jueves, 28 de febrero de 2013
Cuatro monólogos nos acercan al escritor Víctor Hugo Viscarra
SON LAS NARRACIONES DE VISCARRA, LA FORMA MÁS ELOCUENTE DE ENTENDERLO.
Hace varios años, un cuerpo se mecía en las noches paceñas, un cuerpo frío y, a veces, entumecido, se calentaba con alcohol. En algunos de esos largos trayectos ese cuerpo, ese escritor llegó al Bocaisapo, prueba de ello, no solamente son los testigos de su tiempo, sino también un mural en el que su rostro está inmortalizado. Él, Víctor Hugo Viscarra, nos dejó relatos tristes, relatos reales de una La Paz que pocos conocen.
Sus perdidos pasos tuvieron –tienen– seguidores que no dejan de admirarlo. Notas de prensa y reportajes se han dedicado a hablarnos de él y hacer más grande el mito, sin embargo, nada es más elocuente que sus propios relatos para entenderlo, por esto, Antonio Vargas –actor de teatro– elige precisamente el Bocaisapo para cuatro veladas de teatro basadas en sus narraciones.
Cuando se pregunta a Vargas por la elección de los relatos de este autor, él responde: “Viscarra es un autor ya desaparecido que ha marcado mucha época en su tiempo y realmente en los diferentes textos que él ha podido platear en un trayecto de su vida, también retrata la situación de los barrios bajos y digamos el under ground de La Paz. Lo que rescato de sus narraciones es que tienen un lenguaje muy simple, pero también es muy desgarrador”.
Desde las letras de este Viscarra desgarrador, Vargas propone plantear las vivencias, darles voz y convertirlas en testimonios que, en el tiempo actual, debemos replantearnos. El actor señala que los personajes que viven entre los escritos de Viscarra han sido muchas veces retratados, por ejemplo en el teatro popular y de una manera cómica, pero desde esta visión, tal vez jocosa de la realidad, no llegamos a saber realmente el trasfondo de por qué razón una persona se dedica al alcohol.
“Entonces creo que Viscarra es el escritor que más ha podido ahondar y decir cuál es la vida de un alcohólico, de lo que pasa en un contexto que sólo se encuentra en la noche”, afirma Vargas.
Los textos que en este momento son las propuestas de Vargas son cuatro: “Sueño entumecido de frío”, que precisamente retrata las noches de La Paz y la hostilidad de la naturaleza frente a la fragilidad del cuerpo. El segundo monólogo es “La triste historia de Tristón” que es una comedia 'muy negra', en la cual hay una analogía que hace el autor entre el perro vagabundo y la persona con la que convive. Luego viene “Delirium Tremens”, que podría ser toda la culminación del proceso alcohólico, en el cual Viscarra comienza a tener trastornos sicológicos, en los que empieza a exorcizar sus fantasmas y convive con los recuerdos más penetrantes de lo vivido. El último monólogo es “El testamento”, que desde el título va definiendo el momento en el cual él va dejando a ciertas personas, lo que puede dejar como ser humano.
Los monólogos también supusieron un trabajo de investigación para Vargas, un trabajo explorando la noche. Producto de estos caminos son las presentaciones de cuatro obras que desde el pasado jueves 14 de febrero hablan de la noche, del alcohol, de los fantasmas y de la realidad. Las mismas continuarán todos los jueves hasta el próximo 7 de marzo, desde las 22:30.
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