lunes, 26 de enero de 2015

Cronistas noveles proponen un libro con historias reales

Escribir crónica les ayudó a descubrirse, a aprender a escuchar y a contar historias, pero también a encontrarlas en cada persona, en cada esquina, en cada realidad. Katherin Ávila Tapia, Albanella Chávez, Julio César Choque, Fabio Dabdoub Paz, Rocío Recalde, Margarita Torrico y Miguel Montero Vaca son siete de los 19 participantes del primer Taller de Crónica Periodística, que impulsó la carrera de Comunicación de la Universidad Evangélica Boliviana (UEB). Los talleristas hoy forman parte de Cotidianidades. Historias reales de cronistas noveles, libro que reúne los trabajos que postularon al I Premio Nacional de Crónica Periodística Pedro Rivero Mercado, organizado por la Fundación Cultural Pedro y Rosa.

Fue precisamente esa experiencia inaugural la que motivó a la decana de la facultad de Comunicación y Cultura de la UEB, Martha Paz, para llevar adelante este taller con el objetivo de aportar al enriquecimiento del género periodístico y fomentar el talento de los nuevos cronistas.
Cotidianidades, que se presentará este viernes 30 en el CBA, abre con Tribus de la inquisición, la crónica escrita por el periodista de EL DEBER Roberto Navia Gabriel que ganó la primera versión del premio. También incluye los trabajos de Nathalie Iriarte Villavicencio (La reina de los hornos) y de Luzgardo Muruá (La Paiva, negocio de mujercitas) que recibieron menciones de honor.

Encontrarse
“La crónica se ha convertido en un género que habla por sí solo, pero tampoco puede caminar por su propia cuenta; entonces, un matrimonio entre el periodismo y la universidad hace más vigoroso este trabajo. Hay un talento que está despierto. Me ha dado mucho gusto escucharlos y, ahora que el libro se ha materializado, me da mucha alegría”, afirma Navia, que dio una charla durante el taller, que se efectuó entre enero y febrero de 2014. Navia celebra “que siga existiendo gente que no quiera aburguesarse en su escritorio, que está con muchas ganas de calzarse las sandalias y de ir más allá de las conferencias de prensa”.

Los siete talleristas y artífices del libro concuerdan con Roberto en que la crónica permite muchas cosas al que quiere contar una historia, entre ellas, la oportunidad de encontrar nuevas herramientas para perfeccionarse desde sus respectivos oficios o aspiraciones. Porque entre los autores de las crónicas están no solo periodistas o comunicadores, sino también sicólogos, poetas e incluso estudiantes de Nutrición.

Margarita Torrico resume bien la labor de ella y de sus compañeros al afirmar que todos lucharon por su crónica, la adornaron con riqueza de fuentes, detalles, y lo más importante, la verdad

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