domingo, 20 de enero de 2013

“Los días más felices” de Rodrigo Hasbún

EL ESCRITOR BOLIVIANO | CONTINúa CRECIENDO EN SU CARRERA LITERARIA Y EN ESTA ENTREVISTA, HABLA SOBRE SU OBRA Y LA COMERCIALIZACIÓN EN BOLIVIA DE SU ÚLTIMA PUBLICACIÓN.

Para Rodrigo Hasbún el 2012 fue un año inmejorable. Lo invitaron a algunos de los encuentros literarios más importantes del continente –el Hay Festival en Cartagena de Indias, el Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires y el Luminato Festival en Toronto, entre otros–, sus libros empezaron a distribuirse en países como Argentina, México y Chile, y se anunció la traducción al francés de su novela El lugar del cuerpo.

Después de una larga espera, su última publicación, el volumen de cuentos Los días más felices (Duomo, 2011), ha empezado a comercializarse en Bolivia. Con este motivo, conversamos con el autor.

OH!: ¿Cómo califica el 2012 en materia de tu literatura?

Para mí fue un año muy bueno, sobre todo porque mis libros empezaron a distribuirse o a editarse en varios países además de Bolivia, pero también porque comencé un par de proyectos que me tienen entusiasmado. Y ahora, claro, me alegra un montón que Los días más felices pueda leerse al fin aquí.

OH!: ¿Cómo ha afectado el doctorado en literatura latinoamericana que está Ud. cursando, en su escritura?

Lo que hace el doctorado, en última instancia, lo que intenta hacer al menos, es enseñarte a leer con más rigor. El movimiento es doble en ese sentido: por una parte, te ofrece herramientas para situar mejor un texto, para percibir más claramente algunos vínculos posibles, cómo se inserta en determinados campos y cómo responde a ciertas problemáticas, y por otra parte te ayuda a ser más puntilloso con el texto mismo. Y eso, aprender a leer con más atención, es algo que no puedo sino agradecer como escritor.

Al mismo tiempo, estar lejos te somete a otro tipo de aprendizaje, multiplica tu perspectiva, la ensancha a la fuerza –te ayuda a leer desde lugares distintos eso que llaman realidad–, lo que seguramente termina siendo aún más importante que lo otro.

OH!: ¿Cómo se siente de que su novela El lugar del cuerpo se edite en francés?

El proceso de la traducción es un poco inquietante: no sabes qué está sucediendo ahí y ya no tienes el control de nada. A pesar de ello, me alegra que el idioma haya dejado de ser una barrera o un límite y que la novela pueda ser leída en ámbitos ajenos. Según tengo entendido, la traducción francesa ya está lista y saldrá pronto, y hay también un traductor italiano trabajándola en ese idioma.

OH!: Alguna vez mencionó que es un escritor lento; sin embargo dice que escribe un diario desde hace 12 años ¿Cúanto le cuesta trasladar todos esos hechos cotidianos y privados al terreno de la ficción?

En el diario sucede otro tipo de escritura, más despreocupada y desprolija, una escritura que está liberada de cualquier expectativa y que cumple otro tipo de función. Yo tengo una memoria muy mala y para mí el diario es una especie de registro privado al que vuelvo cada tanto para intentar entender mejor algunas cosas. ¿Cuánto podría interesarle a otra persona leer mi diario? Yo creo que nada, que carece de valor para cualquiera que no sea yo.

La ficción, por otra parte, a veces se sirve de esa materia bruta, pero la reelabora de manera radical, inventándole variaciones y ensuciándola y dándole mil vueltas. A mí me interesa la zona indeterminada que está en medio, los textos que problematizan el paso de un lado al otro.

OH!: El año pasado algunos escritores pedían 'la muerte' del realismo en la literatura ¿Qué piensa al respecto?

Yo creo que hay espacio para todo tipo de escrituras y registros y que es beneficioso explorar por donde sea, sin consignas o mandatos de ninguna clase. ¿Qué se entiende por realismo a estas alturas, además? ¿A qué o quién se tiene en mente cuando se habla de realismo? Si pensamos en el Coetzee de Foe y Verano o en el Bolaño de 2666 y Los detectives salvajes o en cualquier novela de Gonçalo Tavares, daría la impresión de que el realismo entendido en los términos que ellos proponen está todo menos muerto, sobre todo porque aparece acompañado de una decisiva búsqueda formal.

En cualquier caso, no pienso que el valor de un texto esté determinado por su grado de posibilidad o referencia o por su filiación o desapego a ciertas convenciones de género, sino por cuán cautivante es la voz del escritor, por la hondura o la sutileza de su mirada, por su capacidad de evidenciar aquello que a los demás nos pasa desapercibido.

