lunes, 7 de noviembre de 2016

Exeni impacta con libro sobre política




El comic boliviano y la historieta cochabambina, en particular, buscan su propio camino, a partir de elementos identitarios que, por un lado, desmitifiquen --si el término y la acción lo permiten--, la mitología moderna que entraña esa parafernalia de las industrias culturales, montadas en el gran mercado mundial, a partir de héroes y villanos construidos desde sus contextos nacionales y transnacionales que se han convertido, para bien y para mal, en paradigmas de la eterna lucha entre la luz y la oscuridad.

Por otro lado, estructuren nuevos y coherentes discursos narrativos que incorporen elementos de la realidad particular, actual y cotidiana, así como de ese rico tejido social histórico, inscrito en el imaginario popular boliviano y cochabambino, en el que ese épico enfrentamiento entre la bondad y la maldad, adquiera sentido de pertenencia, alejado de ese maniqueo dualismo, de héroes y villanos de las historietas made in Estados Unidos. Esto y otros detalles surgieron de la entrevista sostenida con Susana Obando, coordinadora de Comunicación del proyecto El Martadero, a propósito del programa cultural que lleva adelante, intentando romper diferentes estereotipos, pero esencialmente con el prejuicio de que nuestra cotidinianidad, o nuestra historia no son dignos de contarse.

Como un desmentido a esa premisa, en los últimos meses estamos asistiendo a diferentes actividades culturales; entre ellas, el festival de animé, comic, manga y cosplay que no hace mucho reunió a cientos de jóvenes en el campo ferial, que presenciaron además de las propuestas culturales de las grandes industrias, a cultores de la historieta boliviana, provenientes de La Paz y Cochabamba. Ahora, en El Martadero se lleva adelante un “Laboratorio del comic boliviano” con el fin de publicar una o varias historietas que vayan a surgir del trabajo que algunos jóvenes emprenden a partir de la investigación y diálogo con los vecinos, capaz de convertirse en imágenes que capturen la historia y la realidad que rodea a la Villa Coronilla, zona circundante al proyecto El Martadero...

La victoria de Evo Morales con mayoría absoluta en diciembre de 2005 cerró un ciclo político que se había inaugurado en 1985 bajo el signo de los acuerdos congresales para definir la titularidad del poder mediante la formación de coaliciones parlamentarias y/o de gobierno. Fue la primera vez –desde la transición en 1982– que un candidato presidencial accedió de manera directa al poder obteniendo la mayoría absoluta de votos y su organización política –MAS– ganó más de la mitad de los escaños en disputa. Una ecuación que se repitió en dos oportunidades.

Antes, entre 1985 y 2003, la democracia boliviana tuvo como rasgo decisivo un esquema de presidencialismo de coalición sustentado en alianzas parlamentarias que eligieron mandatarios –en segunda ronda congresal– y apuntalaron la gestión de Gobierno con el control del poder legislativo. Ese esbozo político e institucional fue definido como democracia pactada: su hechura y los avatares de su decurso constituyen el tópico central del libro de Exeni. Se trata de un valioso aporte para la comprensión de la democracia boliviana en ese período. Y para reflexionar sobre su decurso en el siglo XXI.

La democracia pactada es el pasado de un proceso político que, en 2005, con la victoria electoral de Evo Morales con mayoría absoluta, ingresó en una nueva etapa; empero, ese vocablo sigue operando como un ideologema del discurso sobre la democracia. Ideologema que, sin embargo, oculta las diferencias y diluye los matices porque la democracia pactada no fue abordada como un objeto de estudio sino esgrimida como un modelo por sus epígonos o estigmatizada por sus detractores.

Aparte de la caracterización genérica de democracia pactada no existen indagaciones teóricas ni balances de gestión política para auscultar las razones de su debacle; tampoco se realizaron análisis comparados para escudriñar las diversas facetas de ese ciclo político. Exeni resuelve de manera combinada esas necesidades y proporciona una brújula para recorrer el pasado y evaluar enseñanzas. Su libro es un ejemplo de virtuosa combinación de capacidad reflexiva, destreza metodológica y rigor conceptual.

Escrito en 2003 y defendido, con todos los honores, como tesis para optar al Doctorado en Investigación en Ciencia Política por la FLACSO/sede México, el texto de José Luis Exeni Rodríguez reflexiona sobre la democracia pactada prestando atención a las coaliciones políticas que la caracterizaron. El libro expone un balance de casi 20 años de vigencia de un modelo político que es evaluado con la perspectiva que proporciona su agotamiento.

Las evaluaciones positivas de la democracia pactada apuntaban a resaltar: estabilidad política, modernización institucional, formación de Gobiernos estables y consenso en torno a la política económica; por su parte, las evaluaciones negativas incidían en: interés pragmático, intercambio clientelar, ausencia de pluralismo ideológico y déficit de representación política. Aquellos veían en las coaliciones partidistas el compendio de las virtudes del sistema político. Estos las concebían como un instrumento que atentaba contra la democratización y solamente servían para reproducir el poder político y económico. Sin duda, lecturas parciales pero no equívocas; la tarea pendiente era una evaluación sesuda de sus múltiples facetas e implicaciones. Democracia (im)Pactada pone las cosas en su lugar porque evalúa los claroscuros del proceso político boliviano que transcurre entre 1985 y 2003 resaltando los aportes y las limitaciones de una fórmula política utilizada para definir el acceso al poder gubernamental. Una tarea que el autor encara con rigor y precisión adoptando una perspectiva teórica que deshilvana el objeto de su indagación a partir de delimitar los modelos de coalición, sus lógicas prevalecientes y los cálculos estratégicos de los actores relevantes.

El balance de Exeni acerca de la democracia pactada, en la mirada comparativa de los cinco gobiernos de presidencialismo de coalición, permite distinguir las experiencias positivas y negativas del pasado para encarar el desafío permanente de la ampliación de la democracia. Una idea que se refuerza con la interpretación que el autor propone sobre un período político mediante un recorrido analítico matizado con claridad conceptual, precisión metodológica y exquisito estilo narrativo. Un libro que invita a reflexionar críticamente sobre la democracia y estimula una lectura placentera del análisis político.



“Democracia (im)Pactada pone las cosas en su lugar porque evalúa los claroscuros del proceso político boliviano que transcurre entre 1985 y 2003. ”



* Fernando Mayorga es politólogo.

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