domingo, 23 de abril de 2017

Luis Luksic cultivó el vanguardismo, el surrealismo y la protesta social con una pintura indigenista y una poesía audaz.



El poeta y artista potosino, de ascendencia yugoslava, Luis Luksic falleció en 1988 en Venezuela. La crisis política de finales de la década de los 40 le obligó a exiliarse allá. Este no deseado alejamiento terminó por aislarlo del ámbito artístico y cultural de Bolivia, y por eso en la actualidad se tiene pocas referencias acerca de su labor poética, artística y política.

El crítico de arte Rigoberto Villarroel Claure, en su estudio Arte contemporáneo: Pintores, escultores y grabadores bolivianos, retrata brevemente el trabajo artístico que desempeñó Luksic en Bolivia. Según Villarroel, Luis Luksic fue un gran colaborador en la clasificación y restauración del acervo artístico. Ejerció el profesorado y posteriormente asumió la Dirección en la Academia Nacional de Bellas Artes Hernando Siles Reyes de La Paz. Con referencia a su técnica artística, Villarroel afirma:

“Está dotado de teoría académica y conocimiento técnico; conoce los secretos de su pintura (…). Cultivó con asiduidad el paisaje neoimpresionista, con virtuosidad en la combinación del colorido imaginativo y libre, sin tendencia ni concepto preconcebido”.

Fiel a su época, Luksic fue influido por el “misticismo de la tierra”, como se ve por ejemplo en sus acuarelas coloristas Nacimiento indio, Felices pascuas para el pueblo o Danza de la diablada. Estos motivos indígenas tuvieron cierta notoriedad y atención en distintas exposiciones individuales en el Museo Social Argentino (Buenos Aires), en 1948; en la Real Sociedad de Acuarelistas (Londres) y en la Casa de América Latina (París) ambas muestras celebradas en 1949; y en el Club Paraíso de Caracas (Venezuela), en 1959, entre otras.

En el campo poético Luksic se movió entre el vanguardismo, el surrealismo y la protesta social. Los escritores Armando Soriano Badani y Julio de la Vega, en su compendio Poesía Boliviana (La Paz, 1982), se inclinan en considerar las odas de Luksic como una manifestación de la etapa vanguardista en Bolivia: “Nutridos de cierto objetivismo realista cultivado con imágenes renovadas y audaces, y un vanguardismo de subjetiva tendencia que penetra hasta las abismales profundidades del subconsciente (…). Estos vanguardistas renuevan la poesía, insuflando un inédito soplo emocional que transforma su imagen original”. El bohemio Luksic llegó a publicar Cantos de la ciudad y el mundo. Poemas 1932-1947; Cantos de la ciudad y del campo (ambos poemarios se publicaron en 1948); 4 poemas y dibujos (1958); Cuatro conferencias (1963); y Elogios a este paraíso terrenal en el que vivimos (1980).

Finalizada la guerra con Paraguay, en 1935, Luksic fue seducido por la política. El escritor y político José Antonio Arze describe esta etapa: “Por suerte, lo mejor de la juventud menor de 40 años se alineó decididamente, después de la Guerra del Chaco, bajo las banderas de la izquierda antifascista. Dos de los mejores valores poéticos de hoy, Yolanda Bedregal y Luis Luksic, son antifascistas”. El trovador Luksic fue uno de los fundadores del Partido de la Izquierda Revolucionaria (PIR) y luego pasó a militar en el Partido Comunista de Bolivia (PCB). A partir de los años 40 participó activamente en el Congreso de Izquierdas como delegado del Grupo Vanguardista de La Paz.

Sobre este periodo político, el subjefe del PIR Ricardo Anaya Arze indica: “En La Paz se agrupó una juventud brillante y luchadora, pero no alcanzó a desplegar estrategia política sistemática, lo cual impidió una acción más positiva del PIR en la sede de gobierno”, Anaya hace referencia a los entusiastas jóvenes: Julio de la Vega, Alberto Crespo Rodas, Alfredo Otero, Luis Luksic, Jaime Saenz, Emilio Estrada, entre otros. El espíritu revolucionario de Luis Luksic fue plasmado en cantos surrealistas inspirados en el PIR.

La agitada época que le tocó vivir al versificador Luksic se tradujo en persecución, prisión y destierro por sus convicciones. Gastón Cornejo Bascopé indica que Luksic “permaneció dos años en París, donde dio conferencias en la Maison de L’Amerique Latine y participó en el evento político más importante de ese tiempo: El 2do Congreso Mundial de la Paz celebrado en París en abril de 1949 donde se reencontró con Pablo Neruda y compartió ideales y presencia con grandes personajes, Pablo Picasso, Joliot Curie e Ilya Eremburg”. Una vez clausurado el evento Luis Luksic viajó a Venezuela, donde tuvo una actividad fecunda en la pintura, el dibujo, la caricatura, la poesía, relator de cuentos, titiritero y tuvo un fugaz paso por el teatro y cine. Su agitada labor artística se fue desvaneciendo con el pasar de los años, al final de su vida terminó desamparado y enfermo en un hospital universitario de Caracas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario