático de los asuntos “serios” que incumben al gran periodismo. “Pero como toda chica mala, la crónica roja atrae y seduce o, cuando menos, provoca sentimientos encontrados”, según señala en la introducción del libro.

Lanza define a este tipo de periodismo así: “hay que gastar bastante la suela de los zapatos para armar una crónica desde diferentes ángulos, para persuadir al lector a devorar un drama de carne y hueso”.

Los autores son: Isabel Mercado, Katiuska Vásquez, Berthy Vaca, Alejandra Arrien, Álvaro Irusta, Daniela Romero, Álvaro Cuéllar, Elvis Toro, Dehymar Antezana, Anahí Cazas y Pablo Peralta, estos dos últimos periodistas jóvenes de Página Siete.

En cada uno de los trabajos, el lector podrá descubrir historias de crónica roja, pero contadas “con calidad periodística”, según explica la presentación del libro, con la idea de quitarle el estigma de “ chica mala”.

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