La vida del escritor mexicano Juan Rulfo se apagó hace ayer exactamente 25 años, con un legado literario breve pero contundente a más no poder, "Pedro Páramo" y "El llano en llamas", alabados por las letras hispanas.
"Se le molesta siempre preguntándole cuándo tendrá otro libro. Es un error. (...) Si yo hubiera escrito Pedro Páramo no me preocuparía ni volvería a escribir nunca en mi vida", valoraba Gabriel García Márquez en una cita recogida en una nota conmemorativa por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) con motivo del aniversario.
El escritor, nacido en el estado de Jalisco en 1916, en plena Revolución, conflicto cuyas promesas incumplidas al México rural, retrataría mejor que nadie en los cuentos de "El llano en llamas", en 1953. Dos años después alumbraría la Comala de Pedro Páramo.
Desde entonces, de la pluma de Rulfo sólo salieron guiones de cine y reseñas, lo que no le impidió pasar a la historia como uno de los nombres dorados de la literatura de México e Iberoamérica.
Jorge Luis Borges, Mario Benedetti, Carlos Fuentes, Günter Grass, y Susan Sontag, además del ya mencionado Nobel García Márquez, han sido algunos de los escritores que han elogiado y analizado la obra de Rulfo, traducida a una multiplicidad de idiomas. El maestro Rulfo dejó asimismo una cantidad ingente de fotografías, otra de las artes que cultivó desde la década de los 30, sobre todo del medio rural que después retrató en sus páginas. Pasó sus últimos veinte años dedicado a su trabajo en el Instituto Nacional Indigenista de México.
"Se le molesta siempre preguntándole cuándo tendrá otro libro. Es un error. (...) Si yo hubiera escrito Pedro Páramo no me preocuparía ni volvería a escribir nunca en mi vida", valoraba Gabriel García Márquez en una cita recogida en una nota conmemorativa por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) con motivo del aniversario.El escritor, nacido en el estado de Jalisco en 1916, en plena Revolución, conflicto cuyas promesas incumplidas al México rural, retrataría mejor que nadie en los cuentos de "El llano en llamas", en 1953. Dos años después alumbraría la Comala de Pedro Páramo.Desde entonces, de la pluma de Rulfo sólo salieron guiones de cine y reseñas, lo que no le impidió pasar a la historia como uno de los nombres dorados de la literatura de México e Iberoamérica.Jorge Luis Borges, Mario Benedetti, Carlos Fuentes, Günter Grass, y Susan Sontag, además del ya mencionado Nobel García Márquez, han sido algunos de los escritores que han elogiado y analizado la obra de Rulfo, traducida a una multiplicidad de idiomas. El maestro Rulfo dejó asimismo una cantidad ingente de fotografías, otra de las artes que cultivó desde la década de los 30, sobre todo del medio rural que después retrató en sus páginas. Pasó sus últimos veinte años dedicado a su trabajo en el Instituto Nacional Indigenista de México.
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