OH!: ¿Cómo ve los cuentos de “Los días más felices”, comparados con los de su primer libro de cuentos “Cinco”?

Los cuentos de Los días más felices los fui escribiendo a lo largo de los últimos cinco o seis años y hay más de una continuidad entre ellos y los que conforman Cinco. En general, sin embargo, este libro mira un poco más hacia fuera, hacia los otros.

La parte a la que más cariño le tengo –y la que en más de un modo le da sentido al libro– es la segunda, donde se sigue a lo largo de los años a un grupo de compañeros de curso que van envejeciendo de un cuento al siguiente. Sobreviven juntos, con menos o más fortuna, con menos o más rabia, a sus días más felices.

OH!: ¿Condicionó su escritura, cambió algo su estilo, el hecho de que Los días más felices fuera publicado primero en España?

No, en lo absoluto, ¿por qué habría de hacerlo? Por lo demás, cuando estaba escribiendo la mayoría de los cuentos no tenía ni la menor idea de que iban a publicarse allá.

OH!: ¿Hubo algún escritor nacional interesante que hubiera conocido el año pasado?

El año pasado salieron dos primeros libros de cuentos muy audaces, el de Saúl Montaño y el de Fabiola Morales. A esos nombres me gustaría añadir el de Iván Gutiérrez, que publicó su primera novela un par de años antes. Son, a mi parecer, tres escritores de los que se puede esperar mucho.



Perfil

Rodrigo Hasbún

Nació en Cochabamba, Bolivia, en 1981. Publicó la novela El lugar del cuerpo y los libros de cuentos Los días más felices y Cinco. Le concedieron el Premio Unión Latina a la Novísima Narrativa Breve Hispanoamericana y fue parte de Bogotá 39, así como de la selección de Los mejores narradores jóvenes en español elaborada por la revista Granta. Dos de sus textos han sido adaptados al cine por Martín Boulocq, con quien co-escribió los guiones. Actualmente cursa un doctorado en la Universidad de Cornell.




“Los días más felices”

Por Alberto Olmos (Qué Leer)

Conocí a Rodrigo Hasbún en Nueva York hace unos meses, en el contexto de los actos derivados de la promoción de la revista Granta y de sus 22 autores elegidos. Hasbún es el escritor más joven de la lista y, a mi juicio, el más prometedor. Mi intuición se basa en algo tan cuestionable como esto: era el único escritor residente en Estados Unidos que no parecía estar viviendo los mejores momentos de su vida.

Frente a la sonriente actitud de la mayoría de los “chicos Granta”, paralela a esa alegría presupuestaria de todos los escritores que viven por y para las becas, las residencias y la subvención, Hasbún tenía una actitud crítica y, sobre todo, autocrítica con su puesto en el entramado cultural. Alguien que no está de acuerdo, que se queja, que no comparece o que se aparta de los demás es siempre alguien que tiene mucho que decir.

Los cuentos reunidos en Los días más felices continúan marcialmente la poética establecida en su primera novela, El lugar del cuerpo. Son relatos de adolescentes al encuentro de su sexualidad, que deben gestionar en circunstancias familiares caóticas o en hábitats estudiantiles asfixiantes. La prosa es seca y sórdida, la factura del cuento alterna la fragmentariedad con el monolítico fluir de conciencia; se indaga en lo orgánico de las relaciones personales, el sexo son las relaciones personales.

Hay un relato extraordinario: El futuro; y, aunque hay también alguno desechable (el bolañesco El fin de la guerra), el conjunto resulta, sin duda, brutal.

(Comentario que el crítico y escritor español Alberto Olmos, autor de las novelas Trenes hacia Tokio y Ejército enemigo, sobre Los días más felices con motivo de su aparición en España.)



Proyecto Traviesa

Rodrigo Hasbún lanzará este mes, junto al escritor guatemalteco Rodrigo Fuentes, un proyecto llamado Traviesa (www.mastraviesa.com), sitio virtual bilingüe dedicado a explorar los lugares afectivos y geográficos, mentales y físicos, desde donde se escribe ahora mismo la literatura en español. Puede leerse en la descripción del proyecto: “Por medio de intercambio de correos electrónicos, entrevistas en video, relatos de su diario quehacer y descripciones de sus lugares más queridos, en Traviesa los escritores comparten sus formas de estar en el mundo y revelan así sus búsquedas, sus predilecciones y rechazos, los entresijos de su vida cotidiana.”

Entre los escritores involucrados en el proyecto, se encuentran Mario Bellatín, Horacio Castellanos Moya, Selva Almada, Inés Bortagaray, Edmundo Paz Soldán, Federico Falco, Mercedes Cebrián y Yuri Herrera, además de muchos otros.

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