lunes, 1 de febrero de 2016

Obras que animan a leer sobre Bolivia



La Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) conmemora los 50 años de su fundación con una colección de cinco libros que pretenden reflejar la diversidad cultural de Bolivia y acercarla a los ciudadanos, pues la mayor parte de los 1.000 ejemplares de cada título que se han impreso en la primera tirada no se venderán, sino que se destinarán a bibliotecas públicas. La colección ha comenzado a distribuirse esta semana y su editor, el periodista Carlos Soria Galvarro, asegura que “es una buena contribución, que equilibra oriente y occidente y anima a los jóvenes a leer y a conocer la historia”.

La idea de Soria Galvarro, desde que se hizo cargo del proyecto, fue que la colección de Entel no chocara, sino que complementara a la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia (BBB) que, de aquí a 2025, publicará los 200 títulos que su consejo editorial considera fundamentales para comprender quiénes somos. Por eso, esta selección incluye libros que no están en la BBB, pero que para el editor podrían estarlo, y que desde hace décadas no se encuentran en las librerías: Diccionario del saber popular, de Antonio Paredes Candia; Cantares de Gesta: Poesía revolucionaria de Bolivia, de Ramiro Barrenechea Zambrana, y tres biografías: Julián Tupaj Katari: caudillo de la liberación india, de Alipio Valencia Vega; Gabriel René Moreno: Drama y gloria de un boliviano, de Josep María Barnadas, y Vicente Pazos Kanki: un boliviano en la libertad de América, de Charles Harwood Bowman.

El libro sobre Pazos Kanki, “una investigación minuciosa sobre una vida apasionante”, dice Soria Galvarro, lo publicó la editorial Los amigos del libro en 1975, pero tuvo poca difusión, una de las razones por las que el personaje no es muy conocido por el gran público “aunque últimamente se haya intentado rescatar con fines partidistas”. Pazos Kanki nació en Sorata, estudió en Cuzco y vivió en Buenos Aires en el momento de la independencia, en la que participó activamente como polemista, pensador y director de la Gazeta de Buenos Ayres, el primer periódico que salió tras la emancipación de España. Después vivió en Estados Unidos y en Europa, trabajando a temporadas como diplomático boliviano, y en 1817 redactó una constitución para la isla de Amelia, que pretendió ser el inicio de una república independiente en la península de Florida, por entonces aún en el impero español. Pazos Kanki era un liberal radical, un revolucionario de su tiempo, de origen aymara. No militó como indigenista en lo político, pero sí en lo cultural, y tradujo a su lengua materna el Evangelio según san Marcos.

El Diccionario del saber popular refleja por sí mismo la idea de la colección de Entel de abarcar la mayor parte de la cultura boliviana. Su autor, Paredes Candia, fue un escritor, titiritero, investigador, editor y librero que publicó 11 obras en vida y que recogió la sabiduría popular recorriendo el país de punta a punta para promocionar la lectura y el teatro. El diccionario fue la extensa obra a la que dedicó 20 años de trabajo, pero que no se publicó hasta que falleció. En ella define y contextualiza palabras en los idiomas originarios y en español, expresiones como “llevárselo la trampa”, proverbios como “la pobreza es leña verde, humea y hace llorar”, toponímicos, personajes de la cultura e incluso recetas de cocina como la del P’iti juvas o la del guiso de Khochayuyu.

Más conocidos por los lectores son Gabriel René Moreno y Julián Tupaj Katari. La colección publica una biografía de cada uno de ellos. Valencia Vega, quien fue vicerrector de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) e intelectual del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), escribe la del líder de la insurrección aymara del siglo XVIII. El libro se publicó en 1950 y tuvo una reedición en 1970 y, a diferencia de otras biografías de mayor difusión —como la de María Eugenia del Valle, que figura en la BBB—, “utiliza categorías de análisis marxista más que indigenista porque examina el movimiento de Tupaj Katari desde el punto de vista de la lucha de clases”, afirma Soria Galvarro. “Con esas herramientas va más allá de la biografía y hace un análisis sociológico de aquel tiempo”.

En el cuarto libro, un intelectual fundamental para Bolivia retrata a otro: Josep María Barnadas escribe sobre Gabriel René Moreno, desmenuzando la obra con la que el historiador, documentalista, bibliógrafo, sociólogo y escritor retrató extensa y profundamente la Bolivia histórica y la de su tiempo. Barnadas —quien falleció hace un año y medio y del que hay cuatro obras en la BBB— se autodefinía como “un historiador boliviano nacido en Cataluña” y en este trabajo, de 1988, va más allá de las habituales polémicas sobre la ideología de Moreno para analizar con detalle sus muchos aciertos y sus algunos errores.

La poesía revolucionaria tiene también un volumen en la colección de Entel, en una compilación a cargo del catedrático, político y poeta cochabambino Ramiro Barrenechea Zambrana. Los poemas se agrupan según su tema y su inspiración y no por el autor, y entre ellos aparecen muchos poco conocidos —como uno que, en su juventud, Óscar Cerruto dedicó a Lenin— y otros tan populares como Warisata mía, de Carlos Salazar Mostajo; Paciencia, de Óscar Vargas del Carpio, y Pido la palabra, de Eliodoro Aillón Terán.

Soria Galvarro se muestra ilusionado por el plan de distribuir los libros de Entel en las bibliotecas públicas y acercarlos así a los lectores, pero cree que “para completar la difusión y llegar a los jóvenes, que es lo que interesa de verdad”, las obras tienen que estar disponibles en internet. Una tarea pendiente que no debería presentar muchas dificultades tecnológicas para una empresa como Entel, que comenzó como una telefónica pero que, tras 50 años de vida y adaptarse a la renovación tecnológica, cuenta con la hoy imprescindible presencia en la red.

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