jueves, 24 de enero de 2013

Un libro reúne 11 cartas inéditas de García Márquez

La fascinación que causó en Gabriel García Márquez tocar por vez primera la nieve, la incomodidad de la fama al convertirse en un autor de éxito o los desvelos que le causó Cien años de soledad son revelados en Gabo. Cartas y recuerdos, una obra hilvanada por Plinio Apuleyo desde la atalaya de amigo íntimo.

Apuleyo Mendoza (Tunja, Colombia 1932) se presenta sin dilación como un “viejo amigo” del premio Nobel, de los que “leían sus manuscritos” antes de que el autor de La hojarasca alcanzase el éxito.

Gabo. Cartas y recuerdos, publicado por Ediciones B en España y Latinoamérica, traza un “perfil muy humano” del célebre escritor, a quien Apuleyo Mendoza conoció a finales de la década de 1940 en un café de Bogotá siendo dos jóvenes aspirantes a periodistas; Gabo sólo tenía 20 años, Plinio cuatro o cinco menos.

Sin embargo, sería París la ciudad en la que se forjaría su amistad, en los años 50. “Nuestra amistad nació tres días después de llegar García Márquez a París, cuando le invité a cenar y al salir del restaurante vio el Boulevard Saint-Michel cubierto de nieve”, recuerda Apuleyo Mendoza.

El primer obstáculo en su amistad la pondría, en 1971, el encarcelamiento del poeta cubano Heberto Padilla, aunque no supuso distanciamiento alguno.

Cuando llegó el “caso Padilla”, dice, casi todos los escritores apoyaron una primera carta de protesta por el proceso contra el poeta cubano que contenía la firma de García Márquez y que fue incluida por decisión de Apuleyo al no localizarlo.

Fue García Márquez quien personalmente le aclaró que no quería figurar en esa misiva, por ello el propio Apuleyo anunció este hecho a la agencia cubana Prensa Latina que lo difundió.

Gabo. Cartas y recuerdos retrata en sus páginas el ejercicio como periodistas en Caracas, Bogotá o La Habana, al tiempo que compartían la misma devoción por la literatura.

En la obra, el autor ha incluido 11 cartas inéditas que el premio Nobel le envió desde México mientras escribía Cien años de soledad. “Me contaba sus inquietudes y le preocupaba lo que le decían sus amigos de esta obra”, que el pensaba “podía ser una catástrofe o un gran acierto” y que entendía como “un largo poema de la vida cotidiana”.

El libro incluye una colección de fotografías y en una de ellas Gabo aparece junto a Mario Vargas Llosa, José Donoso y sus respectivas mujeres, en Barcelona.

Una instantánea irrepetible, porque Apuleyo cree que “es tarde” para sellar de nuevo una amistad que, además, duda de que hubiera podido “perdurar” por las diferentes posiciones políticas de Vargas Llosa y García Márquez.

Apuleyo -quien también publicó El olor de la guayaba, donde recoge sus conversaciones con el Nobel colombiano- confiesa no saber a ciencia cierta el estado de salud de Gabo, con quien no habla desde hace dos años.

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