domingo, 3 de enero de 2016

Lecturas sutiles ¿Año nuevo, vida nueva?

Los últimos días del año son un tiempo en que la gran mayoría de las personas los utilizan para evaluar aquello que se hizo durante todo ese año. En ese momento se puede experimentar mucha satisfacción, dicha, alegría por lo vivido o lo realizado, como también pueden existir sentimientos contrarios que generan disgusto, arrepentimientos y tristezas.

Algunas personas podrán hacer algo con ese malestar como proponerse nuevas metas, valorar lo que se tiene, cambiar de estilo de vida; siempre con la idea de mejorar, todo ello estará sostenido por un deseo, el deseo será el motor para poder cambiar. En el transcurso de ese cambio a uno le puede pasar que ese motor podría quedar aplastado por las exigencias que surgen al intentar cumplir esa meta. Llegar a lo que uno quiere se puede volver una exigencia al desaparecer la causa que movilizaba el deseo, ello se manifiesta cuando las personas dicen: “podía ser mejor”, “no era lo que esperaba”. Por lo tanto, el anhelado cambio es abandonado y se convierte en imposible.

El fin de año se encuentra atravesado por un sin fin de consejos para esperar el año nuevo, que se vuelven cábalas y rituales para algunas personas. Por ejemplo, el usar un color determinado de ropa para conseguir una pareja o caminar el manzano con una maleta para poder viaja durante el año. Se lleva a cabo estos rituales con la esperanza de que todo sea mejor a nivel del amor; económico y de salud. Para muchas personas es importante y necesaria la realización de los mismos. Nos podemos preguntar ¿Hasta qué punto estos actos serán determinantes en la vida de las personas? Las respuestas serán variadas según la experiencia

y la creencia que se tenga en el ritual que se ejecute.

Lo que sí podemos afirmar es que es hay modalidades de goce del sujeto que no varían más allá de los rituales de fin de año y la buena voluntad que se tenga para cambiar aquello que a uno no le agrada. Ello se debe a que existe en el sujeto una determinación subjetiva que tiene que ver con su propia historia y con sus ele-cciones; algunas pueden producir malestar y una constante repetición. Por más cábalas que se realice, el sujeto tiende a repetir escenas o dichos que le provocan disgustos, encontrándose cada año con una vieja escena vivida.

El psicoanálisis advierte que en dicha repetición, a pesar de que se sufre a nivel consciente, por otro lado a nivel inconsciente existe una satisfacción, la que comanda el reencuentro de lo mismo.

Solo habrá un verdadero cambio cuando el sujeto sostenga su deseo a través de un acto que será una acción que marque un antes y un después, donde ya no se es el mismo. Es un verdadero acto que deja una marca imborrable en el sujeto, donde ya nada puede ser igual a lo anterior.

Podemos concluir que el tiempo cronológico marca un antes y un después para todos por igual, como es el caso del cambio de año, que siempre convoca a nuevas promesas y nuevos proyectos, pero que hay que estar advertidos que también existen tiempos subjetivos que pueden estar marcados por una eterna repetición o por un verdadero acto que marca un antes y un después rotundo, vivir la vida de otra manera, una nueva vida.

Nota:si tiene algún tema o sugerencia de un tema contactarse con Claudia Méndez del Carpio al correo electrónico claudiamen@hotmail.com


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