Klaus Barbie. Un novio de la muerte es el título de un libro de investigación cuyo origen se remonta a 1981, cuando el periodista boliviano-estadounidense Peter McFarren, luego de varios reportajes sobre el narcotráfico que azotaba Bolivia durante la época de las dictaduras, recibe la información de que un exnazi y exjefe de la Gestapo en la ciudad francesa de Lyon, durante la II Guerra Mundial, se encontraba en nuestro país con el nombre de Klaus Altmann, y a partir de entonces comenzó una ardua labor para desenmascararlo, que concluyó con la expulsión de Barbie en 1983 para ser sometido a un juicio en Francia, donde fue condenado a cadena perpetua, sentencia que purgó hasta 1991, cuando murió de leucemia.
El libro está escrito en autoría con el periodista boliviano Fadrique Iglesias y acaba de ser editado por Plural Editores.
Historia
Klaus Barbie. Un novio de la muerte es un extenso repaso a todos los años transcurridos por Barbie en Bolivia, desde su llegada en 1951, y todos los contactos que tuvo en los 32 años que vivió en este territorio, desde políticos y militares hasta poderosos narcotraficantes, tal es el caso de su asociación con Roberto Suárez, apodado ‘El rey de la cocaína’ y a quien le dio protección con el grupo de neonazis que formó y que fue denominado Los novios de la muerte.
En contacto desde Estados Unidos, Iglesias comentó que la reunión de información para el libro fue bastante y agregó que este debe ser uno de los libros que muestra mejor la vida de Klaus Barbie. De hecho, mucho de este material ha sido utilizado por grandes directores de cine para películas con temática nazi, como Marcel Ophüls, que ganó el Oscar por su documental Hotel Teminus, de 1988, y el inglés Kevin MacDonald, director del documental My enemy’s enemy, de 2007.
Correspondencia
Una parte importante del libro es la correspondencia que en el periodo de 1983 a 1991 se escribieron Barbie y el boliviano Álvaro de Castro, que fungió como su secretario personal en Bolivia.
En estas cartas, Barbie se muestra como un tipo que cree en su inocencia durante los hechos de la II Guerra Mundial, ya que -según él- solo estaba cumpliendo con un trabajo encomendado. En una de ellas escribe Barbie: "Mi vida ha cambiado por completo. Extraño todo, a las tumbas de mi hijo y mi señora, a tu compañía, a todos los amigos y sobre todo al país y a la libertad de la que he podido gozar durante los 31 años de mi vida en Bolivia".
También en estas cartas se puede apreciar la curiosidad que tenía Barbie por el quehacer político de Bolivia, preguntándole constantemente a De Castro en qué situación se encontraba el país, quiénes eran los nuevos protagonistas de ese mundillo.
Barbie, que se mostraba como un empresario de importaciones y exportaciones, incluso llegó a viajar a Europa para hacer algunas negociaciones en su etapa de “refugiado”. El libro ya se encuentra a la venta en Bolivia
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