viernes, 2 de junio de 2017

Los cruceños leen de forma tradicional y también virtual


¿Se lee más de la forma tradicional o en soportes virtuales? La corriente actual en Bolivia da a entender que ambos servicios contienen información invalorable y que los usuarios complementan o fusionan las dos formas para sacar provecho a sus investigaciones.

En Santa Cruz se ha detectado que las bibliotecas físicas y las virtuales conviven por separado y también de forma híbrida y que la lectura todavía es fuerte en el soporte del papel, aunque de a poco la gente está empezando a leer en sitios técnicos. Asimismo, se ha evidenciado que centros culturales y las universidades son las que más explotan los beneficios de la tecnología digital, que propende a expandirse en el país.

Entre las tradicionales figuran la biblioteca municipal (plaza del Estudiante), con unas 200.000 consultas al año, y la de la Gobernación cruceña (calle Velasco, esquina Ayacucho) con un catálogo de 34.000 libros y documentos referidos, sobre todo, al desarrollo de Santa Cruz y con apenas 300 visitas anuales.

Servicio mixto
El Centro Boliviano Americano (CBA), la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) y la Alianza Francesa han combinado ambos soportes para sus usuarios.

A estas instituciones se suma la Fundación Cotas, con su Biblioteca Cruceña Digital (www.biblioteca.cotas.com), que funciona desde enero para todo público, con el fin de fomentar la investigación con 206 volúmenes a disposición de forma gratuita sobre temática cruceña en historia, literatura, geografía, economía, ideología y cultura de autores locales, informó Verónica Rojas, analista del museo y de la biblioteca de Cotas.

La Biblioteca Cruceña Digital tiene su base en la calle Los Tiluchis Nº 99 (avenida Paraguá), donde también funciona el soporte físico con más de 300 ejemplares.
Y con avances notables está la biblioteca de la Facultad de Tecnología de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, que dio un salto a la modernidad convirtiendo sus libros físicos en electrónicos, según la bibliotecaria Rosario Vargas.

“Incorporamos tecnología de punta con una antena de seguridad para cuidar los libros. Es un sistema único en Bolivia. Los estudiantes entran con su huella digital. Hay páginas webs con catálogos electrónicos en línea para reservar libros desde la casa, con apoyo de una editorial internacional que tiene convenio con la facultad”.

La página es biblio.fcet.uagrm.edu.bo y tiene 80.000 documentos de acceso libre solo para los estudiantes de Ciencias de la Salud, Derecho, Historia, Humanidades, Bioquímica, Idiomas, etc.
Por su parte, Sonia Molina, del CBA, señaló que cualquier usuario tiene acceso a tres grandes bibliotecas estadounidenses: eLibraryUSA, Library of Congress y Digital Mundial. Para ingresar se requiere de una suscripción con el pago de Bs 150 al año; además, los lectores se benefician con una sala de lectura equipada con computadoras e internet gratuito por una hora por persona. El CBA es visitado por 1.500 a 2.500 personas al mes, aseguró Molina.

La Aecid cuenta con un servicio similar: tiene varias computadoras para los usuarios con alrededor de 23.000 libros y más de 40.000 documentos en físico. Cualquiera puede acceder gratuitamente a la página web aecid.es, una biblioteca virtual con cientos de libros a disposición del público, según indicó Marcelo Véliz, que calculó que reciben unas 24.000 solicitudes al año en servicio de sala, préstamos de libros y películas (600).

“Lo físico y lo virtual se complementan en la actualidad. Por eso muchos investigadores hacen una fusión. Lo virtual simplemente acerca la realidad a través de la tecnología”, opinó Véliz.

Tarea pendiente

Para Isabel Collazos, de Simón I. Patiño, el espacio virtual es clave para cargar contenidos ante la falta de espacio físico y ya están trabajando para ello. “Estamos haciendo un catálogo con el conservatorio para que los registros musicales estén digitalizados. Asimismo, tenemos un proyecto para un registro oral y audiovisual de cultura en la región”, manifestó Collazos.

Willy Meheust explicó que la Alianza Francesa en Santa Cruz tiene una plataforma con contenidos digitalizados, es decir, libros y revistas en francés, la gran mayoría. Es una biblioteca virtual internacional que se ha creado con el Ministerio de Cultura en Francia, pero que es asequible para todos los estudiantes de la Alianza y para cualquiera que pague una membresía a la biblioteca de Bs 100 al año. Contiene más de 70.000 productos entre libros de arte, novelas, revistas, MP3 y videos. Aun así, reconoció que falta darla a conocer para que la requieran y es que “las bibliotecas en el mundo se han modernizado, pero en Latinoamérica hay dificultad de promoción”.

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